Qué hacer si tu inquilino no paga el alquiler

Una vivienda con seguro de hogar.
Una vivienda con seguro de hogar.
Qué hacer si tu inquilino no paga el alquiler

No son pocos los que se preguntan cómo asegurarse de que el inquilino cumplirá con las mensualidades del alquiler, incluso aquellos que no encuentran salida después de que vean cómo, mes tras mes, su vivienda continúa generando gastos pero no perciben ningún ingreso.

¿Qué podemos hacer para evitar encontrarnos con inquilinos don problemas?

> Publicar anuncios completos donde se informe al inquilino por adelantado de todas las condiciones del alquiler.

> Tener claro a quién deseamos alquilar nuestra propiedad para evitar problemas de destrozos.

> Asegurarnos de que el inqunilino tiene un trabajo fijo, para asegurarnos que pueda hacer los pagos de manera regular.

> Pedir una fianza de acuerdo a la Ley de Arrendamientos Urbanos.

> Contratar un Seguro de Hogar, para tener cubiertos imperfectos o problemas que puedan surgir. O valorar la posibilidad de contratar un seguro de alquiler.

Bien es cierto que la situación económica y precariedad laboral a la que nos hemos visto abocados ha jugado un papel determinante en este sentido, pero también habría que analizar la situación de manera global y descubrir que cada historia es diferente. Por ejemplo, la de los hijos que han herededado la casa de sus padres y que, en ese recuerdo, ven a los mismos reflejados. Cada uno, con su vivienda particular, a duras penas pueden hacer frente a los gastos que genera el domicilio si no es gracias al pago de un alquiler. Una compleja situación en la que se encuentran varias familias de nuestro país en silencio, desde las sombras, sin atreverse a alzar mucho la voz por miedo a sentirse rechazados. Pero la cuestión es que el impago del alquiler puede traer grandes complicaciones, dado que la casa sigue generando gastos al propietario.

Otra complicada realidad la encontramos en aquella familia a la que su vivienda en propiedad se les ha quedado pequeña y que, en consecuencia, optan por rentarla para poder hacer frente al alquiler de una más acorde a su nuevo estado. Si el inquilino deja de pagar su parte, por consiguiente, generará una inestabilidad en la familia que resultará más que complicada de subsanar. Dos ejemplos de una circunstancia compleja de la que pocos saben salir indemnes.

Por estos motivos, cabe la posibilidad de encontrar una salida que consiga paliar esta coyuntura y que ofrezca un seguro de que nadie va a echar a nadie de su hogar. Y es que lo primero es conocer al inquilino, antes de formalizar cualquier tipo de contrato, saber que es alguien de confianza que se va a asegurar de cuidar cada rincón de tu casa. Se trata de encontrar a la persona perfecta para vivir en tu hogar, sabiendo a ciencia cierta que lo cuidará como si de ti mismo se tratara. Una medida preventiva que evitará que en el futuro sufras la inestabilidad que provoca un impago (teniendo que hacer frente a tu vivienda en propiedad así como a los gastos que genera el inmueble arrendado).

De igual modo es importante tener un control relativamente continuado con el arrendatario, pues eso te permitirá conocer aquellos detalles que guiarán su modo de proceder hacia uno u otro lado. El contacto con el inquilino, desechando las tediosas relaciones a distancia, también es determinante, dado que establecerá una química entre propietario y alquilado que dificultará el enfriamiento de la relación (y, por tanto, del impago).

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