Dijsselbloem entra en pánico y se niega a presentarse en la Eurocámara

Jeroen Dijsselbloem. / RRSS
Jeroen Dijsselbloem. / RRSS

Aduciendo problemas de agenda, el presidente del Eurogrupo se niega a presentarse en el parlamento en medio de la tormenta desatada desde hace más de una semana.

Dijsselbloem entra en pánico y se niega a presentarse en la Eurocámara

Sus declaraciones a un diario alemán hace más de una semana siguen persiguiendo al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. El político holandés ha anunciado este jueves que no se presentará ante la Eurocámara la próxima semana tras las críticas desatadas luego de que se burlara de los funcionarios de Europa del Sur por "gastar su dinero en alcohol y mujeres" para luego pedir ayuda económica.

El neerlandés no ha ayudado a su misma situación. Como pretexto de disculpa aseguró que lo suyo era solamente "sinceridad holandesa", se negó a renunciar pese a las presiones de varios personajes de la Unión Europea y aseguró que todo había sido una malinterpretación. La izquierda pidió al Parlamento que rodara su cabeza y el Partido Popular Europeo (PPE) ha firmado y emitido una carta en la que también exige su salida, ésta más subida de tono que la solicitud izquierdista. Su cancelación reciente al parlamento obedece, según su despacho, a "problemas de agenda". No obstante, también podría tratarse de un intento por evadir a los furiosos eurodiputados y pasar otro bochorno como el que pasó ante la comisión de Economía de la cámara recientemente.

Estrasburgo había agendado esta comparecencia desde hacía bastante tiempo para debatir nuevamente sobre la situación de Grecia y hacer un análisis minucioso para el tercer paquete de rescate, el cual peligra en estos momentos. Antonio Tajani, presidente del Parlamento e integrante del PPE envió una invitación formal al holandés para invitarle a comparecer, forzando a su remitente a responder también por escrito. "El Parlamento se compromete a tener un debate abierto y democrático sobre el programa de rescate en Grecia", escribió el conservador italiano, que de paso recuerda "el interés de los líderes varios grupos". A la insurgencia de los populares se une también la de la izquierda, los Verdes y hasta los socialdemócratas. El mandamás de los segundos, Philip Lamberts, incluso le criticó diciendo que "con socialistas como usted no nos hace falta el Partido Popular Europeo".

Pero el tono ha subido mucho más en el Legislativo, que ha acusado a Dijsselbloem de acudir a estereotipos para sus críticas. Madrid ha demandado una disculpa mejor, más clara, es decir. Lisboa no ha tenido tanta delicadeza y ha exigido formalmente su renuncia, al igual que Matteo Renzi, el exprimer ministro de Italia. El alboroto ocasionado por sus palabras más el incierto futuro de su partido en su país tras sus vergonzosos resultados en las últimas elecciones, complican la situación para el encargado del Eurogrupo. Estóico, se aferra con las fuerzas que le quedan a su despacho y se comprometerá a asistir a la Eurocámara, pero no el próximo 4 de abril por sus compromisos. Defendió que ya ha comparecido sobre Grecia el pasado 21 de marzo y que eso le da crédito para retardar su próxima visita.

Independientemente de para cuándo agende su visita, el gran debate es realmente si llegará a la fecha elegida. Uno de los suyos, el vicepresidente del Ejecutivo europeo Frans Timmermans le ha hecho serios reproches, seguidos por otros mayores de los ejecutivos del Sur y hasta algunos del Norte. Si su cabeza llega a rodar, Luis de Guindos y Peter Kazimir, de España y Eslovaquia, respectivamente, son los mejores colocados para sucederle.

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