La economía británica podría caer hasta el 14,3% en 2020 y sería su mayor recesión en 300 años
La sexta economía más grande e importante del mundo está a punto de entrar en una espiral de recesión que, con pronósticos negativos más lejanos que los que tendría permaneciendo dentro de la Unión Europea, amenaza con implosionar el desempleo, la falta de inversión y la pérdida de rentabilidad en los salarios de su población económicamente activa.
Y es que el producto interno bruto (PIB) del Reino Unido (el valor de lo producido por su economía en todo el año) podría caer entre un 10% y un 14,3% al final de 2020 por el impacto de la pandemia de coronavirus.
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Esto implica que se registrará una contracción de 2,85 billones de dólares, que el nivel actual de la economía británica, hasta los USD 2,44 billones. Esto se traduce en una pérdida de 497.550 millones de dólares que el conjunto de los países del Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) dejarán de producir, principalmente Londres (el segundo centro financiero más importante del mundo), por la paralización de la economía a partir de marzo.
Y aunque el Gobierno del primer ministro Boris Johnson ha ordenado la reactivación de la actividad laboral y comercial en el país, el desempleo ha escalado por encima del 5% y el tejido socioeconómico británico se ha visto seriamente afectado por los rebrotes de Covid-19 que han convertido a Reino Unido en la quinta nación con más casos de contagios en todo el planeta.
En su informe, publicado este martes, la OBR (Oficina de Estadística del Reino Unido) estima también que el PIB habrá caído un 21% en el segundo trimestre de este año, esto a pesar de la ligera recuperación registrada en mayo tras contraerse un 2,2% entre enero y marzo, justo al principio de la crisis sanitaria por el coronavirus.
En mayo, la curva de propagación del virus comenzó a perder fuerza debido a las medidas de confinamiento y la rápida realización de pruebas de detección, lo que le dio margen de acción y tiempo al Gobierno para inyectar medidas de estímulo fiscal que reanimaron el consumo y elevaron la circulación de rentas en el sector comercial y laboral hasta llevar el PIB a un crecimiento moderado del 1% debido al desbloqueo de la actividad empresarial e industrial. @mundiario
