Las crisis largas hacen que la emociones venzan a la razón y en España más

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Líderes en campaña electoral.

La crisis económica deja un mundo emocional donde lo racional no está de moda y ni el argumento más lógico y elemental logra convencer a las doloridas mentes.

Las crisis largas hacen que la emociones venzan a la razón y en España más

Las crisis suelen superarse con cambios que nos hacen mas fuertes y mas sabios tanto en lo colectivo como en lo personal, sin embargo cada cierto tiempo surge una crisis profunda que dura más de lo debido y suele traer malas consecuencias. La mas cercana de los tiempos contemporáneos fue la de 1929, que hundió tanto a tanta gente y tantas economías que aparecieron múltiples salvapatrias que alimentando la conciencia nacionalista y la social, acabaron por llevarnos a una guerra europea, a la que se sumó otra en el Pacífico, que acarreó 40 millones de muertos. Los salvadores entonces se llamaron nacionalsocialistas y fascistas, y acabaron aplastados por la democracia parlamentaria, representada por los sistemas capitalistas de estados Unidos y Gran Bretaña, principalmente, y por la democracia de base representada por el sistema comunista Ruso, aunque luego se supo que en realidad Stalin lo que había ejercido era una cruel dictadura.

Ahora estamos tratando de salvar la crisis del 2007-2008 sin entrar en guerra con otros estados, y circunscribiendo el problema a una guerra dialéctica contra el propio estado y sus leyes .Así aparecen los nacionalismos radicales que toman las calles en Cataluña, los populismos que prometen cambios constitucionales con mayorías que no tienen, los que recogen el voto de aquellos que ven la Unión Europea como el enemigo, la emigración que ahora es el origen de todos los males cuando antes era la solución al problema del envejecimiento,  y en general todas las formas posibles de descontento, los partidos de futbol se conviertes en violentas manifestaciones propagandistas con guerras de banderas, insultos al Himno, o golpeando aficionados rivales aparecen líderes como Donald Trump o el socialista Sanders, algo hasta ahora impensable en EEUU, las religiones derivan en terrorismo y las campañas políticas se tornan agresivas como estamos viendo cuando Podemos ataca en Vallecas las carpas de Ciudadanos porque dicen que es "su barrio" o tratan de boicotear la recogida de medicamentos para Venezuela en la Puerta del Sol. Se trata de recoger el descontento para acrecentarlo y dirigirlo como arma arrojadiza contra el enemigo

En España estamos sometidos a una nueva campaña electoral donde no queda nada por decir pero que incapacitados para hacernos el favor de no gastarse el dinero de manera innecesaria, han saltado al escenario costosos catálogos en números que pocas empresas se podrían permitir, y tampoco se ha podido recortar el gasto del envío de papeletas o de los carteles, cada uno con sus costosos vídeos y propaganda pagada ¿para qué? Todos sabemos ya las ideologías que concurren, lo que cumplirán y lo que es pura utopía, y hasta con quienes pactarán, Pero todo es fruto de que los técnicos de campaña y los expertos en marketing han aprovechado la duradera crisis para hacer un discurso puramente emocional, sin razones que lleguen a la mente Nadie nos dirá que nuestra falta de presupuesto viene de la elevada deuda que hay que reducir (en 1975 era del 11%) para que no se lleve la mitad del presupuesto, antes no hablaran de mantener un déficit que la haga crecer ¿nos toman por idiotas? No, simplemente atacan a nuestras fibras sensibles prometiendo venganza. Nuestros problemas ya no vienen de la corrupción, la economía sumergida y el fraude que dejan la recaudación muy por debajo de la media europea aún teniendo las mismas tablas impositivas, la promesa desde la derecha es que deben bajar los impuestos para activar la economía, la del centro lo mismo pero cuando se pueda, y la de la izquierda que deben pagar mas los que ya pagan, los ricos, aunque ahora el concepto rico se refiere a los que ganan más de 2.500 euros mensuales para pagar el dentista, el oculista, seguros privados de salud para que no quiebre la seguridad social, la hipoteca, la ropa, y, si se puede, comer. La realidad, dejando aparte lo emocional, es que esos ricos a tienen sus empresas en Irlanda y sus domicilios en Suiza, como nuestra flamante primera tenista o el Sr. Kamprad de IKEA,, o la baronesa Thyssen que vive en Andorra, o Julio Iglesias en Miami.

Sol hay que ver el marketing de las campañas para comprobar que se impone lo emocional a la lógica, y esto solo puede tener un motivo, el resentimiento que nos ha dejado esta inacabable crisis. Quizás el PP y el PSOE deberían recordar que la caída del Imperio Romano de Occidente no vino por haber dejado crecer los bárbaros en sus dominios, o no solo por eso, sino por la propia decadencia de los romanos.

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