El documento económico de Podemos vuelve a plantear el debate sobre los funcionarios

Dirección de Podemos. / Facebook
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La formación de Pablo Iglesias propone incrementar el número de funcionarios, lo cual colisiona de frente con la idea (falsa) de España como país con exceso de entramado público.

El documento económico de Podemos vuelve a plantear el debate sobre los funcionarios

La formación de Pablo Iglesias propone incrementar el número de funcionarios lo cual colisiona de frente con la idea (falsa) de España como país con exceso de entramado público. 

Hemos de recordar en primer lugar y un vez más, el artículo publicado en setiembre del año pasado en MUNDIARIO donde explicábamos que el gasto público en España se movía en valores similares a otros países de nuestro entorno.

En ese mismo artículo apuntábamos a los ingresos públicos como la auténtica flaqueza de las cuentas de la administración española. A partir de este hecho incuestionable, se pone en solfa la política económica completa del gobierno Rajoy dirigida al debilitamiento de los presupuestos públicos. 

Muchos o pocos funcionarios

Según los últimos datos del Boletín Estadísitico de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, en España hay algo más de dos millones y medio de funcionarios. Tomando como fuente Eurostat, y eliminando los trabajadores de la educación, la sanidad y los servicios sociales, España tendría alrededor de 1,3 asalariados públicos, lo que representa un funcionario cada 36 habitantes. ¿Saben cuál es esta proporción en Alemania? Uno cada 29. ¿Y en Francia? Uno cada 27.

A partir del cómputo total de empleados públicos, esa cifra pasa a ser de un trabajador en España por cada 16 ciudadanos. Somos el cuarto país de la Unión Europea, tras Austria, Portugal e Italia, con menos funcionarios por habitante. ¿Qué países presentan el mayor ratio dentro de la UE? Pues Dinamarca, Suecia y Finlandia. 

Si aún no está convencido, tiremos de datos de la OCDE para detectar que el empleo público representa una media del 16% sobre la población activa en los países desarrollados. En España, este porcentaje desciende al 13%, por debajo de naciones como Francia, Reino Unido, Italia o, nuevamente, los países escandinavos.  

Aumento imprescindible del número de funcionarios 

El desempleo en España coloca al país en situación de absoluta emergencia. No solo están los cinco millones de parados; es que la mitad no perciben ningún tipo de prestación. Un millón y medio de hogares su sumen en la pobreza. Tres millones de niños presentan riesgo de exclusión social severa. Las Administraciones tienen que tomar cartas en el asunto de manera inmediata. El déficit público no es una excusa porque, en primer lugar, lo decíamos al inicio, el problema es de ingresos antes que de gastos; abórdenlo. Y en segundo lugar, desempleo y pobreza son fuentes en sí mismo de gasto público. 

Pero además de una necesidad “numérica” de actuación, existe una demanda igualmente transcendente de cobertura técnica de puestos que es preciso cubrir antes de que el país entre en coma profundo. Puestos técnicos en la justicia con los que se regularice la situación insostenible de este pilar fundamental de la democracia. Puestos técnicos en sanidad gracias a los cuales recuperemos la calidad y atención médica de no hace tanto. Puestos técnicos en las agencias tributarias que palíen el problema crítico del fraude fiscal, lo que incidirá precisamente en el aumento de ingresos. Puestos técnicos en investigación y desarrollo, que empiecen a recortar la brecha que en esta área clave para la competitividad nos separa de los países líderes. Puestos técnicos en emprendimiento que permitan prestar un servicio fundamental del que hoy se carece en los servicios de empleo. Puestos técnicos en dependencia que garanticen la atención a las capas con mayores necesidades de carácter social, etc.

 Podemos, en este aspecto de su borrador de programa económico, tiene más razón que un santo. En otros terrenos, desde luego, no es así.

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