En las costas de Galicia se hundieron 94 buques en lo que va de siglo

El buque Don Inda inspecciona el pecio Sin Querer Dos. / Mundiario
El buque Don Inda inspecciona el pecio Sin Querer Dos. / Mundiario

Junto con el trabajo de inspección del Sin Querer Dos, es el tiempo, ahora, para la CIAIM, organismo encargado de determinar las causas que provocaron el rápido hundimiento del buque cuando este regresaba a su puerto base para que la tripulación pudiera descansar en las fiestas.

En las costas de Galicia se hundieron 94 buques en lo que va de siglo

En los 18 años transcurridos desde el inicio de este siglo, han sido 94 –contando con el Sin Querer Dos– los buques de todo tipo hundidos en las costas de Galicia. El primero de ellos, a escasas millas de la costa de Camariñas, fue el pesquero Urbegi cuando era remolcado a puerto debido a una vía de agua. Sus seis tripulantes fueron rescatados sanos y salvos por la embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Altair.

Tras las localización del pesquero Sin Querer Dos, hundido  a unos 350 metros del punto indicado por la radiobaliza del buque y a unas 4 millas de Fisterra, el rob que Salvamento Marítimo utiliza desde hace un par de días  para inspeccionar el pecio permitirá, probablemente, comprobar si, definitivamente,  el cuerpo del tripulante desaparecido en el hundimiento del cerquero se encuentra a bordo de este. Las esperanzas de que sea así son pocas, teniendo en cuenta que algunos de sus compañeros afirman haberlo visto cuando nadaba tras el naufragio.

Junto con ese trabajo de inspección, es el tiempo, ahora, para la CIAIM, organismo encargado de determinar las causas que provocaron el rápido hundimiento del buque cuando este regresaba a su puerto base para que la tripulación pudiera descansar en las fiestas de Navidad y fin de año.

Como ha ocurrido ya en casos similares, hay quien baraja la posibilidad de que el naufragio no haya sido ajeno a la modificación de la estructura del barco, al que se había alargado su eslora. Sin embargo, Álvaro Eijo, de Imar Ingenieros Navales, aduce que "en muchas ocasiones los alargamienrtos se hacen para corregir fallos de estabilidad y francobordo. Lo habitual es que el buque alargado tenga mejor estabillidad y francorbordo que el buque sin alargar".

Coincide en su apreciación el ingeniero naval Guillermo Gefaell, muy experimentado en todo tipo de buques: "los alargamientos se realizan para aumentar la capacidad de bodega y, precisamente, para mejorar la estabilidad". Añade que "nosotros hemos hecho unos cuantos proyectos de alargamiento de pequeños pesqueros y siempre se ha mejorado su estabilidad, en cualquier caso. Aunque se haga para incrementar la capacidad de carga, es una estupenda ocasión para estudiar detalladamente la estabilidad del barco y dejarlo cumpliendo con todos los criterios reglamentarios. Los ingenieros navales y las capitanías marítimas estamos muy sensibilizados con esto. Y con todos nosotros, un número cada vez mayor de armadores. Ultimamente no encuentro a ninguno que nos discuta el cumplimiento de los criterios de estabilidad en su barco".

En el caso concreto del Sin Querer Dos, descarta Guillermo Gefaell que su hundimiento se debiera a esa presunta falta de estabilidad: "El proyectista fue mi compañero Joaquín Rial, de amplísima experiencia con pesqueros. La reforma se llevó a cabo en los astilleros Domingo Lago Abeijón, a cuyo frente está actualmente José Lago, ingeniero técnico naval que sabe de sobra cómo se deben hacer las cosas".

Guillermo Gefaell afirma: "No digo que no se pueda haber cometido un error de cálculo, porque de eso nadie estamos libres; pero me extraña muchísimo. Mucho, mucho, muchísimo", y se inclina por la posibilidad de "una inundación progresiva de la cámara de máquinas con un fallo en el sistema de alarma por alto nivel de agua en sentina y con la tripulación descansando, con guardia solo en el puente. Pasa con cierta frecuencia, pero no siempre acaba en accidente si la tripulación está faenando. Esta se percata corrige a tiempo el problema".  Y remacha: "A reserva de lo que finalmente determine la CIAIM, lo más plausible es que fuera por una inundación progresiva de máquina sin que funcionase la alarma y con la tripulación descansando, salvo la guardia en puente. Un rumbo en el que no hubiese grandes bandazos habría enmascarado los efectos de la inundación, pero tras un cambio a partir del cual la mar alcanzase el barco por popa o por la aleta, una entrada pronunciada habría sido suficiente para provocar un desplazamiento importante y mantenido del agua en máquinas, lo que haría escorar aún más el buque". Esto podría haber provocado ese rápido hundimiento del pesquero, sin tiempo de reacción para sus tripulantes. @mundiario

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