Me han robado la tarjeta de crédito, ¿qué hago para que no vacíen mi cuenta?

Una tarjeta. / Pixabay
Una tarjeta. / Pixabay.

Si nos han robado la tarjeta o sospechamos que la han clonado, lo primero que debemos hacer es bloquearla para que nadie pueda usarla de forma fraudulenta. 

Me han robado la tarjeta de crédito, ¿qué hago para que no vacíen mi cuenta?

Si nos han robado la tarjeta o sospechamos que la han clonado, lo primero que debemos hacer es bloquearla para que nadie pueda usarla de forma fraudulenta. 

El uso fraudulento de las tarjetas suma pérdidas millonarias. En 2016, los daños a nivel mundial alcanzaron los 22,8 billones de dólares, según The Nilson Report. El mismo estudio estima que en 2021 las pérdidas alcanzarán los 32,96 billones. Y es que los delincuentes están al acecho y cualquiera puede acabar siendo víctima de un fraude de este tipo. Ni siquiera el avance de la tecnología en materia de seguridad los ha frenado. Innovaciones como la identificación biométrica, que se supone aporta seguridad, tampoco están exentas de peligro. La multinacional de la seguridad informática Kaspersky Lab advertía hace un par de años que ya existía la venta de skimmers biométricos: “estos dispositivos son concebidos para robar huellas dactilares escaneadas”, señalaba la compañía en su blog.

Los cajeros automáticos, los datáfonos o Internet pueden acabar convirtiéndose en el peor enemigo de nuestras tarjetas. También, por supuesto, los robos a pie de calle o los descuidos. Para evitar ser víctimas de este tipo de casos, debemos revisar frecuentemente los movimientos de las cuentas asociadas a nuestras tarjetas de débito y los extractos de las tarjetas de crédito, así comprobaremos si se ha efectuado algún cargo extraño. Si queremos ponérselo aún más difícil a los ladrones de tarjetas, podemos activar las notificaciones push de las aplicaciones de los bancos de los que seamos clientes o las alertas por SMS, con el objetivo de que nos avisen cada vez que se use una de nuestras tarjetas, aconsejan los expertos del comparador de productos bancarios HelpMyCash.com.

Cancelar la tarjeta, el primer paso

Si desgraciadamente perdemos o nos roban la tarjeta, o detectamos que un tercero la ha utilizado sin nuestro consentimiento, lo primero que debemos hacer es cancelarla. Se trata de un trámite muy sencillo que podemos hacer por varias vías y que no debería llevarnos más de unos minutos. Para empezar, tenemos la opción de llamar a nuestro banco para ordenar el bloqueo de la tarjeta. También podemos acudir a una sucursal para notificar el suceso. O bien bloquear, ya sea temporal o definitivamente, la tarjeta a través de la app o de la banca online si es que la entidad ofrece esta posibilidad.

Es un proceso gratuito y cuanto antes lo hagamos, más problemas nos evitaremos. De hecho, no debemos olvidar que los primeros 50 euros que se gasten fraudulentamente con la tarjeta correrán de nuestra cuenta, salvo que antes hayamos avisado a la entidad de que bloquee la tarjeta (antes de la reciente entrada en vigor de la normativa PSD2 el importe era de 150, una normativa que, por cierto, aún no ha sido traspuesta en su totalidad al régimen jurídico español). Cualquier gasto que se registre sin nuestro consentimiento una vez notificada la incidencia a la entidad, nos lo tendrá que reembolsar el banco. También nos devolverán el importe que se haya abonado antes de avisar, salvo por la franquicia inicial.

Adicionalmente, tendremos que interponer una denuncia antes las autoridades correspondientes, un trámite que nos ayudará a dar peso a nuestra reclamación al banco, recuerdan desde HelpMycash.com.

¿Cómo evitar ser víctimas de un fraude?

Para evitar ser víctimas de este tipo de fraudes podemos tomar algunas medidas de seguridad. Para empezar, no debemos llevar anotado nunca el pin de la tarjeta junto al plástico. De hecho, es nuestra obligación ser diligente con la contraseña que da acceso a los fondos de la tarjeta. En este sentido, escoger un código pin difícil de adivinar es otra medida que le dará un plus de seguridad a nuestros plásticos. Debemos evitar patrones fáciles de averiguar como 1111 o 1234, así como fechas de nacimiento y, por supuesto, no compartirlo con nadie.

En los cajeros automáticos, una inspección a conciencia de la máquina antes de usarla puede salvarnos. Debemos fijarnos en que no se haya instalado ningún skimmer en el lector de tarjetas (para clonarla), que el teclado no haya sido manipulado y que no se haya instalado ninguna cámara para captar el código pin del plástico (de ahí que sea importante tapar la mano con la que introducimos el pin). No obstante, las artimañas de los delincuentes son cada vez más sofisticadas. Los skimmers pasan muy disimulados a simple vista; de hecho, el propio terminal puede ser un skimmer como tal. Según Kaspersky, algunos ciberdelincuentes han empezado a infectar cajeros automáticos con un malware, de manera que son capaces de utilizar el propio lector de tarjetas del cajero y su teclado para robar los datos de los clientes.

Internet también es un terreno pantanoso. No siempre es fácil saber cuándo una página web es fiable y cuándo un foco de peligro. Para garantizar la integridad de nuestras tarjetas en Internet debemos comprobar que la dirección de la página web en la que vamos a introducir los datos de pago comienza por https y que la precede un candado de color verde, lo que nos garantizará que los datos viajarán encriptados y no podrán ser interpretados por un tercero. @mundiario

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