Las franquicias pueden ser una manera eficaz de desarrollar buenos negocios

Productos de la dieta mediterránea. / PIxabay
Productos de la dieta mediterránea. / PIxabay

​No solo es importante que le vaya bien a la franquicia, sino que su éxito lo comparta con todos sus franquiciados. Y que se sepa, ya que pocas cosas hay mejores que la transparencia.

Las franquicias pueden ser una manera eficaz de desarrollar buenos negocios

Franquicia es una palabra de derivación anglo-francesa, que se utiliza como sustantivo y como verbo transitivo. El diccionario de la Real Academia Española la define como una “concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada”. Una franquicia es, a fin de cuentas, un método de crecimiento para muchas empresas y, a la vez, constituye una oportunidad para emprendedores locales.

A la hora de abrir una franquicia conviene tener en cuenta que es, en definitiva, un sistema de venta de productos de una firma comercial en una tienda de otro propietario y bajo ciertas condiciones económicas. Sobre esa premisa básica ya pueden meditarse otras decisiones, siempre con las ideas claras.

Aparte de realizar un mínimo estudio de mercado para conocer el contexto del sector y tratar de deducir si el producto o servicio a ofrecer tendría éxito en tu zona, uno de los consejos más importantes antes de abrir una franquicia en tu localidad, es el de conocer la opinión de otros franquiciados. No solo es importante que le vaya bien a la franquicia, sino que su éxito lo comparta con todos sus franquiciados. Y que se sepa, ya que pocas cosas hay mejores que la transparencia.

Abrir una franquicia será, por tanto, un buen negocio siempre que la marca esté acreditada, obtengamos fácilmente la experiencia y el know-how del franquiciador, contemos con formación inicial y continua a lo largo de nuestra andadura, nos faciliten los materiales de marketing y publicidad necesarios, el franquiciador invierta en I+D y disfrutemos de economías de escala.

Conocer si estos objetivos se cumplen por parte de otros franquiciados es un punto inicial clave para calcular si la franquicia por la que nos hemos decantado podría funcionar.

Más allá de criterios comunes a cualquier buena franquicia, después nos encontraremos con que cada sector tiene sus características propias y que cada marca o grupo de marcas tiene su propia cultura, que si nos gusta, podremos compartir con plena satisfacción.

En la economía moderna suele asociarse el mundo de las franquicias con muchos negocios que se expandieron desde los Estados Unidos, durante gran parte del siglo XX. Sin embargo, hoy por hoy, un país como España ya tiene desarrollo suficiente como para que sus franquicias tengan acreditada su posición en el mercado. De alguna forma, esa circunstancia enlaza el pasado con el futuro, la tradición con la modernidad, ya que poca gente sabe que en algo tan profundo –y tan de moda– como el Camino de Santiago anida el propio origen de la palabra franquicia. Resulta que a lo largo del llamado Camino Francés surgieron en la Edad Media agrupaciones urbanas favorecidas con privilegios especiales, llamadas franquicias, por alusión al origen franco o francés de la mayoría de sus componentes.

Por otra parte, antes de la era de las emblemáticas peregrinaciones a Compostela, el gentilicio germánico franco, propio de los conquistadores de la Galia, se había popularizado como sinónimo de “libre, exento, noble, etcétera”, ya que los francos, que otorgaron su nombre a Francia al ocupar sus tierras, vinieron a ser la clase noble, exenta de cargas fiscales. Como franqueza y otros derivados, franquicia alude al privilegio de los francos en su origen.

Una bella historia que solo puede ser antesala de una no menos bella aventura empresarial.

 

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