Las grandes marcas reabren sus tiendas bajo estrictas medidas de higiene en la fase 1

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Un local de la franquicia de comida rápida estadounidense McDonald's en España / El Confidencial.
Sin embargo, el nivel de demanda podría crecer con lentitud debido a que la inestabilidad socioeconómica en España aún persiste
Las grandes marcas reabren sus tiendas bajo estrictas medidas de higiene en la fase 1

El sector privado español no se detiene. Es uno de los eslabones de esa economía que se esfuerza por cerrar el segundo trimestre del año con un mínimo crecimiento en la demanda, el consumo y los ingresos equiparables o ligeramente superiores a las nuevas inversiones en inventarios y mercancías con las que deberán tratar de llevar a flote los negocios en medio de la crisis sanitaria y el estado de alarma derivado de la pandemia de coronavirus.  

Y es que desde el pasado 14 de marzo hasta este 11 de mayo han transcurrido dos meses, varias prórrogas del estado de alarma y unas semanas críticas ante el avance de la Covid-19. España se ha convertido en un territorio fértil para el virus, pero que, sorprendentemente, ha comenzado a ver un aplanamiento de la curva de propagación y contagios gracias a las medidas de confinamiento. Sin embargo, el aislamiento social es ahora una carta desechada para los dueños de las grandes marcas que contribuyen a una buena parte del PIB de la red empresarial española.

Está muy claro que ya nada será igual, al menos durante algún tiempo, pero la vida en los territorios que pasan a la fase 1 de la desescalada —en los que vive el 51% de la población española— va recuperando ciertos visos de normalidad. Y aunque esa normalidad es relativa y muy diferente a la que conocía España en su período de máximo auge de la crisis política y fiscal antes de la llegada de la pandemia, las grandes marcas apuntan a la recuperación del consumo en esos territorios como su as bajo la manga para recuperar y captar ingresos que le ayuden a sobrellevar este período de transición por fases a una nueva realidad.

Desde este lunes es posible comerse una hamburguesa en la terraza de un McDonald’s, comprar una chaqueta de Adolfo Domínguez o hacer un recado de urgencia en las estaciones de servicio de Repsol, reseñó El País. Se debe a que las grandes marcas están de vuelta y, con ellas, el esperado repunte de un consumo que lleva dos meses prácticamente paralizado.

Sin embargo, el nivel de demanda podría crecer con lentitud debido a que la inestabilidad socioeconómica en España aún persiste, tomando en cuenta que esas grandes marcas parecen omitir una dura realidad en la que en Madrid se registra un elevado índice de paro y solicitudes de subsidios y ayudas alimentarias ante la parálisis de la actividad empresarial por el colapso de la demanda, la caída en la oferta, las pérdidas de inventarios y el temor al virus.

Las precauciones son máximas. Los establecimientos deben mantener unas estrictas medidas de higiene, tal como estipula el BOE, están obligados a no sobrepasar el 30% de su aforo y en la mayoría de los casos solo pueden abrir sus puertas aquellos que tengan menos de 400 metros cuadrados. La premisa de esta medida es, sin duda, mantener la distancia social para que la actividad comercial no vuelva a decaer en un nuevo escenario de contracción, que sería mucho peor que el primero, si se llega a producir un rebrote de la Covid-19 en los territorios que el Gobierno libera progresivamente con cada fase de su plan de desescalada.

Pero la eliminación del requisito de las citas previas, que dificultaba la viabilidad económica de cualquier apertura, ha animado a las principales marcas, siempre lejos de los centros comerciales, que permanecerán cerrados hasta la fase 2. La patronal de los centros de compras exige ser incluida en la fase 1, pero el Gobierno no ve sostenible una excepción de ese tipo por el riesgo que implica. Por lo tanto, la fase 2 no será activada hasta que se registre un descenso importante en los contagios diarios según se mueva la dinámica social de la primera etapa del desconfinamiento.

La moda es una de los sectores que vuelven con más fuerza, animado por las buenas perspectivas para las primeras semanas de desescalada. Según la consultora EY, uno de cada dos consumidores prevé recuperar el gasto en ropa y un 16% lo elevará durante la reapertura. Si Inditex (que abarca, entre otros, Zara, Massimo Dutti, Pull&Bear y Bershka), Tendam (Springfield, Women’secret) o Mango ya anunciaron la semana pasada que pondrían en funcionamiento buena parte de sus locales, este lunes ha sido Adolfo Domínguez quien ha dado el paso. @mundiario

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