El presidente Feijóo ataca al Gobierno central en la causa contra Ence y el eucalipto

Alberto Núñez Feijóo.
Alberto Núñez Feijóo.

El Gobierno cambió su postura respecto a la prórroga concedida a Ence y la Xunta responde con argumentos demagógicos. Pero la elección es entre Ence y la pesca, el marisqueo, las conservas, el paisaje, el turismo, el crecimiento sostenible, el urbanismo responsable, la sintonía con el medio...

El presidente Feijóo ataca al Gobierno central en la causa contra Ence y el eucalipto

La Xunta de Galicia del PP lo ha vuelto a hacer, esta vez mediante declaraciones de su presidente, Alberto Núñez Feijóo. Apenas unos días atrás, dábamos cuenta en este artículo de la personación de la Xunta en los Juzgados para evitar que se declarase al eucalipto especie invasora. Ahora el presidente gallego arremete contra el Gobierno de Pedro Sánchez por no ratificar la ampliación de la concesión otorgada a Ence por el anterior ejecutivo de Mariano Rajoy.

Núñez Feijóo habla de actuación “unilateral” del Gobierno central y afirma que la Xunta defenderá los puestos de trabajo de Ence y a los 80.000 propietarios de eucaliptos. A uno hasta le faltan las palabras. Decidir implica siempre elegir. Y la elección no es entre Ence y la nada; entre el eucalipto y el terreno yermo. La elección es entre Ence y la pesca, el marisqueo, la industria conservera, el paisaje, el turismo, el crecimiento sostenible, el urbanismo responsable, la sintonía con el medio. Y la elección es también entre el eucalipto y los carballos, los castaños, manzanos, nogales, olivos, tejos… y cereales, hortalizas, legumbres…; es entre una especie que arrasa fauna, flora y medio y un campo rico en cultivos armónicos con las condiciones naturales del país y generadores de una riqueza que va mucho más allá de una fábrica de celulosa.

Recordemos lo sucedido: a comienzos de 2016, el Gobierno en funciones del Partido Popular en Madrid prorrogó 60 años la concesión a Ence para la explotación de su fábrica en la ría de Pontevedra. La instalación de la celulosa data de 1958 y coincide con la decisión del llamado “Patrimonio Forestal del Estado” de plantar eucaliptos en el norte de España a fin de producir pasta de papel. Debe recordarse que Ence –Empresa Nacional de Celulosas– se constituyó como empresa pública dentro del grupo INI y fue privatizada a partir de 1990. También ha de destacarse que la sede del Grupo Ence se radica en Madrid aunque ninguna de sus fábricas se localiza siquiera cerca de la capital de España. En 2018, la concesión venció pero, como decía, el ejecutivo de Rajoy la prorrogó por otros 60 años.

La decisión se tomó por un gobierno en funciones con sus competencias limitadas, el cual recurrió a una artimaña administrativa que ahora los tribunales cuestionan severamente. El ejecutivo de Sánchez hace lo que tiene que hacer: ponerse del lado de la ley y revisar un procedimiento, al menos, poco ortodoxo. La Xunta de Feijóo reacciona como saben hacerlo los demagogos: con argumentos simples y falaces. Debe recordarse, además, que el Partido Popular de Galicia había incluido en su anterior programa electoral estudiar el traslado de la fábrica de Ence en Pontevedra, criterio que cambió tras la injerencia de Génova en el asunto.

La planta de celulosa en Pontevedra utiliza agua para sus procesos de transformación, agua que se vierte en la ría y que contiene residuos químicos que inhabilitan la zona para el marisqueo. También causa un efecto olfativo desagradable y un impacto visual obvio.

La fábrica de celulosa sirvió de pretexto para la plantación masiva de eucaliptos en Galicia. Unos datos significativos: en España hay alrededor de un millón de hectáreas plantadas de eucalipto de las cuales alrededor del 60% se localizan en Galicia.

Se estima que un tercio de la superficie forestal gallega corresponde a plantaciones de eucalipto, proporción que aumenta cada año. Hay municipios en los que ocupa más del 80% de la superficie forestal. Teniendo en cuenta que el 22% de eucalyptus globulus en el mundo está registrado en España, se puede apreciar que en Galicia concentra alrededor del 15% del total mundial de esta especie de árbol australiano, una cifra que podemos describir como brutal sin miedo a exagerar.

Lo he repetido en anteriores artículos: el eucalipto causa la pérdida de nutrientes del suelo y, por lo tanto, la disminución de su fertilidad.

También promueve la mineralización de la materia orgánica; altos niveles de erosión, especialmente en plantaciones en pendiente; reducción de la disponibilidad de agua; dificultades para la supervivencia de las especies locales; limitación abrupta de la biodiversidad; generación de flora de bajo valor ecológico; empobrecimiento de la fauna a todos los niveles; alta vulnerabilidad al fuego; deterioro radical del paisaje y, como agravante de los factores anteriores, un carácter invasor que realza su expansión incontrolada.

La actual posición del Gobierno central aumenta las posibilidades de que se paralice una prórroga que nunca se debió haber concedido. El posible cierre de Ence, además de suponer una posibilidad extraordinaria para Pontevedra –para la ciudad como urbe y para su economía– implicaría el enésimo argumento para detener las plantaciones de eucalipto y comenzar la erradicación de esta especie exótica e invasora. Con ello, Galicia debería confabularse para el relanzamiento de su medio rural. Resulta esperpéntico que el peor enemigo de este escenario sea el propio Gobierno gallego. @mundiario

Comentarios