España se sitúa en cifras de endeudamiento que estrangulan el crecimiento

España presenta un problema de acumulación de deuda que de no ser corregido puede llevarle a una situación de insolvencia, según explica este nuevo colaborador de MUNDIARIO.
España se sitúa en cifras de endeudamiento que estrangulan el crecimiento

El pasado viernes, la Comisión Europea hacía público su Winter forecast 2012-14, en donde establecen las previsiones para ese período del conjunto de la Unión Europea así como la estimación de las principales macro magnitudes para cada uno de los países miembro.  El informe establece que la recuperación de la economía de la unión comenzará en breve, siendo el motor de dicha recuperación en un primer momento la demanda exterior (exportaciones) para, a finales de 2013, ver una mejora creciente tanto de inversión como de demanda interna, que sustituirá  a las exportaciones como factor clave de crecimiento a partir del año 2014. En lo que respecta a la tasa de desempleo, en 2013 se estima que se incrementará en un 0,8% para situarse en el 12,2% tasa en la que se estabilizará. Por países, destaca el caso de las economías bálticas creciendo a tasas superiores al 3% en 2013, que llegan a ser superiores al 5% en el caso de Letonia y Lituania.

Para España, las estimaciones de la comisión no podrían haber sido peores, sobre todo en términos de déficit y deuda pública. Si el pasado Miércoles el presidente del gobierno daba como válida la cifra del  7% (objetivo 6,3%) como déficit  para el año 2012, la comisión europea lo establece en el 10,2% pues contabiliza como tal las ayudas a la banca. Lo que estas cifras demuestran es que, por un lado el incrementar los impuestos en época de recesión incrementa muy poco la recaudación y estrangula al sector privado (consumo y sobre todo inversión), motor de la recuperación en toda economía. Por otro lado demuestra el craso error que supuso inyectar dinero público para salvar los muebles a la banca (con la más que probable no recuperación del dinero en el futuro), frente a la alternativa de la capitalización de deuda, consistente en transformar la deuda en acciones asumiendo así pérdidas sólo los accionistas de los bancos intervenidos, que son quienes asumieron el riesgo.

Un problema de deuda que amenaza la solvencia

Las estimaciones de la comisión europea y de otros organismos internacionales como el FMI, estiman que  la economía española cerrará 2012 con un ratio de deuda/PIB del 90,6%, que llegará a ser del 100% en el año 2014. (Aquí previsiones de deuda del FMI para los países de la zona euro).

El discurso que escuchamos y leemos día tras día en los distintos medios de comunicación en España hace hincapié en la necesidad de que nuestra economía crezca para tener mayor capacidad de pago. En el año 2010, los economistas Carmen Reinhart (Peter Institute for International Economics) y Kenneth Rogoff (Harvard) publicaban su trabajo a decade of debt. En este estudio, elaborado a partir del análisis  de series estadísticas de 44 países a lo largo de 200 años, se obtiene la evidencia de  que  con ratios de deuda pública superiores al 90% del PIB  se estrangula el crecimiento. Concretamente, si una economía supera dicho umbral de deuda, el crecimiento medio real de su PIB cae un 1%, y a medida que supera dicho ratio el impacto negativo sobre el PIB se hace mayor. Las conclusiones de este estudio  son claras: las economías que han mantenido de forma sostenida sus ratios de deuda/PIB por debajo del 60%, son las que han conseguido un mayor crecimiento a largo plazo.  Ya en Abril de 2012, el Banco Central Europeo hizo público en su boletín mensual un análisis sobre la sostenibilidad de la deuda de la zona euro donde, literalmente, argumentaba: “Para limitar los riesgos que amenazan la sostenibilidad de la deuda en la zona del euro, es necesario situar las relaciones de deuda pública con respecto al PIB en niveles de seguridad por debajo del 60 %.”

Al contrario de lo que se repite constantemente en los discursos políticos, donde se argumenta que el principal problema de nuestra deuda radica en el sector privado, España sí tiene un problema de deuda pública. El sector privado (que llevaba incrementando sistemáticamente su deuda total desde la década de los noventa) está inmerso en un continuo proceso de desapalancamiento, mientras que el sector público lleva incrementando sistemáticamente su deuda desde el año 2007.El problema de la deuda española no es su coste(es inferior al coste medio de la última década), es su volumen creciente. El sector privado tiene un gran volumen de deuda decreciente, el sector público tiene un gran volumen de deuda creciente, y esto se refleja en el mercado: Los CDS (seguro frente a impago de deuda) son más costosos para nuestra deuda pública que para nuestra deuda privada. Por otro lado, las empresas de nuestro país colocan en el mercado obligaciones a diez años a un coste mucho menor del que coloca el Estado sus bonos a 10 años. No es que a nuestros acreedores le caigan mejor las empresas que los estados, es que ven un mayor riesgo de impago en nuestro Tesoro que en una empresa y esto no es normal, pues la renta fija corporativa históricamente siempre ha presentado unos tipos de interés más altos que la deuda pública.

Las actuales cifras de déficit son insostenibles a medio plazo. Mientras no lo reduzcamos a unos límites sostenibles, estaremos inmersos en el bucle sin fin de emitir más deuda para pagar deuda  (intereses), lo que hace que su  volumen siga en aumento y, visto la política económica de los gobernantes europeos, estaremos condenados a años y años de impuestos altos que no servirán para financiar servicios, sino que irán destinados  a gasto financiero improductivo.

El gran error del ajuste fiscal español es haber realizado la mayor parte del ajuste a través de impuestos y poco sobre gastos. España tiene una enorme liquidez en bienes públicos que pueden ser vendidos o arrendados, posee participaciones multimillonarias en empresas del Ibex-35 que pueden ser vendidas, existen multitud de empresas públicas con apenas actividad que pueden ser vendidas o suprimidas… Además bajando tipos impositivos obtendríamos un mayor impacto en el multiplicador fiscal, con su consecuente efecto positivo en el PIB. A medio plazo esto atraería inversión extranjera si lo acompañásemos de una mayor facilidad para hacer negocios y, sobre todo, con estabilidad institucional. Como digo, urge atacar con decisión el problema del déficit y de la deuda. Crecer reduciendo el déficit y amortizando deuda es posible y pare ello es necesario dejar de estrangular al sector privado. Si lo conseguimos, equilibraremos nuestras cuentas y asentaremos las bases para un crecimiento sostenible. @PabloS_F

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