Seis grandes errores que deben evitarse al elaborar un presupuesto personal

Una persona elabora un presupuesto.
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Presupuestar con puras adivinanzas y trazarse metas irreales están entre los grandes obstáculos que sufren quienes no saben administrar sus finanzas en lo más básico.

Seis grandes errores que deben evitarse al elaborar un presupuesto personal

Armar un presupuesto personal es necesario para todas aquellas personas que quieran encontrar estabilidad en sus finanzas, pues de esa estabilidad puede depender en gran parte que se cumplan o no los sueños y propósitos trazados. Pero crear un presupuesto a la medida puede ser también perjudicial si no se toman las decisiones correctas. Por eso, a continuación un listado de errores comunes al hacer un presupuesto personal:

1- Estimar los gastos

Obligatoriamente, antes de trazar cualquier presupuesto se debe saber bien qué se va a hacer con el dinero, es decir, cuáles son los gastos con seguridad, no simplemente hacer un cálculo tentativo. Para saber exactamente cuánto se gastará en qué cosa se puede hacer un análisis de las últimas facturas para determinar una cantidad promedio. Obviamente habrá circunstancias que forzarán a alterar ese cálculo, pero presupuestar con puras adivinanzas es un serio error.

2- No dejar un fondo de emergencia

Un presupuesto no vale solamente para administrar las facturas, sino también para hacer crecer los ahorros personales. A todos los gastos fijos y variables se debe destinar siempre un pequeño fondo de ahorros. Este fondo debe tratarse como si fuera cualquier otro gasto, es decir, debe establecerse desde el principio y debe respetarse y no tocarse para otra cosa que no sea una verdadera emergencia. Ese reloj, esa comida con los amigos o esos cigarros de más a la semana pueden esperar.

3- Metas irrealizables

Obviamente cualquier persona quiere sacar el máximo provecho de su dinero, pero eso no quiere decir que puede trazarse cualquier meta solo porque sí. Hay que tener disciplina para gastar, pero un presupuesto que restringe a la persona de absolutamente todo queda bonito solamente en el papel. Hay que ponerse metas pequeñas poco a poco para, eventualmente, apuntar a metas mucho más altas. Por ejemplo, ponerse como meta no salir a divertirse ni una sola vez durante todo el mes es un tanto duro, pero ponerse como meta que se comprará solamente la entrada al cine y un refresco en lugar de todo un combo de comida y la entrada a la sala de cine más exclusiva de la ciudad, sí que es realizable.

4- Considerar solo el ingreso bruto

El cheque puede tener unos cuantos ceros, pero una vez se hayan pagado los impuestos, por ejemplo, esos ceros pueden ser menos. El problema es que muchas personas presupuestan sin considerar deducciones de ley y pagos también de ley. El presupuesto se hace siempre a partir de los ingresos netos.

5- No buscar alternativas más baratas

Reducir gastos es probablemente la forma más común de respetar un presupuesto, pero no es forzosamente la única. Hay ciertos servicios o productos que todos disfrutan que ofrecen siempre alternativas más baratas sin que eso tenga un efecto negativa en el estilo de vida de las personas. Por ejemplo, el servicio de televisión por cable. Es bueno tener 500 canales a disposición para ver cualquier tipo de programa, pero nunca nadie morirá por tener solamente 100 canales.

6- Aferrarse a un patrón de gastos

Los gastos siempre cambiarán. Es una máxima de la economía. Siempre habrán gastos nuevos, inesperados, algunos que suban y otros que bajen. Si la persona no aprende a adaptarse a estos cambios, su presupuesto se quedará obsoleto y podría meterse en problemas por ello. La capacidad de resilencia es elemental para la supervivencia de cualquier tipo de empresa.

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