El humor, un ingrediente básico en el liderazgo

Personas en su lugar de trabajo.
Personas en su lugar de trabajo.

El humor nos diferencia como especie y nos endulza la vida. Es un ingrediente básico de la inteligencia emocional. Por supuesto, hablamos del humor que implica reírse con los demás; en ningún caso se trata de reírse de nadie.

El humor, un ingrediente básico en el liderazgo

La risa y el sentido del humor son cualidades necesarias para liderar con éxito. El tiempo de reír nunca es tiempo perdido; todo lo contrario: el humor resulta productivo y saludable porque rebaja los niveles de estrés.

El humor nos diferencia como especie y nos endulza la vida. Es un ingrediente básico de la inteligencia emocional. Por supuesto, hablamos del humor que implica reírse con los demás; en ningún caso se trata de reírse de nadie.

Las personas que aplican el sentido del humor en su liderazgo están sembrando el bienestar de sus equipos y, con ello, su salud mental y física. La risa activa las endorfinas, esos opiáceos naturales de nuestro cuerpo que incrementan el placer, rebajan el estrés, potencian el sistema inmunitario, reducen la presión sanguínea y favorecen el aprendizaje, entre otros beneficios.

Hay muchas razones para liderar con sentido del humor:

1. Anima a los demás. Dedicamos al menos ocho horas cada día a nuestro trabajo, a veces sumidos en numerosos problemas personales y laborales. La aparición del humor en nuestro quehacer diario es como un trago de agua fresca en mitad de la carrera.

2. Rebaja las tensiones. El humor positivo, sano, no agresivo, aminora la tensión entre la gente, consigue acercar a los miembros del equipo y contribuye a que puedan superarse las diferencias que inevitablemente surgen durante el desempeño laboral. Una gracia a tiempo relativiza las adversidades.

3. Une a la gente. Las manifestaciones humorísticas permiten conocer a los demás y también a uno mismo. Cuando los miembros de un equipo ríen juntos, se facilitan las relaciones entre ellos, se abre una puerta directa a la comunicación y se sienten más cohesionados. Reírse con alguien es empatizar. Pero, además, cuando existe un buen clima de trabajo, se garantiza la atracción y la retención del talento.

4. Eleva la creatividad. Un gracejo, un chiste, una visión cómica o ingeniosa… es como una luz que ilumina lo que no veíamos, rompe con lo esperado, nos saca de la rutina, nos muestra otra visión de la realidad y supone siempre un pensamiento original que impulsa la creatividad y promueve la innovación.

5. Es motivador. El humor es una estrategia de liderazgo que permite motivar a los trabajadores, hace que sean más optimistas y positivos, algo que inevitablemente mejora la productividad.

6. Se contagia. Gracias a nuestras neuronas espejo, la risa es altamente contagiosa: basta con que alguien esboce una sonrisa para que nosotros también sintamos el impulso de sonreír. ¡Dejémonos llevar para que el buen ambiente se propague!

No hace falta nacer gracioso para liderar con humor. Esta habilidad se puede y se debe aprender. Pero si pese a todo somos los más sosos de la compañía, podemos limitarnos a crear las condiciones propicias para que reine el buen ambiente. Dejemos que otros lleven la iniciativa del humor y riámonos con ellos. @mundiario

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