China dona 30 millones de dólares a la OMS tras el abrupto cese financiero de EE UU

Las dos potencias que se disputan la hegemonía del sistema neocapitalista global en pro del control de los flujos financieros que determinan la dinámica política y social en todas las naciones del planeta, llevan su rivalidad al campo de lo que parece posicionarse como una suerte de ‘diplomacia de la salud’. En estos tiempos de crisis económica, social y humanitaria a nivel mundial por el impacto de la pandemia de coronavirus, la preponderancia en el liderazgo global y la influencia dentro del sistema de gobierno mundial la tiene quien logre destinar financiamiento a la atención de una crisis de salud global en la que la humanidad ha entrado en una fase de supervivencia, muy alejada de su acostumbrado proceso de desarrollo y globalización.

Y es que China anunció este jueves la donación de 30 millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la lucha contra la Covid-19 con el objetivo de intentar paliar la retirada de Estados Unidos, que decidió la semana pasada suspender su aporte financiero al ente encargado de administrar, procurar, financiar y garantizar la estabilidad de los sistemas de salud en todo el mundo.

Washington cortó su financiación argumentando que la OMS, con sede en Ginebra (Suiza), ha tomado posiciones demasiado favorables a Pekín. Por lo tanto, a pesar de que el mundo se encuentra en una contingencia donde la humanidad y las potencias luchan por frenar un ciclo biológico que ha reducido su estructura social y económica, EE UU politiza la crisis y condiciona su ayuda económica como primera potencia mundial a la atención de un problema de salud mundial bajo el sesgo político de que China originó la pandemia por negligencia u omisión del Gobierno de Xi Jinping como una estrategia para frenar la expansión geopolítica de la Casa Blanca en el orden mundial a través de la economía.

El presidente estadounidense, Donald Trump, también denunció la "mala gestión" de la OMS de la pandemia de coronavirus, que ya ha provocado más de 180.000 muertes en el mundo tras hacer implosión el primer brote en la ciudad de Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019. La potencia norteamericana considera que esto es una especie de guerra biológica de alcance geopolítico con la cual se busca reestructurar el orden y configuración del sistema-mundo, donde EE UU tiene un papel estelar.

La decisión de Trump desató protestas de la comunidad internacional, desde París (Francia), pasando por Berlín (Alemania), hasta Moscú (Rusia), el segundo mayor enemigo de EE UU después del gigante asiático.

Por otra parte, los críticos de Trump también vieron en el cese del financiamiento estadounidense una victoria simbólica del gobierno chino, que podría aumentar aún más su influencia en la OMS, reseñó AFP. Y es que al ganar terreno en un organismo cuya influencia en medio de esta crisis podría reconfigurar la dinámica de las relaciones internacionales y la correlación del tablero global de fuerzas, China se posicionaría en el ámbito del marketing político como un factor de poder de naturaleza humanitaria, más que geopolítica y financiera, en relegación al papel tradicional autoritario y unilateral de EE UU desde que inició el nuevo milenio.

"China decidió otorgar 30 millones de dólares suplementarios, en efectivo, a la OMS", indicó este jueves Geng Shuang, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Pekín.

En todo caso, ese es un tramo que corresponde al posible inicio de un plan financiero humanitario por parte del gigante asiático destinado a la creación de una vacuna y de un sistema de salud mundial en el marco de un nuevo modelo de gobierno humanitario global.

"Esto servirá en particular para la prevención y el control de la epidemia de covid-19, y para apoyar mejoras en los sistemas sanitarios de los países en vías de desarrollo", subrayó en una conferencia de prensa el canciller chino. @mundiario