Un exministro chavista desvió 15 millones de dólares de PDVSA en 2013

Javier Alvarado, viceministro de Energía durante el Gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013). / El Nacional
Javier Alvarado, viceministro de Energía durante el Gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013). / El Nacional
A través de una compleja red de lavado de dinero, testaferros y paraísos fiscales en Andorra, con bienes comprados en EE UU, España y Belice, desfalcó parte de la riqueza venezolana.
Un exministro chavista desvió 15 millones de dólares de PDVSA en 2013

Uno de los grandes flagelos que hundió a Venezuela, sino el principal, es la corrupción. A medida que la crisis económica, política y social avanza sin tregua como la pandemia de covid-19, se hace evidente que la compleja crisis humanitaria del país sudamericano es producto directo de la negligencia y el sesgo del lucro financiero de quienes ejercen su administración pública. Dicho de otra forma, la corrupción ya es completamente sistémica dentro del Estado venezolano. No es un fenómeno, ahora es prácticamente una hermética política de Estado del chavismo.

Y es que la enorme estructura de desfalco y lavado de dinero que hoy tiene a Venezuela convertido en un país financieramente quebrado, es el hábitat político y personal de la cúpula que controla el poder de esa nación. La cúpula del régimen de Nicolás Maduro está conformada por diversos monopolios, cuyo sector más grande es el de la élite militar, la cual sostiene al líder chavista en el poder. 

Pero esa burbuja de privilegios, a donde llegan los gruesos flujos de rentas que Maduro distribuye con la venta ilícita de oro del Banco Central a Rusia y Turquía, así como con las exportaciones de petróleo a Irán y Singapur evadiendo las sanciones de Estados Unidos, son solo el resultado de una práctica que se volvió la constante en la gerencia pública de las sólidas instituciones y de la compañía que hicieron de Venezuela una potencia petrolera hasta el 2012, antes de la debacle.

Javier Alvarado, viceministro de Energía durante el Gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013), ejecutó un preciso plan de desvío de fondos en complejas redes de corrupción compuestas por paraísos fiscales para lavar dinero comprando inmuebles en Cartagena de Indias (Colombia), Madrid (España) y Miami (Estados Unidos), con lo cual logró desviar 15 millones de dólares (12,4 millones de euros) a Suiza, Luxemburgo y Dominica, según una investigación realizada y publicada este viernes por el diario El País, de España.


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La dinámica de ese entramado de corrupción

Esta estrategia consistió en tener acceso a las cuentas fiscales y fondos de inversión de PDVSA, que el ex viceministro Alvarado controló durante 14 años, para diseñar partidas presupuestaria que maquillaban y justificaban transferencias con falsos motivos corporativos de la petrolera estatal, las cuales en realidad iban dirigidas a cuentas personales o de testaferros en bancos de Andorra y Suiza, dos naciones que poseen los índices de secreto y confidencialidad bancaria más altos del mundo. 

De acuerdo con la investigación de El País, “el exministro Alavarado, quien también ejerció hasta 2010 como director de la compañía pública Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) de Venezuela, se sirvió para estas inversiones de los fondos que presuntamente saqueó de la compañía estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA)”, según la policía de Andorra.

Es decir, haciendo uso de cargo como administrador adjunto (al entonces ministro de Energía y Petróleo Rafael Ramírez) de las finanzas y las condiciones técnicas de la industria petrolera, Alvarado justificó esos opacos manejos de fondos con presuntas inversiones internacionales o pagos a proveedores extranjeros, que nunca fueron tal cosa, y en realidad desfalcaron 15 millones de dólares provenientes de los ingresos por exportaciones de crudo cuando para ese momento Venezuela era una potencia productora de 3 millones de barriles diarios de petróleo.

Un prontuario de oscuras maniobras financieras

El ex jerarca chavista está fichado desde septiembre de 2018 entre los 28 procesados por un juzgado de Andorra -un pequeño país europeo situado entre España y Francia- por participar en el supuesto expolio (robo) de 2.000 millones de euros de la compañía petrolera venezolana. Alvarado está acusado de blanqueo de capitales y de pertenecer a una red que cobró comisiones a empresas entre 2007 y 2012 a cambio de adjudicaciones de la energética. Es decir, chantajeó a contratistas de PDVSA para recibir pagos adicionales en los contratos, por valor de hasta el 30% de comisiones, con la condición de darles las concesiones de explotación, exploración o logística a esas empresas extranjeras que querían prestar sus servicios en Venezuela.

Pero, ¿cómo logró Alvarado desviar tanto dinero? Era socio de una empresa de maletín llamada Lairholt Finance Limited, que funcionaba como su sociedad en el paraíso fiscal de Belice (país ubicado en Centroamérica) para comprar por 1,1 millones de dólares (970.000 euros) una vivienda en España en noviembre de 2009. Con esa movida, el ex viceministro legitimó el primer tramo de los 15 millones de dólares que acumularía en varias transferencias a cuentas bancarias en Andorra. Su red de lavado de dinero iba desde Venezuela, pasando por Centroamérica en Belice hasta América del Norte en Miami, EE UU, e incluso saltando a Europa, específicamente a donde van la mayor parte de los bienes y capitales ilícitos de la élite chavista; España y Andorra.

“Alvarado también recurrió a esa supuesta firma mercantil para conseguir en abril de 2011 otro inmueble en Miami a través del testaferro Michael Freeman por 950.000 dólares”, según documentos internos de la Banca Privada d’Andorra (BPA), de acuerdo con el reporte de El País. Con esa transferencia completaría casi 2 millones de dólares para luego dispersar su riqueza ilegítima con otra ambiciosa compra: las transferencias revelan también que Alvarado utilizó su compañía de Belice para comprar en septiembre de 2011 un apartamento en Madrid por 700.000 dólares a través de un banco de Panamá, señala la investigación.

El efecto del 'socialismo'

La pregunta que inquieta a la opinión pública venezolana e internacional es qué tan buena inversión se hubiese podido ejecutar de manera limpia y transparente, como debe ser en una democracia, a través de una suma considerable como 15 millones de dólares, en la remodelación, dotación y reactivación de todo el sistema de salud público de Venezuela, que hoy atraviesa la peor crisis de su historia debido a la pandemia, la falta de inversión y, precisamente, la corrupción de los gerentes públicos del chavismo. 

Por lo tanto, la crisis económica y social del país tiene su punto neurálgico en la corrupción, pues esos fondos desviados habrían servido como base para una buena campaña de créditos por parte del Gobierno a las grandes y pequeñas empresas, de las pocas que quedan en el país, a fin de reactivar la producción en aras de frenar la hiperinflación y aumentar el destruido poder de compra de los venezolanos. @mundiario

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