España: Una cosa es salir de la recesión y otra muy distinta es salir de la crisis

El ministro Luis de Guindos, junto a la vicepresidenta.
El ministro Luis de Guindos.

Este verano acabará la recesión en España, según el ministro de Economía, Luis de Guindos. ¿Qué quiere decir eso? Se lo contamos en MUNDIARIO.

España: Una cosa es salir de la recesión y otra muy distinta es salir de la crisis

Este verano acabará la recesión, según el ministro de Economía, Luis de Guindos. ¿Qué quiere decir eso? Si es cierto que España en vez de producir menos, producirá lo mismo o incluso un poco más que el año anterior, de modo que si esto es así el paro dejaría de aumentar. Como también se dice en el subtítulo del libro 'Cómo salir de ésta', España toca fondo. Poco más quiere decir. Porque una cosa es salir de la recesión y otra muy distinta es salir de la crisis; máxime en un país con 6 millones de parados cuya economía suele requerir crecimientos por encima del 2% -o incluso más- para crear empleo neto.

Queda, por tanto, mucho tiempo por delante hasta que la España de Rajoy pueda diluir su desempleo, que sería realmente la manera de decir que el país sale de esta maldita crisis. Si algo constata la Encuesta de Población Activa (EPA) es que se agrava la situación de mucha gente en su día a día, al tiempo que se mantiene la brecha con el entorno europeo, donde si bien hay mucho desempleo viene a ser la mitad que aquí.

¿Pero hay salida? Claro que tiene que haber salida, del mismo modo que debe ser equilibrado y proporcional el esfuerzo de todos en este duro proceso. Lo que no procede es que encima los más débiles contribuyan a que salgan de la crisis los más poderosos. Y algo de eso ya está sucediendo con el trasvase de rentas del trabajo en beneficio de las rentas de capital.

La clave de todo lo que está pasando es la llamada devaluación interna, concepto que traducido a un lenguaje más coloquial supone salarios y precios más bajos. Lo primero es evidente, lo segundo admite muchos matices, ya que hay excesiva inflación, a menudo producto de ineficiencias de algunos sectores y mercados. También salta a la vista el aumento de impuestos y tasas de los servicios públicos, sin que todo ello sirva para eludir muchos recortes sociales, de ahí la injusticia que supone la gestión de la crisis para los que menos tienen.

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