Guardapescas de Irlanda campan a sus anchas
Los guardapescas irlandeses no renuncian en absoluto a realizar en a guas de su jurisdicción aquello que les viene en gana, incumpliendo incluso las normas pactadas para que los barcos que entran en sus caladeros comuniquen a las autoridades pesqueras locales las capturas efectuadas. Para este menester los pesqueros tienen un plazo de tres días, siendo propuestos para sanción si hubiese un retraso no justificado en el traslado vía telemática de los datos referidos.
Desde primeras horas de la tarde de este viernes, 1 de mayo, el pesquero francés Miss Jacqueline II, con base en A Coruña (de donde son su armador y buena parte de la tripulación), continúa las tareas de pesca suspendidas hace tres días en aguas de Irlanda. El buque abandonó ayer el puerto de Castletownbere al que fue conducido por una patrullera irlandesa acusado de irregularidades que, también en el día de ayer, se han puesto de manifiesto y que no son sino de tipo administrativo, como lo demuestra la fianza de 110.000 euros que el tribunal irlandés ha fijado al barco y los 180 euros de multa aplicada al capitán de este.
El Miss Jacqueline II había zarpado del puerto de A Coruña a las 20,00 horas del pasado 15 de abril, situándose en los caladeros irlandeses con la correspondiente autorización el día 18. Desde este momento y hasta el día 20 mantuvo calados los rascos, arte de pesca que utiliza para la captura de rape. Este mismo día vira y levanta los aparejos de pesca y comunica a las autoridades irlandesas las capturas efectuadas: algo más de 1.000 kilos. Posteriormente, los servicios de inspección pesquera irlandeses se personan a bordo del pesquero, al que acusan de infringir las normas de cobertura del diario de pesca y sin haber comprobado si existían diferencias entre lo señalado en este y el pescado que se hallaba ya en bodega. lo que podría ser objeto de propuesta de sanción.
No fue así y sin embargo fue obligado a dirigirse al puerto de Castletownbere. Se comunicó que las acciones legales contra el barco se decidirían en el plazo de 72 horas y, sin tener en cuenta para nada el plazo de tres días estipulado para la comunicación a la autoridad pesquera irlandesa de las capturas efectuadas, adoptaron la decisión de la propuesta de fianza y sanción al barco y al capitán del mismo señaladas. Fue este de tres días de pesca el plazo cumplido por el pesquero con base en el puerto de A Coruña, que ahora intenta recuperar los tres días de faena perdidos por esta actuación que se considera fuera de lugar por el sector pesquero coruñés. El Miss Jacqueline II continuará faenando en aguas irlandesas hasta finales del próximo mes de julio dado que en los primeros días de agosto debe estar de nuevo en el puerto de A Coruña para pasar al varadero.
Ni siquiera el hecho de pertenecer a la UE, lo que obliga a a los irlandeses a respetar las normas en su momento establecidas para el ejercicio de la pesca en caladeros competencia de si país, ha hecho variar la conducta de sus patrulleros guardapescas que, desde hace muchos años -mucho antes de que España ingresara en la CEE en 1986- tenía como una especie de fijación con los barcos gallegos. El ahora intervenido y que ha tenido que asumir esa fianza de 110.000 euros para el barco y 180 euros como sanción al capitán no es sino la muestra palpable de que Irlanda no renuncia a ninguna de sus habituales fuentes de ingresos por "pesca". Y en pocas semanas enviará a aguas de Galicia a sus pesqueros pelágicos para capturar en aguas de Cantábrico Noroeste y con artes aquí prohibidos el bonito que disputarán en el mar y en las lonjas a los barcos gallegos, asturianos, cántabros y vascos.
Este en el mundo de la pesca que la Unión Europea no quiere ver. @mundiario
