La Eurocámara aprueba a Christine Lagarde para el BCE con amplia mayoría

Christine Lagarde tiene prácticamente el camino despejado para ser nombrada jefa del Banco Central Europeo el 1 de noviembre. La exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido votada por 394 eurodiputados, quedando muy lejos de los 206 que dieron su pulgar abajo y apenas 49 abstenciones. La experimentada abogada francesa ya tenía de antemano la bendición de la Comisión de Economía del Parlamento comunitario, ante la cual defendió que el banco mantenga una política de estímulos por un "tiempo prolongado" y que los países con mayor magen presupuestario inviertan a fin de darle un nuevo aire a la economía continental.

El voto del pleno de la Cámara era plenamente constitutivo, pero de haberlo perdido, Lagarde se hubiera quedado en una situación muy delicada. El Consejo Europeo se reúne en octubre y deberá ratificar su nombramiento y el de los demás comisarios y ejecutivos de la Unión Europea. El informe hecho por Rioberto Gualtieri, expresidente de la Comisión de Economía del Parlamento, y leído por Irene Tinagli, proponía su nombramiento. Tinagli explicó que la designación de Lagarde era un "hecho histórico", pues sería la primera mujer en presidir el BCE 20 años después de que iniciara a circular el euro.

Tinagli resaltó que en el cuestionario Lagarde respondió por escrito y en la audiencia ante la comisión ya mencionada la política francesa dejó claro que está "consciente de los retos a los que se enfrenta" y que se ve capaz de "asumir el reto". La presidenta del séquito recordó también que el Parlamento seguirá teniendo el control del BCE mediante comparecencias trimestrales, informes anuales y las preguntas escritas que emitan los eurodiputados. 

Los diputados de la bancada del Partido Popular Europeo, los socialdemócratas y los liberales fueron los que votaron a favor de la exjefa del FMI. Todos resaltaron que Lagarde optará por mantener muchas de las políticas de Mario Draghi.

Muchos de los comentarios más críticos fueron lanzados a los gobiernos de la UE, que de momento tiene todavía pendiente la tarea de crear una herramienta fiscal que acompañe la política monetaria del BCE. Muchos eurodiputados conservadores sí abrieron fuego contra el proyecto continuista de Lagarde, quien por cierto no estuvo en la cámara al momento de la votación. Ernest Urtasun, diputado de Los Verdes, explicó que pedir una subida de tipos de interés con Alemania en recesión, la posibilidad de un Brexit duro y un contexto de guerras comerciales que es un "suicidio", según explica El País. Como sea, sí pidió a Lagarde que cese la compra de activos vinculados al carbono y se mantenga atenta ante la posible formación de burbujas.

Aurore Lalucq, de la bancada socialdemócrata, explicó que se encuentra satisfecha con las respuestas de Lagarde, pero le pidió precaución a raíz de la labor del FMI en la crisis de Grecia. En esa línea se expresó también Stéphanie Yon-Courting, recordándole que las decisiones también pasarán por el Consejo de Gobernadores del BCE.

Los únicos que votaron en su contra fueron ECR, los partidos euroescépticos y la GUE. "Sus políticas no hacen nada para el clima ni las desigualdades”, dijo la izquierdista Manon Aubry. @mundiario