FMI: “La pandemia aumenta la desigualdad entre los países ricos y pobres en Europa”

Colas del hambre en Madrid en 2020. / Twitter.
Ciudadanos haciendo fila para retirar comida de primera necesidad en un banco de alimentos en Madrid, España, ante la crisis económica causada por la pandemia de coronavirus. / ABC.es
Los expertos del Fondo explican que “las regiones más rezagadas cargan con una pesada maleta de problemas estructurales, a los que se suman los específicos de la pandemia".
FMI: “La pandemia aumenta la desigualdad entre los países ricos y pobres en Europa”

La Covid-19 no distingue entre países desarrollados y subdesarrollados. Prácticamente ninguna región del mundo está exenta de la ola de recesión, austeridad y escasez de dinero que azota a la humanidad en este momento de una extrema crisis global derivada de la pandemia de coronavirus, sobre todo en este punto crítico del brote tras la mutación de la Covid-19 a través de una cepa que es un 50% más infecciosa. Es decir, más restricciones a la movilidad social, más miedo al contagio y, por ende, una parálisis más profunda de la actividad económica. 

Y es que en este contexto, el desempleo arropa a las regiones de dos países muy sacudidos por recesiones, deudas elevadísimas y crisis económicas crónicas incluso mucho antes de la pandemia: España y Grecia, así como algunos territorios italianos y franceses de ultramar. Los flujos de capitales no están circulando por esas regiones puntuales de cuatro importantes economías, principalmente turísticas, de la Unión Europea. Por lo tanto, hay menos ingresos y menos bienestar para sus poblaciones. El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanza un panorama poco optimista y analiza esta realidad como un período de austeridad muy grave que concentrará las rentas en los países con sectores menos dependientes de la demanda no esencial. El mayor prestamista del mundo considera que “la pandemia hará crecer la brecha entre las regiones pobres y ricas, no solo dentro de la UE, sino dentro de un mismo país”. 


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Aunque los Gobiernos europeos han recibido en su conjunto más de 700.000 millones de dólares en liquidez para subsidios, ayudas sociales, créditos y fondos de reserva de gasto público a fin de mantener el consumo en la población en medio de la ola de desempleo y parálisis económica atizada por la pandemia, ese dinero no es suficiente para evitar que la desigualdad campee sobre la eurozona, pues en los países que producen menos bienes clave cotizados en el dinámico mercado interior, es donde la recesión golpeará con más fuerza porque las poblaciones y las empresas están demandando y comprando lo esencial, lo más fundamental para subsistir ante una crisis que no cederá rápidamente con las nuevas vacunas contra la Covid-19.

“A pesar del apoyo político excepcional desplegado por las autoridades, las regiones europeas con un PIB (producto interno bruto) per cápita (por habitante) más bajo y un desempeño económico discreto antes de la pandemia parecen estar más expuestas a los efectos de la crisis”, asegura este martes en un informe sobre la situación económica de la zona euro.

Esto implica que, por ejemplo, países muy dependientes del turismo como España y Grecia tendrán que buscar mecanismos para diversificar sus economías a modo de contingencia mientras la demanda global se reacomoda y las poblaciones vuelven a recuperar la confianza de viajar en medio de una progresiva pérdida de fuerza de la pandemia, aunque solo cuando la inmunización con la vacuna arrope al 50% de Europa. 

Más allá del endeudamiento con el Banco Central Europeo, Madrid y Atenas deben explorar métodos de captación de ingresos a través de créditos a sus sectores agropecuarios e industriales para así elevar sus exportaciones y ganar más espacio en el mercado interior de la zona euro, todo con el fin de conseguir más rentabilidad comercial para obtener ingresos con los que puedan financiar las necesidades de sus poblaciones. 

Los expertos del Fondo explican que “las regiones más rezagadas cargan con una pesada maleta de problemas estructurales, a los que se suman los específicos de la pandemia: se caracterizan por una dependencia desproporcionadamente mayor de sectores en los que el contacto social es habitual, como el turismo; disponen de menos ocupaciones donde es posible teletrabajar —lo cual puede marcar la diferencia para que una empresa siga funcionando y sus empleados recibiendo una nómina—; cuentan con un tejido productivo con más pymes —dotadas de menos músculo financiero para aguantar la crisis—, y suelen ser menos productivas”, detalló el organismo en un informe publicado este martes.

Entonces, el llamado del FMI a estos países, no solo España y Grecia, sino también Italia y Francia, es a que sus Gobiernos establezcan estrategias diseñadas para brindar condiciones logísticas y financieras de trabajo a distancia, esto con el fin de que los ciudadanos puedan obtener una fuente de ingresos que no requiera del contacto social en empleos comunes, lo que al mismo tiempo sería una estrategia epidemiológica muy eficaz para evitar la propagación de la nueva cepa de Covid-19 surgida en el Reino Unido. 

En su informe, el organismo con sede en Washington (Estados Unidos) llama a los países a “tener en cuenta la disparidad territorial desencadenada por el virus”. “Se necesitarán políticas específicas para salvaguardar las regiones vulnerables, prestando especial atención a los jóvenes y desfavorecidos para evitar el aumento de la desigualdad”, insiste el análisis correspondiente al artículo cuarto del FMI para la zona euro. 

No se descarta que desde el FMI se diseñe un fondo especial de créditos a los Gobiernos para estimular el financiamiento al empleo moderno de los ciudadanos más jóvenes de esos países afectados para que así se pueda impulsar el crecimiento socioeconómico en este período de recesión global. 

“La brecha es también entre Estados. Algunos se muestran más incapaces que otros a la hora de evitar que las distorsiones afecten a los más vulnerables. Mientras en España e Italia los que más ganan han resultado afectados en una proporción veinte puntos menor respecto a los que menos, en Alemania y Francia las diferencias son mínimas, del 5%, y el impacto ha sido mucho más homogéneo”, explica el FMI.

Sin embargo, aunque la diferencia entre los que menos se ven afectados en ingresos entre Alemania y España, por ejemplo, es muy amplia, eso no implica que los jóvenes alemanes y franceses no afronten un período de incertidumbre por la caída del consumo, del empleo y de la productividad en sus países debido a la pandemia. La desigualdad afecta actualmente incluso a las regiones más desarrolladas del mundo. @mundiario 

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