Las causas de la flata de crédito son más complejas de lo que nos hacen creer

Sede del Banco Central Europeo, en Frankfurt (Alemania), uno de los centros financieros del país y de Europa.
Sede del Banco Central Europeo, en Frankfurt (Alemania).

Los políticos europeos proponen el debate sobre la falta de crédito en Europa en unos términos muy simplistas, cuando las razones que estrangulan el crédito son muchas y de origen diverso.

Las causas de la flata de crédito son más complejas de lo que nos hacen creer

Uno de los principales temas que está presente en los debates sobre la situación económica europea es el relacionado con la falta de  concesión crédito en las economías de la eurozona. La idea dominante en este debate es que dado que los bancos obtienen dinero del Banco Central Europeo a través de su LTRO al 0,5%, éstos deben conceder crédito a empresas y familias en vez de destinar ese dinero a cubrir sus balances y a invertir en bonos de largo plazo a, en el caso español, el 4,4%. Este discurso ha sido reafirmado en los últimos días por el presidente del parlamento europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, el cual instó sin tapujos a que los gobernantes europeos obliguen por ley  a los bancos  a conceder crédito al sector privado. 

Pero, ¿sería esta medida de intervención política sobre el sistema bancario la solución a la falta de crédito en España?  La respuesta es un rotundo no. Cuando se trata el tema de la falta de crédito en España se realiza el análisis exclusivamente sobre la oferta de crédito sin tener en cuenta la otra parte del mercado, la demanda de crédito, y otros factores de índole económica y legal. En España existen tres factores clave que hacen que la gran cantidad de dinero que es demandada por los bancos españoles al BCE (402.185 millones de €) a través de las subastas que éste realiza no llegue a manos del sector privado a través del crédito bancario, a saber: La absorción del crédito por parte del Estado (efecto crowding out), el excesivo endeudamiento de familias y empresas, y la descapitalización del sector bancario. 

Efecto crowding out

En economía se denomina crowding out o efecto expulsión a la situación en la que el Estado acapara la mayor parte del crédito disponible en la economía en detrimento del sector privado, quedando éste expulsado del mercado sin posibilidad de obtener financiación. El Estado debe hacer frente a sus compromisos financieros (pago de intereses, salarios de empleados públicos…) bajo una situación extremadamente delicada en sus cuentas, por lo que su abultado déficit debe ser financiado en el mercado de deuda pública para poder hacer frente a dichos compromisos. Como el déficit público español es cada vez mayor (en cuatro años lleva acumulado un déficit superior a los 400.000 millones de €, y todo apunta a que el año 2013 será el quinto año consecutivo en el que nuestras cuentas públicas alcancen un déficit superior a los 100.000 millones de €) las necesidades de emisión de deuda son cada vez mayores, lo que hace que los tipos de interés a los que debe hacer frente el Tesoro se incrementen. Bajo este contexto en donde los tipos de interés de los títulos de deuda pública a largo plazo son muy elevados, la banca española tiene un enorme incentivo a la hora de invertir en esa deuda a largo plazo el dinero que obtiene del BCE ( obtiene una rentabilidad del 4,4% habiendo obtenido el dinero con el que compra dicha deuda a un interés del 0,5%) puesto que dada la situación de elevado endeudamiento de las familias y empresas españolas, asume un menor riesgo (casi nulo) adquiriendo esa deuda que prestando al sector privado( en el hipotético caso de que el Tesoro quiebre sabe que será rescatado por el resto de países de la UE), el cual presenta unas tasas de morosidad cada vez mayores. En definitiva, la banca se aprovecha de la posibilidad de inversión que genera el déficit público en el mercado de deuda, el Estado a su vez se ve favorecido por esa actuación de los bancos que le permite financiar su déficit público, y el sector privado se ve expulsado de los mecanismos de financiación.

Insolvencia del sector privado

Actualmente el conjunto del sector privado, entendido por la totalidad de hogares y empresas, se encuentra inmerso en pleno proceso de desapalancamiento como consecuencia del exceso de endeudamiento en el que ha incurrido en la primera década de los años 2000, la época del crédito a granel y sin excesivas garantías.

La deuda del conjunto de las familias españolas se disparó en un 102,45% en tan sólo cinco años, pasando de los 451.148 millones de € en 2003 a los 913.385 millones, máximo histórico, en el año 2008. Después de la explosión de la burbuja inmobiliaria, el conjunto de las familias españolas están inmersas en un proceso de reducción de su endeudamiento que va por buen camino pero a paso muy lento debido a la reducción de la renta disponible que han sufrido en los últimos años. Así, desde el año 2008 el conjunto de las familias en España ha reducido su endeudamiento en un 8,34%, cerrando el año 2012 con una duda total de 837.196 millones de €. Como se puede deducir, a las familias españolas todavía le queda un largo camino por recorrer hasta alcanzar un nivel sostenible de endeudamiento, por lo que no es previsible que en los próximos años aumenten su demanda de crédito ni que los bancos suavicen las condiciones de concesión, tanto por la gran  deuda  que acarrean las familias como por su elevada tasa de morosidad.

Por el lado de las empresas ocurre una situación calcada a la de las familias. La primera década de los años 2000 nuestras empresas, seducidas por el acceso al crédito barato, se embarcaron en una aventura de expansión internacional comprando empresas de su mismo sector en otros países a precio de oro. El conjunto de las empresas españolas incrementaron su endeudamiento en un 108,80% entre los años 2003 y 2008, alcanzando en este último un volumen de deuda de 1.474.718 millones de €. Al igual que el conjunto de las familias, las empresas españolas están inmersas en un proceso de desapalancamiento llevado a cabo mediante ampliaciones de capital, desinversiones en líneas de negocio poco rentables y venta de activos, lo que ha hecho que entre 2008 y 2012 hayan disminuido su deuda total en un 7,45%, situándose ésta en 1.365.017 millones de €. Al igual que en el caso de las familias, las empresas deben de continuar por el camino del saneamiento financiero para poder mejorar su posición negociadora a la hora de obtener crédito bancario, fundamentalmente las pymes que son las que más lo demandan. Mientras sus niveles de deuda no sean sostenibles, su acceso al crédito seguirá restringido.

Descapitalización del sistema bancario  

Con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria el castillo de naipes español se vino abajo. El empuje de la actividad burbujística se frenó, la actividad empresarial cesó y se disparó la tasa de paro, y la banca entró en un proceso de insolvencia debido a los impagos inmobiliarios y a la pérdida de valor de sus activos (básicamente inmuebles y créditos a cobrar). La banca española se descapitalizó a un ritmo alarmante, estimándose las pérdidas del total de la banca en 312.000 millones de €. Debido a esto el gobierno español forzó al conjunto del sistema financiero español a un proceso de reestructuración obligando a las entidades financieras a obtener unos recursos propios por valor de 84.000 millones de € en un corto espacio de tiempo, bajo la amenaza de la fusión o la liquidación. A este proceso de reestructuración hay que añadirle la obligación que tiene la banca de cumplir los requisitos necesarios para la implementación de la nueva regulación bancaria, denominada Basilea III. Así, entre otros, la nueva normativa exigirá que los bancos pasen de tener un ratio mínimo de capital del 2% a uno del 7% y todo ello de modo gradual, incrementando año tras año este requerimiento hasta el 2019, año en el que la nueva normativa entrará en vigor. Vemos pues como la situación del sistema bancario, con unas grandes necesidades de capital, no hace pensar en la posibilidad de un aumento del crédito en el corto plazo.

 Vemos pues como los políticos europeos proponen el debate sobre la falta de crédito en Europa en unos términos muy simples, descargando toda la culpa en una supuesta insolidaridad del sistema bancario cuando las razones que estrangulan el crédito son muchas y de origen diverso. @PabloS_F

 

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