El entorno del sistema empresarial de Galicia es dinámico y complejo

CIE A Granxa en Vigo. / CZFV
CIE A Granxa en Vigo. / CZFV

El sistema financiero, que aún no resolvió todas sus debilidades, camina hacia posiciones oligopolísticas que incrementan las exigencias y costes en comisiones y garantías.

El entorno del sistema empresarial de Galicia es dinámico y complejo

Cualquier análisis, diagnóstico y diseño estratégico empresarial, tanto del sistema en su conjunto como de una empresa o empresas de una actividad determinada, requiere considerar la evolución y situación interna del sistema, así como  la evolución, situación y, fundamentalmente, las expectativas de su entorno, tanto  general –económico-financiero, tecnológico, socio-laboral, político-universo público,…– como el específico de la actividad de que se trate: productos-servicios, proveedores, clientes, competencia,… Esos análisis son indispensables para decidir cómo afrontar el futuro, cómo anticiparse con visión proactiva y tratar de acertar. En este momento, la evolución y  expectativas del entorno general suponen incertidumbres y complejidad.

 Con el desarrollo vertiginoso de las tecnologías de la información y la comunicación, la robótica, los sistemas avanzados de movilidad, la digitalización del comercio que ya se extiende a la logistica, distribución y a la mayoría de los servicios, la globalización de la economía, cada vez más intensa, estamos ante una revolución tecnológica, organizativa, estratégica…, que está modificando sensiblemente los modelos productivos. Todo ello es un reto y puede ser una gran oportunidad para las empresas y para el empleo y, al mismo tiempo, se ve condicionado por Importantes incertidumbres políticas y geo-estratégicas. 

La digitalización constituye un reto importante que supondrá la entrada de nuevos competidores en el negocio bancario

El sistema financiero, que aún no resolvió todas sus debilidades, camina hacia posiciones oligopolísticas que incrementan las exigencias y costes en comisiones y garantías. En ese contexto, la digitalización constituye un reto importante que supondrá la entrada de nuevos competidores en el negocio bancario. En ese ámbito también es relevante la  inestabilidad en los  tipos de cambio de las divisas y el desarrollo de las criptomonedas.

La recuperación parcial del ritmo de  crecimiento  de los países emergentes y  el lento retorno a tasas positivas en los del primer mundo,  están afectados por  la incertidumbre en la intensidad de  la demanda y el comercio internacional.  Esa lenta recuperación de la demanda global continúa afectando a la mayoría de las materias primas, con una especial volatilidad del precio del barril de petróleo.

En cuanto a la evolución y expectativas de la UE  son bastante inciertas. Una moneda no consolidada y una gobernanza confusa, dubitativa e incompleta en estructura y contenidos. Una unión con cierta precipitación en sus últimas ampliaciones, con importantes lagunas todavía en sus políticas comunes y con relevantes evidencias en la falta de una  cooperación eficiente. 

Esa situación se incrementó en los últimos años por la profunda y prolongada crisis, afrontada sin una clara estrategia, los problemas de fractura interna (BREXIT), la debilidad frente al terrorismo internacional y las migraciones  derivadas de guerras interminables en Oriente Próximo y Medio, cuyo acogimiento crea tensiones por incumplimiento de los compromisos asumidos.

La UE debe tener más convencimiento de sus potencialidades y aplicar una adecuada visión estratégica para poder sobrevivir en un mercado global complejo en el que ha descendido su posición competitiva

Sin duda, la UE debe tener más convencimiento de sus potencialidades y aplicar una adecuada visión estratégica para poder crecer y sobrevivir en un mercado global muy complejo en el que ha descendido su posición competitiva.  Si añadimos a todo lo anterior el envejecimiento de la población, no cabe duda que  el modelo de “bienestar europeo” tiende a situaciones de riesgo.

En España, la crisis, no afrontada en el momento inicial y con medidas poco coordinadas y no sistematizadas, condujo a un ajuste repartido injustamente que ha afectado especialmente a las rentas, al desempleo, la sanidad, la educación y la I+D+i. Especial gravedad tiene el nivel de paro y el incremento de la precarización en los empleos creados, con insuficiente valoración de la formación, que impide una verdadera evolución del sistema productivo hacia modelos más competitivos.  El paro y esa precarización, en el marco de una pirámide demográfica envejecida, genera una   insuficiente financiación de las pensiones que exige  cambios muy urgentes.

El PIB español crece por encima del 3% en los últimos años y expectativas próximas al 2,5%. El déficit público se está controlando lentamente, pero la deuda pública iguala al PIB en un horizonte de subidas del tipo de interés. Esta situación, a pesar de la disminución de la prima de riesgo a cifras de dos dígitos, tiene y tendrá importantes  repercusiones en la financiación y liquidez y, al mismo tiempo, es una pesada hipoteca para generaciones futuras.

Persiste una economía sumergida muy relevante combinada con un fraude fiscal que no se afronta con decisión y eficacia.  Esa   economía sumergida, con una  corrupción importante en buena parte de la clase política y en algunos grupos empresariales y organizaciones patronales y sindicales, implica una  grave distorsión del mercado, además de la falta de equidad y negativa ejemplaridad.

Las empresas y economías domésticas se encuentran en una sopa de letras de regulaciones y normas que impiden actuar con conocimiento de las reglas de juego para producir y vivir con un horizonte claro

Las promesas incumplidas en la reducción de gastos, especialmente por no haber avanzado suficientemente en la corrección de la dimensión de la estructura burocrática de unas administraciones con competencias reiterativas, hacen indispensable el adelgazamiento y la coordinación real de esa pirámide  administrativa. Ello, combinado con las amenazas rupturistas de la estructura del Estado por el artificioso tema de Cataluña, el cupo del País Vasco, las condiciones forales de Navarra,  la emulación de otras CC AA y un confuso planteamiento de “Nación de Naciones”, incrementa las tensiones de un mercado lleno de regulaciones distintas y superpuestas. Hoy no existe unidad de mercado en España. Las empresas y economías domésticas se encuentran en una sopa de letras de regulaciones y normas que impiden actuar con conocimiento de las reglas de juego para producir y vivir con un horizonte claro.

Con la reciente liquidación del Banco Popular, el sistema financiero español ha reiterado su debilidad a pesar del cercano rescate y, además, vuelve a estar de actualidad por la evaluación del coste total del mismo, que probablemente  superará los 110.000 millones de euros. Por cierto, un rescate sin  posibilidades de  retornos tangibles al no haber previsión de compensaciones. Esa falta de retorno es perjudicial para las empresas, las familias y la sociedad en general. Perjuicios que se incrementan en una situación del sistema prácticamente oligopolística, sólo corregible con el  importante proceso de cambio tecnológico que implica un replanteamiento completo del negocio y la entrada de competidores no tradicionales. @mundiario

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