El BCE atacará el coronavirus con la compra de 120.000 millones de deuda y más liquidez

Christine Lagarde. / RR SS
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo / www.latribune.fr/economie
Con estas medidas, la máxima autoridad monetaria del Viejo Continente coloca a la Unión Europea como una zona financiera y bloque geopolítico mundial en estado de emergencia económica por la pandemia de coronavirus.
El BCE atacará el coronavirus con la compra de 120.000 millones de deuda y más liquidez

Europa se prepara para tratar de contener y frenar la expansión de lo que ya es una pandemia que no se veía en el viejo continente desde la crisis de la gripe española en 1918. Haciendo uso de sus abultadas reservas de capital y su sólido sistema financiero, el Banco Central Europeo se juega todas las cartas y hace una apuesta por la estrategia de la reanimación del mercado antes de que el coronavirus termine de hundir a la Eurozona en una recesión que cada día parece más inevitable y se ve más cerca. 

Es por ello que Christine Lagarde, presidenta del BCE, anunció este jueves una serie de medidas de shock con las que buscará financiar y capitalizar nuevos nichos de mercado en una bloque económico europeo que está contraído por la caída de la industria turística, la fuerte expansión del virus en Italia, la desaceleración del comercio internacional y los vetos de viajes desde Europa hacia Estados Unidos impuesto por el presidente Donald Trump. Lagarde informó que comprará hasta finales de año 120.000 millones de euros adicionales en bonos de deuda y anunció además nuevas inyecciones de liquidez.

Con esas dos primeras medidas, la jefa de la máxima autoridad monetaria europea tiene previsto captar títulos valores y capitales de los mercados financieros para luego proceder a inyectar ese flujo monetario en forma de liquidez a todo el sistema financiero europeo, la banca pública y privada, y a las empresas de la región con el objetivo de revertir la espiral de contracción del mercado laboral, la actividad comercial y la actividad industrial.

Con unos mercados en caída libre y las bolsas europeas en números rojos debido al traslado de capitales a activos de refugio como el dólar y el oro, cuyos precios se han disparado desde el lunes a máximos históricos por la incertidumbre financiera mundial, Lagarde trata de transmitir la sensación de que tiene herramientas para evitar una recesión que cada día parece más probable, y que además, ya podría estar instalada en la economía mundial aunque sus efectos aun no sean perceptibles, pero con la lamentable seguridad de que el PIB mundial se contraerá al 1,5% después de que se previera un crecimiento global de 3% antes del estallido de la epidemia. La exministra francesa y exjefa del FMI explicará a partir de las 14.30 las medidas que el Consejo de Gobierno del BCE decida en su reunión de Fráncfort.

Sin embargo, una medida que simplemente ratificó la política monetaria del ente emisor comunitario fue la decisión de dejar intactos los tipos de interés del euro, que actualmente se ubican en 0,56%, una tasa bastante atractiva para los inversores que desean colocar sus capitales y adquirir créditos en el sistema financiero europeo.

Antes de que el BCE publicara su comunicado a las 13.45, los analistas anticipaban un paquete que incluía ahondar en los tipos negativos, inyectar más liquidez para que los bancos la transmitan a las pequeñas y medianas empresas, y una ampliación de su paquete de compra de activos. Precisamente, los proyectores atinaron en su análisis y el BCE sorprendió con esta batería de medidas que colocan a la Unión Europea como una zona financiera y bloque geopolítico mundial en estado de emergencia y contingencia económica por la propagación de la pandemia de coronavirus, que podría llegar a su clímax en uno o dos meses.

De estas tres medidas, Lagarde dejó fuera la rebaja de tipos. Pero sí anunció también la compra de más activos y pone en marcha una línea de liquidez inmediata y sensata para el sistema financiero europeo. Con ambas movidas, el BCE recurre a la inyección de capitales para reactivar el crédito, ampliarlo e imprimirle fuerza a la velocidad de circulación de los flujos de capital en euros para evitar que el recorte en los tipos de interés de la Reserva Federal de EE UU y el alza del dólar por la caída de las bolsas mundiales con la incertidumbre de los ahorristas e inversores refugiándose en la divisa estadounidense, devalúe el euro y acelere la caída económica de la UE. @mundiario 

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