La pandemia dejará una huella duradera en la desigualdad y la pobreza, según el FMI

Viandantes en una avenida de Nueva York. / FMI
Viandantes en una avenida de Nueva York. / FMI
La economía mundial acumula un exceso de deuda y distorsiones en la distribución de ayudas fiscales para combatir la pobreza, la desigualdad y el desempleo tras la recesión.
La pandemia dejará una huella duradera en la desigualdad y la pobreza, según el FMI

Además de ocasionar una profunda descomposición en el sistema de salud pública global, la inestabilidad económica y la desigualdad en las sociedades creció debido a la brecha entre las poblaciones que tuvieron soporte económico durante el período de confinamiento y las que no. Las vacunas han salvado vidas y han contribuido a la recuperación económica de muchos países, pero en medio de nuevas variantes del virus, persiste una gran incertidumbre. La pandemia dejará una huella duradera en la desigualdad, la pobreza y las finanzas públicas, según la última edición del informe Monitor Fiscal, publicada por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La saturación de la economía mundial con un exceso de capitales, derivado de los paquetes de estímulo de los gobiernos del mundo, incrementaron los niveles de endeudamiento. Como consecuencia de la pandemia, la deuda mundial dio un salto de 14% en 2020, tocando un máximo histórico de USD 226 billones. Esa cifra incluye tanto la deuda pública como la del sector privado no financiero. "Es necesario vigilar de cerca esta última, ya que un exceso de deuda privada puede terminar empujando al alza la deuda pública", advirtió el FMI.

Exceso de deuda

El mayor prestamista global señaló que, en este momento, la deuda pública mundial asciende a USD 88 billones, un valor próximo al 100% del PIB. Se prevé que en 2021 y 2022 la deuda pública disminuya alrededor de 1 punto porcentual del PIB cada año; posteriormente, debería estabilizarse en torno al 97% del PIB. El FMI recuerda que a medida que la deuda aumenta, los países tendrán que calibrar las políticas fiscales según sus propias circunstancias, incluidos el ritmo de la inmunización y el vigor de la recuperación. En medio del actual contexto de desigualdad socioeconómica en las regiones en vías de desarrollo, las circunstancias de los distintos países varían significativamente dentro de los grupos de ingreso y entre ellos, y lo mismo ocurre con las políticas fiscales.

En las economías avanzadas, la política fiscal continúa respaldando la actividad económica y el empleo. La política fiscal, por su parte, se está reorientando y dejando atrás las medidas de emergencia y las líneas de salvataje que requirió la pandemia. Ya está apuntando hacia la inversión pública, a fin de facilitar una transformación verde y digital. Algunas políticas también imprimirán más inclusividad a algunas economías. En Estados Unidos, por ejemplo, algunas propuestas presupuestarias apuntan a reducir la desigualdad y recortar la pobreza en casi un tercio. Este hito podría lograrse con una aprobación de los nuevos fondos destinados a la aceleración del empleo y del consumo. 


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Planes de recuperación económica

El FMI afirma que las políticas fiscales también guardan relevancia a nivel mundial. Los grandes programas anunciados por la Unión Europea (Instrumento Europeo de Recuperación) y Estados Unidos (Plan de Empleo Estadounidense y Plan para las Familias Estadounidenses), por ejemplo, podrían agregar acumulativamente USD 4,6 billones al PIB mundial entre 2021 y 2026 si reciben plena implementación. El mundo mira con expectativa el avance en los procesos de recuperación de ambas potencias como referencia de empleo, consumo y bienestar económico. @mundiario

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