Las fábricas de automóviles pierden el 45% de su producción en marzo por la pandemia

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Una planta de ensamblaje de coches en España / cocheglobal.com
No es el fin del mercado automotriz, pero sí es el inicio de un período de suspensión logística que podría generar un déficit y pérdida de 14.000 millones de euros para el conjunto de las ensambladoras.
Las fábricas de automóviles pierden el 45% de su producción en marzo por la pandemia

La industria está en coma. No hay demanda de productos terminados ni bienes no esenciales de procesamiento industrial en España. La prioridad es el dinero, la alimentación y la seguridad sanitaria. En estos momentos no hay cabida para la fluidez de uno de los mercados que aporta entre un 10% y un 15% del PIB europeo. En el país ibérico, dos factores clave han paralizado la circulación de coches y han dejado el sistema de transporte en standby: la paralización del comercio global que impide importar petróleo y gasolina, y el confinamiento nacional por el estado de alarma como contingencia que busca frenar la expansión de la propagación del coronavirus.

Ese contexto es el que, en esta ocasión, ha originado una contracción industrial y una crisis laboral en el sector hasta el punto de que el segmento menos rentable, dinámico y activo en la economía española es el del motor. Como en 2012, en el peor momento de la pasada crisis económica. Así compara Anfac, la patronal de fabricantes de vehículos, la actual situación por la que atraviesa el sector. La recesión económica española de 2009 y 2010 generó una retracción sin precedentes en la circulación de capitales de inversión y la demanda de mercado en ese sector por la caída que tuvo el consumo en ese momento y el colapso del mercado de créditos por la burbuja hipotecaria que dejó a miles de españoles en la calle.

El gremio asume esa realidad tras anunciar los datos de producción de vehículos del mes de marzo, que sufrió un desplome del 45%, y estimar lo que será este abril: todavía peor, con una producción nula debido a que las fábricas están todas cerradas y apenas cinco recuperarán la producción antes de pasar a mayo.

No es el fin del mercado automotriz, pero sí es el inicio de un período de suspensión logística que podría generar un déficit y pérdida de 14.000 millones de euros para el conjunto de las ensambladoras y concesionarios del país.

“Esta situación provocará que se fabriquen hasta 700.000 unidades menos en el conjunto del año”, estima Anfac para 2020. En 2012 se cerró con 1,98 millones de unidades fabricadas en España. La comparación sirve a los fabricantes para reforzar su idea de que es necesario un plan de estímulos para recuperar el mercado de vehículos en España, que ya cerró 2019 en negativo y que este año se espera todavía peor. Sin embargo, lo llamativo de la situación es que, al menos hasta ahora, el gremio no ha solicitado un paquete de rescate al Gobierno, pero no descarta que lo haga si las pérdidas llegan al peligroso umbral de los 10.000 millones de euros.

“Es urgente paliar esta situación porque la reactivación de las fábricas se está realizando muy lentamente y la falta de demanda seguirá paralizando las instalaciones”, afirma en un comunicado la patronal, que considera que sin un mercado interno potente “no habrá confianza de las matrices automovilísticas para seguir produciendo en España”. Esto podría ralentizar los flujos de inversión extranjera directa que entran al país y convierten esos capitales en ingresos fiscales para el Estado debido al alto porcentaje de impuestos que cobran en un sector que genera al menos el 10% del valor total de la economía española y tiene un mercado de trabajo de 800.000 empleados.

De momento, los datos de marzo sitúan la producción en España en un retroceso en el primer trimestre del 14,6%. Se han ensamblado en esos tres primeros meses del año 646.221 unidades, pero el problema radica en la baja demanda que existe actualmente y la acumulación de oferta sin salida al mercado que podría ampliar los déficits de las compañías automotrices.

El informe de la patronal detalla que las existencias producidas antes de la pandemia permitieron que las exportaciones, destino del 80% de la producción española, no cayeran tanto. En todo caso, sufrieron un buen golpe, al reducirse un 37,7% en marzo, beneficiadas porque otros mercados exteriores cerraron después que el español. En lo que va de año acusan una caída del 11,8%, lo que representa una pérdida de 1.700 millones de euros.

“Por segmentos de producción no hubo muchas diferencias. Mientras los turismos se desplomaban un 44%, los vehículos comerciales e industriales caían un poco más, un 47%”, precisa la Anfa. @mundiario

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