Los desagravios del autoconsumo en España

Placas solares. / Archivo
Placas solares. / Pexels.

El autoconsumo no puede regalarse. Pese al auge del sector  fotovoltaico con registros históricos nos enfrentamos a ciertos desagravios y una morosidad por partida doble: operadores y administraciones.


 
Los desagravios del autoconsumo en España

Malos tiempos para el autoconsumo. Para el autoconsumo fotovoltaico. A pesar de los planes del Gobierno de fomentar al máximo las renovables, en especial la energía fotovoltaica, y la buena marcha del sector, la verdad es que se podría ser más optimista si no fuera por algunos agravios tanto por parte de la administración como en especial por parte de los grandes operadores distribuidores (tipo Endesa, Naturgy e Iberdrola).

Según denuncia la Asociación Nacional de Autoconsumidores (A.N.A.), que agrupa a más de 3.000 usuarios propietarios de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo en toda España, “los expedientes de reclamación que gestionamos se acrecientan hasta 40 al mes ante el impago a los particulares de las compensaciones por volcar a la red la energía sobrante, tal y como marca la actual normativa”. 

Por otro lado, las propias administraciones tampoco están libres de pecado al no hacer frente y retrasar el pago de las subvenciones prometidas en un plazo razonable a las que tienen derecho los usuarios, por fomentar las energías limpias en los tejados de las viviendas particulares, por lo que se crea un nuevo agravio al autoconsumo.

Antes del reciente Real Decreto del 2019 sobre autoconsumo fotovoltaico, fueron otras trabas como el impuesto al Sol y la moratoria del gobierno Rajoy los que frenaron el auge de las renovables en general en España hasta la moción de censura. A esto se le unía la escasa sensibilidad del entonces partido del gobierno a los temas medioambientales y a la negativa a preparar una ley de cambio climático como ya hacía Europa.

Con el nuevo ejecutivo socio-comunista, que en verdad hay que reconocer ha querido dar un impulso mayúsculo a las  alternativas a las fuentes energéticas de combustibles fósiles con su modelo de transición ecológica impuesto por la UE, el freno descansa ahora, según fuentes del sector, en otros frentes. Por un lado la falta de una normalización documental a nivel nacional para validar administrativamente  las instalaciones de autoconsumo, en especial entre las mismas CCAA. Por otro, la falta de celo de las mismas Administraciones al reclamo de los consumidores contra los operadores energéticos por impago o retraso sine die a los excedentes de energía volcada a la red.


LA ENERGIA DEL SIGLO XXI ES SOLAR

Según investigadores del Instituto de Energía Solar (IES), no se puede permitir que el autoconsumo se regale en España y que los propietarios de tejados fotovoltaicos cedan literalmente a los operadores energéticos sin compensación  o rebaja en la factura de la luz la energía sobrante producida a las que tienen derecho por ley. Aunque prácticamente no hay duda de que la energía del siglo XXI es solar, y hasta que no demos con sistemas de almacenamiento (baterías) asequibles, todo hace indicar que de continuar esta tendencia morosa por parte de España (operadores y administraciones), podría recibir una amonestación por parte de las autoridades comunitarias de la UE. Consultados los grandes operadores eléctricos en este país así como el mismo Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera sobre el asunto no han querido pronunciarse públicamente a instancias de este medio.

Y aunque la energía fotovoltaica vive una de sus etapas más doradas, la morosidad por parte del oligopolio energético podría volverse en su contra si además la administración no ejerce presión o incluso sanciona a las grandes compañías eléctricas por esta mala praxis. A esta práctica, se le ha de sumar también el retraso por parte de las CCAA al pago de ciertas subvenciones prometidas para fomentar el uso de energías limpias como la fotovoltaica. En la Comunidad de Cataluña, no se sabe si como consecuencia de la pandemia y /o del procés, el caso es que llevan bastante dilación en el abono de las ayudas públicas presupuestadas a los usuarios por autoconsumo, pese a tener toda la documentación validada, y que en algunos casos sin mediar explicación explícita se alarga más de dos años de retraso.

Tanta demora y silencio administrativo desde hace años tanto por parte de las compañías energéticas como de la propia Administración, se contrapone con los buenos resultados del sector que anuncian cifras históricas.  Solo empresas punteras como Endesa e Iberdrola ganaron el pasado año más de 5.000 millones de euros, pese a la pandemia con un aumento de beneficio cercano al 40%. Por otro lado, el autoconsumo creció el 30% en España a finales del 2020 según fuentes del sector, con una potencia solar instalada superior ya de los 13 GW y dar empleo a cerca de 60.000 trabajadores.

El aumento significativo de las quejas de los autoconsumidores por los impagos normativos llevó a la Asociación Nacional de Autoconsumidores (A.N.A.) a constituirse en el año 2018, buscando un punto de negociación con la Administración con objeto de forzar la compensación de los excedentes por parte  de los grandes operadores eléctricos.

Se han dado casos incluso de usuarios de haber intentando por todos los medios tramitar el expediente con la compañía energética de turno  para obtener el cambio de tarifa y/o la correspondiente compensación, pero  tras meses de silencio, una empresa como Endesa resuelve que vuelva a presentar la reclamación por mail con un correo electrónico inexistente de ENEL en Italia, propietaria de Endesa.

“Las reclamaciones por discriminación por suministro energético, -según palabras del Coordinador Nacional de A.N.A., LLuis Cosí-, son una anomalía en la normativa vigente”, haciendo referencia al Real Decreto del 2019 aprobado por el actual gobierno de coalición.

La compensación de excedentes es un mecanismo que se aprobó en la nueva normativa de autoconsumo y establece que los consumidores con instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica puedan recibir una compensación económica por sus excedentes energéticos.

El año 2020 fue otro ejercicio histórico para el sector fotovoltaico español con un crecimiento de “ su huella económica total del 7% respecto al año anterior “ pese al COVID y la recesión, y en particular del autoconsumo con un incremento del 30%, según el reciente informe anual de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Esta asociación sectorial representa a más de 500 empresas y el 90% del sector (desde productores, instaladores, ingenierías, fabricantes, distribuidores y consultores).

De acuerdo a su presidente, Rafael Benjumea, “con estos datos estamos convencidos de que el sector fotovoltaico va a aportar crecimiento económico y empleo al país, al mismo tiempo que contribuirá al aumento de la biodiversidad y la lucha ante la emergencia climática”.

Sin embargo, otro caballo de batalla que defiende la Asociación de Autoconsumidores de Fotovoltaica (A.N.A.) en España, es la retroactividad de las compensaciones a las que podrían tener derecho los usuarios, ya que  se están dando casos de negarse también los operadores incluso bajo amenaza de sanción por parte de la Administración. Al parecer las multas administrativas no alientan el pago de los excedentes. 

Sólo en el caso de Cataluña, la comunidad más posicionada dentro de los socios de A.N.A. en cuanto a reclamaciones de toda España por acumular actualmente más de 300 expedientes abiertos, las eléctricas podrían estar ahorrándose cerca de medio millón de euros por impago a los autoconsumidores en un solo año.

Con todo ello, hay quien mira con optimismo hacia el futuro, aunque ignorando tal vez los derechos de los usuarios de autoconsumo. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) fija la meta de 39 gigavatios de potencia instalada fotovoltaica en 2030 en España. Teniendo en cuenta que tenemos ya instalados 13 GW, y que el autoconsumo puede añadir entre 6 y 10 GW, hacen falta al menos 16 GW de plantas de suelo para cumplir con los objetivos climáticos. 

Es de esperar que tomen cartas en el asunto tanto las administraciones como las eléctricas para acabar con tanta morosidad que no se tolera al contribuyente en otros frentes, si queremos en verdad poner rumbo a la transición ecológica, descarbonizar la economía y luchar contra el cambio climático. @mundiario 

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