El cupo vasco y el concierto navarro ¿truco o trato?

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. / RR SS.

Acaba de aprobarse la actualización del Concierto Económico y del Cupo Vasco con un ruido importante y sin el consenso que venía siendo habitual, con el voto en contra de Ciudadanos y Compromiso.

El cupo vasco y el concierto navarro ¿truco o trato?

Acaba de aprobarse la actualización del Concierto Económico y del Cupo Vasco con un ruido importante y sin el consenso que venía siendo habitual, con el voto en contra de Ciudadanos y Compromiso. Caducado desde hace unos años, es ahora cuando el gobierno -que carece de la mayoría necesaria para sacar adelante los presupuestos- negocia esta medida por la vía de urgencia.

Falla el sistema que, lejos de basarse en factores objetivos para determinar esta cifra, se ha convertido en un cromo político que se intercambia en función de las necesidades

En el Siglo XIX el Reino de Navarra y el País Vasco se vieron favorecidos con la Ley de confirmación de Fueros, de 25 de octubre de 1839. Desde entonces hasta ahora la realidad española ha cambiado mucho, sin embargo, la Constitución respetó este régimen especial que incorporó como dos piezas diferenciadas en el sistema autonómico. Aceptada esta anomalía constitucional por la cual las Diputaciones Forales tienen capacidad para regular, gestionar y recaudar todos los impuestos, es discutible el sistema de cálculo del cupo,  cuya cuantificación debiera contemplar lo que pagan las comunidades forales al Estado Central para compensar el coste de las competencias y servicios no transferidos y, en teoría, también una aportación a la solidaridad interterritorial.

Es aquí donde falla el sistema que, lejos de basarse en factores objetivos para determinar esta cifra, se ha convertido en un cromo político que se intercambia en función de las necesidades. Así, los negociadores deciden primero cuánto dinero van a poner Euskadi y Navarra  para sufragar los gastos comunes y luego se visten de fórmulas matemáticas que se adecuen al resultado que se busca. Es evidente pues que como acuerdo vale, pero como cálculo no, porque el resultado final parte de un trato  que se vale de trucos para justificarlo.

Trucos para el cálculo de los ingresos que, por ejemplo, en el caso del IVA le han supuesto al País Vasco más de 1000 millones por encima de lo que le hubiesen correspondido si  fuese un cálculo objetivo y no se confeccionasen índices ad hoc que le benefician. Y lo peor, ¿de dónde procede ese dinero que se llevan de más las comunidades forales? la mitad de esos recursos se detraen de las CCAA de  régimen común, mucho peor tratadas en términos relativos.

Trucos para el cálculo de las contribuciones a los gastos, que no justifica una rebaja de 250 millones al año durante los próximos 5 años, a lo que Ángel de la Fuente -experto de FEDEA- dio una explicación: “la cifra del cupo vasco es arte de magia”, pues eso, nadie sabe objetivamente cómo se calcula este dato de los 1.300 euros, salvo los negociadores políticos.

La renta per cápita de Euskadi es de las más altas de España, solo por detrás de Madrid

Y, por último, el truco de la solidaridad interterritorial. La renta per cápita de Euskadi es de las más altas de España, solo por detrás de Madrid y, sin embargo, su aportación a los fondos de nivelación es nimia, apenas 30 millones de euros, frente a los casi 3500 de Madrid o los aproximadamente 1000 de Cataluña.

Así, pues, desde el punto de vista político puede vestirse el Cupo de la manera que se considere oportuna, desde el punto de vista técnico, solo se entiende que el conejo sale de la chistera por arte de magia. Mientras, las CCAA de régimen común tendrán que esperar su turno. El mundo al revés. @mundiario

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