La economía y sus tres pilares en desequilibrio

Economía mundial. / RR SS
Una imagen referida a la economía. / RR SS
El estado de la dimensión social, del capital social, o del "pilar sociedad civil" es decisivo para el funcionamiento equilibrado de la economía, en interdependencia con el pilar mercado y el pilar Estado.
La economía y sus tres pilares en desequilibrio

Señalan autores como Amitai Etzioni o Gosta Esping Andersen que el funcionamiento económico se basa en tres pilares: el Estado, el Mercado y la Sociedad Civil. Este último término, la sociedad civil, entendida en sentido amplio como conjunto de relaciones informales no reguladas por el Estado; y conformada por la familia, la comunidad y el asociacionismo o "tercer sector". Los tres pilares son interdependientes, y cuando uno de ellos falla o presenta desequilibrios, los otros dos deben entrar a paliar sus deficiencias.

Sin quizás, esta es la situación en la que desde hace décadas se han asentado muchos países occidentales, en los que se ha erigido el fallo o desequilibrio en el pilar sociedad civil. Este punto enlaza con la llamada "pérdida de capital social", descrita por el sociólogo Robert Putnam en su conocida obra Bowling Alone (2000), en la que describe la caída de la interacción y la confianza social en la sociedad norteamericana desde los años cincuenta. Putnam apunta el influjo de diversos factores que han propiciado este contexto: los nuevos estilos de vida, los cambios en la institución familiar, la secularización, el auge de las nuevas tecnologías con la televisión y posteriormente Internet, o la modificación en el plano de los valores sociales y el crecimiento del individualismo.

El desequilibrio del pilar sociedad civil es entonces paralelo al debilitamiento del capital social, en sus dos categorías esenciales: el bonding social capital (familia) y el bridging social capital (comunidad y asociacionismo).

Lo expuesto no describe un mero cambio en la sociedad, amoldable y carente de consecuencias. La sociedad civil es responsable de una amplia variedad de funciones socioeconómicas, por lo que su declive lastra la capacidad de su ejecución. La sociedad civil protagoniza lo que se conoce como "economía no monetaria", basada en el principio de reciprocidad y que constituye el complemento imprescindible de la economía de mercado y no-mercado. Es el espacio donde se internalizan de modo gratuito diversas labores expresivas e instrumentales tales como: el soporte (material, físico y emocional), la acción colectiva, la transmisión de vínculos, la demografía, la movilidad social, el control social; además de inducir importantes repercusiones en el plano de la confianza y el civismo, y en la salud y el capital humano del individuo; aspectos todos descritos en la teoría del capital social.

El deterioro del pilar sociedad civil supone que el Estado y/o el Mercado deban entrar a intervenir en espacios que no les competían más que subsidiariamente, lastrando la eficiencia en cuanto a la asignación global de los recursos; afectando perversamente a la microeconomía y también creando o incrementando numerosas partidas de gasto público que redundan en el incremento de la presión fiscal y/o de la deuda a largo plazo. Además, este hecho provoca como indica Francis Fukuyama el riesgo de una adaptación por parte de la sociedad civil que pierde habilidades en la asunción de las acciones expuestas.

Este punto deja al descubierto la necesidad de un enfoque normativo porque la economía no es una ciencia —solo— positiva, sino que sirve a lo social y también bebe —como un input— de lo social. En suma, el estado de la dimensión social, del capital social, o del "pilar sociedad civil" es decisivo para el funcionamiento equilibrado de la economía, en interdependencia con el pilar mercado y el pilar Estado. @mundiario

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