El problema de España no es de falta de empresarios, sino de dimensión empresarial

Miguel Ángel Revilla y su polémica pizarra
Miguel Ángel Revilla y su polémica pizarra.
Según el catedrático de Economía Fernando González Laxe, las empresas sin asalariados representan en España el 55% del total, y las sociedades que tienen entre 1 y 9 trabajadores, el 39%.
El problema de España no es de falta de empresarios, sino de dimensión empresarial

De la mano de la escritora Yolanda Aldón, el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla se lamenta en Mundiario de la desaparición de la economía real, en beneficio de la especulativa y financiera, y denuncia que los empresarios –se refiere a los ricos y grandes- ahora son especuladores que por no pagar ni pagan impuestos, amparados por una legislación hecha a su medida por políticos a los que controlan. Denuncia incluso que empresas como Telefónica o Endesa manejan a los políticos con sobresueldos.

Revilla tiende a hacer caricaturas de las situaciones extremas pero en el fondo hay algo de cierto en lo que dice, que en versión ampliada puede leerse en su libro ‘Nadie es más que nadie’. Frente a ese estado de cosas en las altas finanzas, a la clase política suele llenársele la boca hablando de las pequeñas y medianas empresas, las ‘pymes’, pero a la hora de la verdad sus problemas estructurales siguen estando ahí. A la mejora de la fiscalidad y la necesidad de que el crédito fluya, se añade también la conveniencia de que la Administración les pague lo que les debe.

Las ‘pymes’, como gancho político, corren incluso el riesgo de verse desplazadas por los emprendedores, una figura con grandes potencialidades en las economías avanzadas pero tampoco tantas como para que ahora España quiera reconvertir millones de parados en empresarios-emprendedores. Una, porque no es posible, y dos, porque puede frustrar una buena iniciativa.

En contra de lo que a menudo se cree, este país no tiene un problema de número de empresarios. Su verdadero problema es de dimensión de las empresas, la mayoría de las cuales ni siquiera tienen trabajadores.

Según el catedrático Fernando González Laxe, las empresas sin asalariados representan en España el 55% del total, y las sociedades que tienen entre 1 y 9 trabajadores, el 39%. Las compañías con más de 250 empleados suponen el 0,2% del total de las empresas españolas, dato más que revelador de la precaria estructura empresarial del país.

Laxe acaba de presentar su contribución al Proyecto Galicia, dedicado precisamente a las empresas de esta comunidad, cuyos problemas son similares a los de España: seis de cada diez empresas de Galicia no tienen a nadie en nómina. La competitividad empresarial de Galicia centra, de hecho, el quinto y último volumen de la serie de Economía del Proyecto Galicia de Hércules Ediciones, que ya suma el número 64 de esta iniciativa editorial, singular en el mundo por sus características.

En toda Galicia no llega a 200 el número de empresas -194- con más de 250 trabajadores y sólo hay 438 firmas que tienen de 100 a 249 asalariados, de un total de 212.771 empresas. Por tanto, Galicia tiene una alta densidad empresarial, lo que no tiene es un empresariado fuerte, capaz de dar empleo.

Galicia evoluciona hacia una economía de servicios con un débil sector industrial y una notable concentración de las actividades comerciales en el entorno de las grandes áreas metropolitanas. El tejido empresarial se concentra en las provincias de A Coruña y Pontevedra, con tendencia a concentrarse, a su vez, en A Coruña y Vigo. Abundan las empresas intensivas en la utilización de recursos naturales, si bien es escasa la integración productiva, de modo que los productos finales son utilizados como inputs por empresas radicadas fuera de Galicia. Falta tecnología y capacidad de creación de  empleo. @J_L_Gomez

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