Si España no apuesta por las energías renovables dependerá más del exterior

Parque Paxareiras, en Carnota
Parque Paxareiras, en Carnota (A Coruña).

Los cambios legislativos para frenar el Déficit Tarifario han provocado la paralización de un sector que hasta ahora se consideraba estratégico y de los pocos que seguían produciendo beneficios.

Si España no apuesta por las energías renovables dependerá más del exterior

Los cambios legislativos para frenar el Déficit Tarifario han provocado la paralización de un sector que hasta ahora se consideraba estratégico y de los pocos que seguían produciendo beneficios para la economía nacional.

 

Las medidas aprobadas por el ministro Soria durante los últimos años han frenado el crecimiento del sector y conseguido el rechazo de todos los interlocutores participantes en el mismo. Estos cambios suponen una visión cortoplacista del problema energético y de facto provocarán el incumplimiento del objetivo 20-20-20, por el que un 20% de la energía primaria consumida en la UE debe tener origen renovable a final de la presente década. España es un país sin recursos energéticos propios, y si no se apuesta decididamente por las renovables estamos condenados a la dependencia del exterior.

La política energética del Gobierno ha recortado las ayudas a la investigación, a la implantación de tecnologías eficientes y sobre todo impide que las nuevas centrales renovables cobren las primas a la generación de electricidad verde, sin ellas desaparece la viabilidad económica de las nuevas centrales. La reacción inmediata del mercado ha sido la paralización, aunque en los próximos años no cabe duda que un sector tan interesante como éste remontará y volverá a ser líder en la I+D+i nacional. Hasta 2012 el gran mercado de las renovables fue la puesta en marcha de centrales para la producción eléctrica (fotovoltaica, eólica, minihidráulia, biomasa..) que generaban miles de puestos de trabajo de elevada cualificación en los procesos de diseño, fabricación de componentes e implantación; con la desaparición de las primas es necesario que este mercado se reinvente.

En primer lugar debemos citar las modalidades que no precisan ayudas o subvenciones y son viables por sí mismas, como el autoconsumo y la biomasa. Galicia es la Comunidad Autónoma con mejores recursos en biomasa y debemos aprovecharnos de ello; la generación de calor usando pellets o astilla es ya más barata que usando gas natural y desde hace años que los derivados petrolíferos, por lo que la apuesta por las calderas de biomasa debe ser decidida. El autoconsumo se encuentra en una situación similar; hasta el momento las fuentes renovables se utilizaban para vender toda la electricidad generada al mercado, con un precio de venta muy superior que la obtenida a partir de los combustibles convencionales; con el nuevo marco jurídico las renovables deben competir en condiciones de igualdad en el precio de venta a la red con la termonuclear o el gas natural, pero también en el precio de venta de las comercializadoras al consumidor; el autoconsumo es la solución idónea para que una PYME instale una minieólica o una central fotovoltaica y pese a las trabas que el Ministerio de Industria está poniendo ya es una solución interesante para aquellas ubicaciones en las que abunde sol y viento.

Otra buena de futuro opción es la internacionalización de empresas. España ha sido líder mundial en la implantación de centrales renovables (eólicas, fotovoltaica, minihidráulica…) y este know-how debe ser exportado a otros países que están iniciando esta prometedora andadura, en particular a Hispanoamérica; en este continente las condiciones metereológicas (sol, agua, viento…) son idóneas para desarrollar las fuentes renovables incluso sin depender de primas o ayudas por parte de las administraciones.

El sector vivió sus particulares vacas gordas  con la implantación de grandes centrales, estas son abundantes y siguen funcionando; mantener las condiciones óptimas de operación es un tema que cobra especial importancia ya que la sustitución de un aerogenerador o de un inversor supondría dejar de cobrar las primas por modificar la instalación (pasaría a considerarse nueva). Con la nueva legislación las centrales renovables existentes deben alargar su vida útil al máximo, por lo que es imprescindible un buen mantenimiento; en este sentido debemos citar que se debe hacer un esfuerzo extra en la investigación y desarrollo de la ingeniería de mantenimiento, ya que el aumentar el periodo de vida útil por encima de lo esperado supondrá mejorar espectacularmente el balance económico de las instalaciones.

Brutal ataque a la I+D+i
Los recortes han atacado brutalmente a la I+D+i, no obstante debemos plantearnos las modalidades que menos evolución han tenido en los últimos años, como la generación de energía procedente del mar. Las tecnologías convencionales (eólica, fotovoltaica, hidráulica…) son ya maduras y la posibilidad de obtener energía del es una gran desconocida; Galicia es líder mundial en la construcción de grandes buques y las tecnologías marinas son también muy maduras en la Comunidad Autónoma; la generación eléctrica usando la energía cinética de las olas, de las mareas, de las corrientes, del viento o incluso el aprovechamiento de las algas y cultivos marinos como biomasa son modalidades prometedoras en las que Galicia podría ser puntera.
Dejamos para último lugar la ampliación del sector hacia otros afines, en particular la gestión energética. Las energías renovables han generado un capital humano muy importante en todos los aspectos que las componen (diseño, instalación, fabricación de componentes, mantenimiento de instalaciones, I+D+i…) que debe ser aprovechado para las instalaciones convencionales afines (electricidad, calefacción, aire acondicionado, cogeneración…), optimizando la duración de su vida útil y colaborando en el desarrollo de una explotación más limpia de las mismas, reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero y en general buscando un consumo más sensato de la energía.

 

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