Evo Morales se convirtió en un mejor delfín que Nicolás Maduro

Evo Morales, expresidente de Bolivia. / Instagram
Evo Morales, presidente de Bolivia. / Instagram
El presidente boliviano por mucho tiempo estuvo a la sombra de Hugo Chávez, pero resultó ser más listo que el hijo obrero del chavismo convirtiendo a su país en una nación apetecible para los inversionistas internacionales.
Evo Morales se convirtió en un mejor delfín que Nicolás Maduro

A punto de afrontar un nuevo proceso electoral, se puede decir que Evo Morales ha sido el alumno más aventajado de Hugo Chávez Frías. El político de 59 años se convirtió con el paso de los años en una máquina de ganar elecciones y con su presencia ha transformado a su país, en un lugar con una estabilidad que prácticamente nadie habría pensado que ocurriría, especialmente durante sus primeros tiempos en el Palacio Quemado y que ahora podría extenderse en la nueva sede de la presidencia boliviana en caso que se concrete un nuevo triunfo.

Un país que estuvo dominado desde finales de los años ochenta y durante toda la década de los noventa por gobiernos neoliberales, ahora se antoja como un sitio idóneo para invertir en medio de una economía liderada por el propio Morales que ha llamado la atención de grandes emporios internacionales.

Como lo señala BBC, la Bolivia socialista de Evo Morales "se convirtió en terreno fértil para cadenas extranjeras de comida, ropa, electrodomésticos y también para las transnacionales dedicadas a rubros como el petróleo, la minería o la agroindustria."

Sin mucho ruido internacional, salvo los juicios contra Chile para acceder nuevamente al Océano Pacífico después de perder la Guerra del Pacífico en el siglo diecinueve, el gobierno boliviano viva en una especie de época de bonanza que le ha permitido ingresar de lleno una era comercial que hace 17 años era toda una quimera, porque cabe recordar que en aquella época hasta la mismísima McDonald´s se tuvo que ir de ahí porque le fue imposible sobrevivir a las calamidades económicas de ese entonces.

Paradójicamente, hoy, el Big Mac podría convivir tranquilamente no solo con la comida típica boliviana sino además con el resto de las propuestas comerciales que ahora mismo hacen vida en un territorio que antes era sinónimo de incertidumbre y que hoy, Evo Morales ha llevado a una normalidad que hoy asombra a propios y extraños. @mundiario

Comentarios