Graña y Montero, la constructora más importante de Perú, tiembla por el Caso Lava Jato

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Sede Graña y Montero. / Twitter

Las revelaciones de Jorge Barata han puesto en aprietos a la mayor socia de Odebrecht, involucrada en el escándalo de sobornos por 29 millones  a funcionarios peruanos entre el 2005 y 2014.

 

Graña y Montero, la constructora más importante de Perú, tiembla por el Caso Lava Jato

En diciembre del 2016, la revelación de Jorge Barata al Departamento de Justicia de EE UU de que se entregó 29 millones en sobornos a funcionarios peruanos, entre el 2005 y 2014, para que Odebrecht ganará licitaciones públicas con el Estado, no solo perjudicó a la ya cuestionada empresa brasileña sino porque se involucró al gigante constructor del país como lo es el Grupo Graña y Montero, que se encuentra en un difícil situación financiera. 

En esa época de fines de año, Barata reconoció que realizó dos pagos extraordinarios a dos expresidentes: Alejandro Toledo (2001-2006), con orden de captura internacional, para que garantice la concesión de la Carretera Interoceánica Sur que une al Perú y Brasil, y Ollanta Humala (2011-2016) para su campaña electoral de hace seis años.

En el interrogatorio, el ex CEO de Odebrecht, cuando le preguntaron sí las empresas peruanas que participaron con su compañía en concursos públicos sabían de los sobornos para obtener obras, brindó una declaración que despertó las sospechas: "El pago [a Toledo] ha sido por Odebrecht, pero el resto de empresas sí tenían conocimiento, no detalles, pero sí sabían que habíamos pagado y sabían que tenían que asumir lo que les correspondería".

Esta declaración causó un terremoto en el sector constructor porque los involucrados que habían hecho negocios con Odebrecht eran Graña y Montero, ICCGSA y JJC Contratistas Generales, que formaron el consorcio CONIRSA con la brasileña en la Interoceánica. En el caso de la primera, su impacto tras la revelación de Barata fue mucho peor. 

En primer lugar, las acciones de Graña y Montero en la Bolsa de Nueva York ( EE UU) registraron las primeras consecuencias: tuvo una caída de 34,7%. Pero esta devaluación no vendría sola ya que el estudio de abogados que representa a inversionistas a nivel global Rosen Law Firm evalúa abrir una Acción Colectiva por las perdidas que se dieron para sus accionistas. “Graña y Montero pudo haber emitido información de negocios materialmente engañosa al público inversionista”, es el argumento que esgrimen.

Aunque, sí la situación en EE UU se avizora critica, en Perú no resulta la excepción. La Bolsa de Valores de Lima es testigo de cómo las acciones de la constructora se van desplomando conforme se le involucra más en el Caso Lava Jato con Odebrecht. El viernes pasado, sus acciones cayeron al 33.3%.; ayer,  se situó en 26,82%. Asimismo, un grupo de fiscales intervino sus  oficinas  para recabar  la mayor cantidad de información posible sobre los contratos que suscribió con Odebrecht. 

Ahora, por otro lado, estos días negros podrían aumentarse más sí sus directivos son investigados tanto en el fuero judicial como en el Congreso de la República. La importancia de Graña y Montero radica en que, el último informe de la Superintendencia de Banca y Seguros,  lo pone como la empresa de la que más dependen las cuatro administradoras del sistema privado de pensiones  (AFP) por la relativa inversión de 1.300 millones de soles (unos 370 millones de dólares) en acciones de la empresa.

Los siguientes días serán decisivos para Graña y Montero, que podría tener la misma suerte de Odebrecht, pues sí la justicia peruana logra determinar que tuvo alguna responsabilidad penal en el esquema de sobornos para obtener obras como el Gasoducto Sur Peruano, la Interoceánica o el Metro de Lima, entonces tendrá que batallar con el fin de no acabar en el desprestigió nacional de haber sido socio de una constructora que tuvo el modus operandi de coimear para ganar millones a costas del Estado. 

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