Cuál será nuestro futuro proveedor financiero: ¿Amazon, Santander o un híbrido?

Las empresas de tipo Fintech están liderando el cambio en cómo ahorradores e inversores se transfieren recursos, marcando la dirección, la forma y el camino de la innovación en el sector.
El pasado enero, el World Economic Forum emitió un informe dónde se destaca la computación en la nube, la inteligencia artificial aplicada al costumer-facing (forma en que se presenta el producto al cliente), junto con el Big Data costumer analytics como los pilares en los que se está construyendo la ventaja comparativa que permitirá un crecimiento futuro sostenible dentro de la banca digital. Las tres son áreas en las que las grandes corporaciones tecnológicas como Amazon, Google y Facebook, aparentemente, parten con ventaja frente a las instituciones financieras tradicionales.
La comercialización tradicional implementada a través de una red de oficinas o de vendedores de banca privada se está viendo amenazada por la venta de productos financieros a través de plataformas informáticas.
Este estudio afirma que las empresas de tipo Fintech están liderando el cambio en cómo ahorradores e inversores se transfieren recursos, marcando la dirección, la forma y el camino de la innovación en el sector. Mediante innovaciones como la mejora en rapidez de las adjudicaciones de préstamos se ha hecho evidente que el sector financiero también es susceptible de cambio.
La sección del informe que analiza la banca digital identifica tres campos donde la banca tradicional se está viendo forzada a renovarse.
En primer lugar, la comercialización tradicional implementada a través de una red de oficinas o de vendedores de banca privada se está viendo amenazada por la venta de productos financieros a través de plataformas informáticas. Este tipo de plataformas implementa la conocida estrategia del “Best of Breed”, donde la plataforma selecciona y distribuye el producto más competitivo del mercado. El banco digital alemán N26 es un claro ejemplo donde una empresa implementa soluciones informáticas para ofrecer el valor añadido en la selección de productos financieros (desde productos compuestos por Allianz hasta Transferwide); con ello logra diferenciarse y competir directamente en la fase de comercialización de la banca tradicional.
En segundo lugar, las expectativas de los clientes vienen marcadas por agentes fuera del sector financiero. Los consumidores actuales están cada vez más acostumbrados a tener un acceso casi-inmediato al consumo gracias al uso de aplicaciones como Uber, Starbucks o Amazon. Este tipo de empresas han contribuido a la familiarización del público con las transacciones bancarias y con ello al desapego de los clientes de la banca tradicional hacia clientes de banca digital con unos estándares de calidad parecidos al servicio ofrecido por las grandes empresas tecnológicas.
Por último, los grandes costes de infraestructura existentes en la banca tradicional lastran la capacidad de innovación de las instituciones financieras. Un ejemplo es en la gestión del almacenaje de los datos, según apunta un artículo publicado en The Financial Brand, las instituciones financieras estadounidenses dedican el 78% del gasto en Tecnología a mantenimiento de los datos mientras que el 22% se centra en innovaciones. Ejemplos como Capital One (migración a la nube) y BBVA Compass (acuerdo de colaboración con la fintech “MX”) muestran como algunos intermediarios financieros clásicos buscan adaptar sus canales de captación desarrollando internamente soluciones tecnológicas a largo plazo.
¿Cómo será nuestro futuro proveedor de productos financieros? Será un banco tradicional dentro de un mercado altamente regulado o será una empresa líder en tecnología
El valor por la atención presencial, la mayor información sobre que clientes son más rentables y la gran capacidad de adaptación de los grandes agentes financieros les está permitiendo no perder gran parte de la cuota y por ahora, dejar en un segundo plano los nuevos competidores Fintech. Ello les está dando tiempo para desarrollar internamente soluciones que rompen con su modelo tradicional. Bank of America, por ejemplo, está probando con oficinas robotizadas que solo emplean un cajero y un sistema de videoconferencia. Banco Santander bajo la estrategia “walk out working” en USA ha empezado a ofrecer un servicio de asistencia específicamente encargado de asegurar que sus nuevos clientes dan de alta su cuenta tanto el móvil como a través de internet el primer día.
Bajo este entorno, seguramente nos preguntamos cómo será nuestro futuro proveedor de productos financieros. Será un banco tradicional dentro de un mercado altamente regulado o será una empresa líder en tecnología. Qué papel jugaran la gestión de la ciberseguridad, la implementación de la Directiva de servicios de pago en la UE o si lograran los bancos tradicionales mantener sus ventajas competitivas en el mundo digital son preguntas que seguramente debemos seguir pensando para adivinar cuál de estas soluciones será la que se impondrá en un futuro cada vez más próximo. @mundiario