El colapso del petróleo extenúa los mercados y convierte a Europa en ‘zona roja’

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Un agente bursátil de Wall Street viendo cómo el valor de las acciones se desploma / Reuters.
Al derrumbarse el precio del petróleo por debajo de cero, su producción se paralizó y ese efecto de shock se trasladó a las grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York.
El colapso del petróleo extenúa los mercados y convierte a Europa en ‘zona roja’

En este momento, paradójicamente, el petróleo ya no es el recurso más preciado y codiciado del planeta. En apenas días, el ‘oro negro’ no es lo que los inversores buscan y desean. Los grandes tenedores y controladores del capital mundial están ávidos de instrumentos de refugio y resguardo de sus activos, razón por la cual cotizan, demandan y compran dólares, oro y bonos de deuda pública del Tesoro de Estados Unidos.

Esos son los tres recursos financieros que, hoy por hoy y a causa del shock mundial que ha generado la pandemia de coronavirus en detrimento y desaceleración de la globalización, la economía global y la dinámica social y socioeconómica de la humanidad, más valor tienen en contraposición con uno que, hasta ayer, no valía absolutamente nada al desplomarse por debajo de cero dólares y registrar un precio de -37,63 dólares. Sin embargo, este martes, ha saltado levemente el umbral del 0 con un tímido repunte que sigue haciendo del petróleo la actividad económica menos rentable del mundo en este momento histórico y sin precedentes.

Ese saldo negativo le dio un giro de 180 grados a la dinámica financiera de la industria petrolera mundial, que es la que mueve al planeta, hasta el punto en que los productores de crudo les pagaron a los compradores 37,63 dólares por barril (por su precio en negativo) para que estos los sacaran de los yacimientos y los depósitos no se saturaran de inventarios que podrían perderse y generar contracciones muy grandes en los flujos de caja de las potencias exportadoras y las grandes transnacionales del petróleo que controlan el monopolio mundial de la energía y la mayoría de los capitales globales.

Pero los inversores ya no cobran por hacerse con barriles de petróleo de Estados Unidos. Un día después de que el West Texas International (WTI) –la principal marca referencial de petróleo en el mundo para evaluar la rentabilidad de su producción en la economía global– desde que empezó a registrarse la actividad petrolera y cotizase en negativo por primera vez en su historia, el crudo vuelve a escalar tímidamente a valores sobre cero, pero en su avance ha lastrado las ganancias que habían cosechado las Bolsas (los mercados financieros) en las últimas dos semanas.

Y es que la espectacular debacle petrolífera ha trasladado su onda de choque hasta el otro lado del Atlántico, aunque fue precisamente en EE UU donde se originó. En Wall Street, por segundo día consecutivo —el Dow Jones baja en torno a un 2,5%—, y la apertura de la Bolsa de Nueva York ha exacerbado las pérdidas que arrastraron los parqués europeos a lo largo del día.

Al derrumbarse el precio del petróleo por debajo de cero, su producción se paralizó y ese efecto de shock se trasladó a las grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York y que dependen del crudo para operar, así como también sus inversores poseen acciones en el mercado petrolero y estos han decidido trasladar sus capitales en acciones y títulos valores de Wall Street, así como los de los grandes inversores de los centros financieros de Europa, hasta el patrón dólar, el oro y los bonos del Tesoro de EE UU para preservar su patrimonio financiero en medio de una tormenta que aceleró su voracidad ante el cataclismo del mercado que moviliza al sistema industrial mundial, y en especial al eje capitalista global; el del petróleo.

El Ibex 35, de la Bolsa de Valores de Madrid, ha cerrado con una caída del 2,88% y deja atrás los 6.700 puntos. Los 7.000 por los que luchaba la semana pasada ya parecen una utopía en vista del impacto que tendrá para España –un país consumidor de petróleo– el desplome en el precio del crudo y el no haberse abastecido con reservas para evitar una contracción operativa del aparato industrial del país.

En ese contexto, la prima de riesgo —el diferencial que se paga por la compra del bono de deuda español a diez años y el bono alemán— sube significativamente hasta rozar los 150 puntos básicos, un indicador que evidencia el peligro financiero que representa para los inversores colocar sus capitales en una eurozona expuesta a la volatilidad del mercado petrolero, en plena vía a una recesión del -7,5% y saturada de liquidez que no proviene de la actividad económica real por la paralización del comercio, la industria aérea y las exportaciones de bienes industriales producidos en Europa, sobre todo su motor, Alemania.

Este apocalipsis petrolero, que empezó con la falta de acuerdo en la OPEP y la posterior guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia en marzo, confirma los peores presagios de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y dibuja un escenario con precios ínfimos, que podría beneficiar a algunos países dependientes, como España, pero provocar una profunda crisis en las economías productoras, dado que ellas dependen de los flujos de capitales que se mueven en los circuitos financieros mundiales y alimentan toda la estructura industrial con la que las potencias petroleras controlan la geopolítica del planeta y sus estatus económicos de superpotencias; EE UU, Rusia y Arabia Saudí.

Sin embargo, las Bolsas europeas no han hecho excepciones este martes y las bajadas han sido generalizadas en los parqués, que habían cerrado la sesión anterior sin conocer toda la magnitud del hundimiento del crudo. Fráncfort y París han liderado las pérdidas, con caídas del 3,99% y el 3,77%, respectivamente.

Tanto Alemania como Francia, las dos potencias y pilares de la Unión Europea, se ven gravemente afectados por la crisis del mercado petrolero debido a que, al paralizarse la producción y ubicarse el precio en un nivel por debajo de sus costos  mínimos, los parques industriales de esas naciones se detienen y dejan de alimentar a las economías de la eurozona que dependen de las exportaciones alemanas y francesas, tomando en cuenta que la parálisis de la economía de China también hunde el mercado mundial de materias primas, colocando en recesión al comercio global y agravando las crisis económicas de la mayoría de las naciones subdesarrolladas y en vías de desarrollo de América Latina.

En pleno inicio de la temporada de resultados, la Bolsa de Madrid se ha dejado un 2,88% hasta cerrar en los 6.635 puntos, su peor marca desde el 3 de abril.

La banca y las acereras han lastrado al selectivo español, y la petrolera Repsol se ha desplomado cerca de un 6%, lo que representa pérdidas de más de 150 millones de euros y amenaza con acelerar el punto de quiebre de la economía española hacia el umbral máximo de recesión estimado por el FMI para la nación ibérica, un pavoroso -8%, es decir, una pérdida de 112.000 millones de dólares para llevar el PIB de España de USD1,4 billones a USD1,2 billones.

A diferencia de lo que ocurre con el WTI, que crece de forma notable tras haber tocado fondo, el barril de Brent, de referencia en Europa, se hunde más de un 20% por el efecto dominó y ve peligrar la barrera de los 20 dólares. A principios de año se pagaba a $60: el triple.

El petróleo hoy

El umbral de cero fue superado este martes, llevando el barril WTI a operar en 10,28 dólares, perdiendo un -51,76% (- 11,03 USD), tocando un máximo intradía de 21,40 dólares, y un mínimo intradía del WTI de 10,01 US dólares, frente a los 21,31 US dólares en el cierre del lunes.

El barril Brent ha operado a 17,85 US dólares, perdiendo un -31,92% (- 8,37 USD), tocando un máximo intradía de 21,93 US dólares, y un mínimo intradía del Brent de 21,93 US dólares, frente a los 26,22 US dólares en el cierre del lunes.

Estos repuntes implican que el petróleo estadounidense, que es el más comprado y consumido en el mundo, todavía se ubica por debajo de su costo de producción. Lo mismo sucede con el barril de referencia en Europa, el Brent.

El contrato del WTI menos activo para entrega en mayo 2020 cayó 1,60 dólares a 18,27 dólares el barril, antes de su vencimiento el 21 de abril, ya que los inversores rápidamente optaron por los futuros de junio 2020. Por otro lado, el precio del crudo en sus contratos de junio ya empieza a desplomarse y se ubicó este martes en los 9,90 dólares. La contracción se debe a las expectativas negativas de los inversores sobre una recesión prolongada en el mercado y la previsión de que los depósitos permanecerán saturados y sin demanda mientras dure este período indefinido de confinamiento, crisis sanitaria y paralización económica mundial.

El contrato cayó a un mínimo de 17,31 dólares por barril durante la sesión, el nivel más bajo desde noviembre de 2001. El petróleo no es rentable, por ahora, y se encuentra en standby. @mundiario

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