Los empresarios españoles siguen con la confianza por el suelo debido a la crisis del coronavirus
El concepto colectivo y genérico que se tenía del progreso en España antes de esta era histórica marcada por la pandemia del coronavirus, era el crecimiento económico personal y nacional a partir del emprendimiento, la inversión y la creación de empresas. Solo el sector turístico aporta el 10% del PIB del país, mientras que el sector comercial genera el 12% y el de servicios, un 13%, según estimaciones de los gremios. Pero durante la crisis sanitaria, solo importa la subsistencia económica. Y a eso apelan los empresarios españoles; a sobrevivir a la crisis.
Es por ello que la confianza de los empresarios del país de cara al tercer trimestre de este año se mantiene en mínimos históricos luego de que en el segundo trimestre se desplomara un 26,9%, mientras que ese índice negativo se profundiza en 95,5% en julio. Se trata del récord más bajo de la estadística, que comenzó a ser registrada en 2013.
Quizás también te interese:
España sumó 11.000 nuevos millonarios en 2019 a pesar del débil crecimiento económico
Precisamente, el impacto de la Covid-19 ha hundido las expectativas de los tenedores de capital, en sus distintos rangos; bajo, medio y alto, por la percepción de que la economía española sigue estancada, y efectivamente, es así. Esta situación ha derivado en que el sector privado ve un panorama poco alentador en su crecimiento y en la generación de empleo debido a la abrupta caída del 30% que ha tenido el consumo tras el confinamiento y ahora con el temor causado por los rebrotes en algunas regiones del país.
Según el Índice de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA), publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), “los sectores de transporte y hotelería siguen siendo los que registran peores expectativas, mientras que, por tamaño, los negocios más pequeños (menos de 10 asalariados) ven con más preocupación la situación”, señala el informe del organismo.
Esto implica que se está expandiendo en España un clima de incertidumbre en torno a la velocidad con la que el consumo está cayendo, pues a medida que la crisis sanitaria persiste, la tendencia social y económica de la población apunta hacia la subsistencia, el ahorro y la preservación de los ingresos para estos tiempos de austeridad y aislamiento social, lo que afecta directamente a las empresas en cuanto a sus niveles de dividendos, inversiones, empleos y estabilidad financiera. @mundiario
