El objetivo para una financiación adecuada en España está en una prima de riesgo de 200 puntos

Bolsa de Madrid
Tiene su valor que se suavice la prima de riesgo –de entrada, aparta el fantasma del rescate total- pero España sigue lejos del objetivo idóneo para poder financiarse en los mercados.
El objetivo para una financiación adecuada en España está en una prima de riesgo de 200 puntos

Parqué de la Bolsa de Madrid.

Vista desde las arcas públicas, la crisis derivó en una brutal rebaja de los ingresos del Estado, sobre todo debido al Impuesto de Sociedades, que cayó en picado en los últimos cinco años. Por eso mismo, las sucesivas cifras de déficit público que se fueron conociendo en España a partir de 2010 subieron como la espuma, y solo se contuvieron a base de verdaderos hachazos al Estado del bienestar. Pero la salida no es la austeridad, sino crecer, para que se recuperen los ingresos de todos, empezando por los del propio Estado.

La deuda pública y, sobre todo, la privada trajeron consigo riesgos de extrema gravedad para España, que quienes nos prestan resolvieron subiendo los tipos de interés de mercado. Esta semana, la rentabilidad exigida al bono español a 10 años alcanzó su nivel más bajo desde noviembre de 2010, con una prima de riesgo (sobrecoste que paga España para financiarse respecto a Alemania) reducida a 323 puntos básicos, camino de converger con la italiana. No es una mala noticia, pero con eso no se resuelve la crisis española; a lo sumo se atenúa.

Las pymes españolas siguen pagando intereses altísimos

Basta un dato para justificar esta cautela: a la hora de la verdad, las pymes españolas siguen pagando intereses altísimos para financiarse, mientras las alemanas apenas abonan intereses. Como ha calculado el propio Gobierno de Rajoy, solo una prima de riesgo de 200 puntos básicos detendría la sangría financiera en España, un país que hace enormes sacrificios para ‘tirar’ miles de millones de euros por las alcantarillas de los intereses que perciben los especuladores. Por tanto, tiene su valor que se suavice la prima de riesgo –de entrada, aparta el fantasma del rescate total- pero el país sigue lejos del objetivo, algo que solo se conseguirá recuperando la confianza en la economía y mejorando la financiación de los bancos.

Desde Europa, solo Alemania puede echar una mano, pero antes de sus elecciones de septiembre parece difícil que lo haga, de ahí las cautelas del Banco Central Europeo (BCE), cuya estrategia de fondo depende de lo que diga Berlín. ¿Hay margen? En materia de tipos, por supuesto, ya que si bien continúan en el mínimo histórico (0,75%), están por encima de los que aplican EE UU y Japón. Incluso el Reino Unido –dentro de la UE, pero fuera de la eurozona- tiene los tipos más bajos. Y no olvidemos una lección básica de la política monetaria europea: Alemania salió de la crisis con bajos tipos de interés, que el BCE le sirvió en bandeja para ayudar a sus empresas a invertir. Cuando menos, España necesita lo mismo.

Al hilo de lo que pasó en Alemania, recapitulemos un poco para ganar en perspectiva. El gran error de España con esos tipos bajos desde el año 2000 fue concentrar gran parte de su inversión en el ladrillo, en lugar de apostar por un sector industrial y de servicios más desarrollado e innovador. Ahora lo estamos pagando, sin que –por desgracia- haya otro remedio que aumentar la competitividad a través de la rebaja de los costes salariales y la subida de impuestos. Por eso cuanto más rápido se realice ese duro proceso de ajuste, antes España saldrá de la grave recesión en que se halla sumida. Se le pueden dar muchas vueltas a la economía europea, pero al final la salida nunca será la austeridad, sino crecer, para poder crear empleo. Y para crecer, España necesita hacer muchos deberes pero también precisa ayuda europea con tipos de interés más bajos. @J_L_Gomez

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