Cinco casos en que es conveniente vender acciones en la Bolsa de Valores

Wall Street, la Bolsa de Valores de Nueva York. / RRSS
Wall Street, la Bolsa de Valores de Nueva York.

Este mercado puede llevar a la ruina a varios accionistas si no se deshacen de títulos en el momento oportuno.

Cinco casos en que es conveniente vender acciones en la Bolsa de Valores

Comprar acciones en la Bolsa de Valores es un arma de dos filos. Puede hacer millonario al accionista o dejarlo sin un solo centavo en un parpadeo. La compra y venta de títulos es obviamente la materia prima con la que se hace negocios en este mercado. Por ello, a continuación cinco claves para saber cuándo vender acciones:

1.     Establecer un precio objetivo

Al momento de comprar una acción los padrinos experimentados fijan precios objetivos, es decir un rango de precios en el que se consideraría apropiado vender cada título. Lo importante es hacer esto en frío, es decir, no vender por influencia emocional. Llegar a un precio único es difícil tanto para el que compra como para el que vende. Por ello, en lugar de asentarse sí o sí a un precio fijo, lo más recomendable es establecer un intervalo o rango de precios y a partir de ahí empezar a vender.

2. Seguir de cerca los fundamentales

Los expertos siempre recomiendan seguir de cerca el negocio subyacente de cualquier compañía que sea pública. Hay bastantes señales que dan motivos para tomar la decisión de vender algún título. Una razón clave para ello es si los fundamentales se caen. En situaciones ideales, un inversionista notaría sin ningún problema los deteriores de las ventas, los márgenes de ganancias, el flujo de efectivo u otros operativos vitales antes de que el precio de su participación caiga estrepitosamente. Si se pierde el contacto y control con la empresa, se pierde también el rastro de qué está haciendo la misma con el dinero de sus padrinos.

2.     Nuevas y mejores oportunidades

El mercado tiene a disposición cientos de empresas para que el inversionista elija a cuál darle su dinero. Así, el padrino debe seguir de cerca también cada movimiento de otras empresas atractivas para invertir en ellas. De ese seguimiento debe analizar los beneficios potenciales que tendría comprar una acción en esa otra firma a cambio de vender su participación en otra. En cuanto se detecte una nueva y mejor oportunidad, es momento de vender las acciones que sean lastre y aventurarse en un nuevo proyecto de inversión.

4. Tras una fusión

Si se es participante de una empresa que acaba de ser adquirida por otra por una muy buena cantidad de dinero, lo más favorable sería vender esa participación. Eso no aplica si la empresa adquirida, de la que se es padrino, tiene una posición predominante en su mercado o si la fusión la fortalece. En este punto hay que tener mucho cuidado pues las fusiones siempre tienen incisos pequeños al pie de las páginas de los contratos.

5. En caso de quiebra

No hay más que decir. Si la empresa se declara en quiebra es momento de vender esas acciones. Eso sí, si se esperó hasta la bancarrota para deshacerse del lastre, los resultados de la venta podrían ser decepcionantes.

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