Carsten Moser: "Más Europa sí es la solución"

Carsten Moser, autor de ¿Quo vadis, Europa? / Mundiediciones
Carsten Moser, autor de ¿Quo vadis, Europa? / Mundiediciones

"Esperemos que tanto el Gobierno como la oposición, las autonomías, ciudades, empresas y agentes sociales aprovechen Next Generation EU", subraya el autor de ¿Quo vadis, Europa?

Carsten Moser: "Más Europa sí es la solución"

"Estoy convencido de que más Europa sí es la solución", indica el economista y periodista alemán Carsten Moser, autor del libro ¿Quo Vadis, Europa?, editado por Mundiediciones,  en el que apela a la Unión Europea para afrontar la crisis económica derivada de la pandemia con políticas de estímulo y de protección del Estado de bienestar. Días antes de que ¿Quo Vadis, Europa? sea presentado en Madrid, MUNDIARIO le ha entrevistado.

– En su nuevo libro sobre Europa repasa los desafíos políticos, económicos y sanitarios de una década apasionante, sin ocultar su europeísmo en una obra que contiene reflexiones y análisis. ¿También críticas?

– También críticas. Si uno repasa lo escrito en artículos o pronunciado en entrevistas durante los últimos once años, se da cuenta de que las opiniones expresadas estaban condicionadas por la actualidad del momento. Y pasaron muchas cosas en Europa, a las cuales he tratado de reaccionar  con la intención de dar pistas para que la Unión Europea no perdiera el rumbo.

– En el prólogo de su obra ¿Quo Vadis, Europa? –al hilo de Next Generation EU– se sostiene que Europa se pone a la altura. ¿Cree usted lo mismo?

– Para mí, uno de los grandes logros de la Unión Europea ha sido la puesta en marcha del Plan de Recuperación y Resiliencia en 2020. Hay que agradecer que Bruselas, París y Berlín lideraran este proyecto, no solo para recuperar el crecimiento económico después de la pandemia, sino también para llevar a cabo las reformas medioambientales y digitales necesarias para que Europa siga siendo competitiva a nivel mundial.

Ha sido una pandemia la que ha desatado esta crisis económica y no un gasto público sin control 

– La pandemia de la covid-19 ha puesto de relieve las cicatrices que generó el repliegue del Estado de bienestar a partir de la crisis financiera del año 2008 ¿Considera que se actuó correctamente en ese momento? ¿Fueron acertadas las políticas de austeridad o resultarán mejor las políticas de corte keynesiano que ha aplicado la UE en esta crisis?

– Es verdad que quizás la Europa del Norte demandó demasiada austeridad a la Europa del Sur, porque consideraba que sus déficits públicos se habían disparado y ponían en peligro el futuro del euro. Con consecuencias no siempre deseables para el Estado de bienestar. Pero también es verdad que Europa estaba muy necesitada de reformas en sus estructuras económicas, porque estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Ahora, una década más tarde, se ha apostado por otro camino, más en la línea keynesiana. También porque ha sido una pandemia la que ha desatado esta crisis económica y no un gasto público sin control. 

– A mediados del siglo XX se produjo un gran acuerdo entre notables estadistas y empresarios que entendieron que los programas de bienestar eran la fórmula más segura para mitigar los movimientos anticapitalistas y proporcionar a los ciudadanos una cobertura segura y oportunidades de desarrollo. ¿Por qué cree que resulta tan difícil ahora un gran consenso sobre este aspecto? ¿Sigue Europa en su laberinto?

– Hay suficientes propuestas para modernizar el Estado de bienestar a nivel europeo que están sobre la mesa. Uno de los más activos en este frente es el presidente francés Macron. Pero no el único. De cara a la Conferencia sobre el futuro de Europa, Macron propone “todos los cambios necesarios para nuestro proyecto político, sin tabúes… porque estamos en un momento en que, colectivamente, debemos reinventar, política y culturalmente, las formas de nuestra civilización en un momento cambiante. Es el momento para el renacimiento europeo”. ¡Totalmente de acuerdo!

La Unión Europea no podrá aguantar un aumento continuo del gasto social sin una apuesta decidida por el crecimiento económico

– La UE apenas representa el 7% de la población mundial, el 25% de la riqueza y la mitad del gasto social. ¿Cree que esta estructura va a mantenerse en un futuro o que el peso del gasto social tenderá a reducirse?

– Dependerá de muchos factores. Del desarrollo tecnológico de los próximos años. De los cambios que conllevará en el mercado de trabajo. De los movimientos migratorios en el mundo. De los avances de la medicina… Lo que está claro es que la Unión Europea no podrá aguantar un aumento continuo del gasto social sin una apuesta decidida por el crecimiento económico. Por lo tanto, o nos mantenemos competitivos con nuestros productos y servicios a escala mundial o tendremos un problema. Hagamos el esfuerzo por mantenernos competitivos. Y también por no endeudarnos infinitamente, por respeto a las generaciones venideras.

– ¿Está de acuerdo con la propuesta alcanzada por el G7 que intenta establecer un impuesto mínimo del 15% para las empresas? ¿Será el aumento de impuestos a los ricos y empresas que proponen algunas administraciones la forma más eficaz para reducir la brecha de la desigualdad?

– No sé si la medida de establecer un impuesto mínimo del 15% para las empresas por sí sola será suficiente para reducir la brecha de la desigualdad. Pero sí es buena para eliminar la competencia desleal de algunos países en el esfuerzo de atraer inversiones extranjeras. También sería necesario a mi modo de ver armonizar paulatinamente en la Unión Europea los impuestos sobre los ingresos por rentas, patrimonios, capitales, etcétera.

– Alemania y España tiene un tratamiento especial en el libro ¿Quo Vadis, Europa?. ¿Por qué las relaciones hispano-alemanas siempre han sido excelentes?

– En cuanto al tratamiento especial de ambos países en el libro, tiene que ver con mi pasado como alemán con gran arraigo en España. Y en cuanto a las excelentes relaciones hispano-alemanas, tiene que ver con varios factores: porque no son vecinos directos, por razones históricas, afinidades culturales y turísticas, pero también porque a nivel político se ha hecho un buen trabajo y a nivel económico hay muchas empresas alemanas con raíces profundas en España y viceversa. 

– Sin embargo, también ha habido tensiones. ¿Tal vez debido a que España no siempre hace los deberes?

– Mire, cuando España iba económicamente muy bien, en los años 90 del siglo pasado, Alemania fue un observador envidioso. Cuando, por el otro lado, Alemania salió antes de la crisis del 2008, porque había reformado su economía diez años antes, le tocó a España mirar con envidia hacia el país del norte. Pero, todo en todo, no solo Alemania reconoce que España se ha modernizado de una forma espectacular desde la Transición. Y eso es bueno recordarlo siempre.

Como a todos los estados europeos, el programa Next Generation EU ofrece a España la posibilidad de desarrollar un modelo económico más industrial, más digital, más verde y más sostenible

– ¿Cuál es su impresión sobre el nuevo modelo económico que ansía España? ¿Menos dependiente del turismo? ¿Más industrial y a la vez más sostenible?

– Como a todos los estados europeos, el programa Next Generation EU ofrece también a España la posibilidad de desarrollar un modelo económico más industrial, más digital, más verde y más sostenible. Esperemos que tanto el Gobierno como la oposición, las autonomías, ciudades, empresas y agentes sociales aprovechen esta oportunidad única a través del diálogo y de compromisos. Porque solo así se logrará modernizar la economía al máximo, lo que repercutirá positivamente en beneficio de sus ciudadanos.

– ¿Qué quedará como herencia de Angela Merkel en Alemania, la UE y el mundo? 

– Como digo en el libro, será recordada como una excelente gestora. Como una política con un gran instinto para comprender que grandes temas como la globalización, la migración, el medio ambiente y la revolución tecnológica necesitan de una acción concertada a nivel mundial. Como una europeísta convencida que sabe que el proceso de integración tardará su tiempo, por conocer la historia y saber que mucha pedagogía y mano izquierda serán necesarias para lograr que los 27 estados miembros del a Unión Europea tiren del mismo carro y en la dirección correcta. Y como una mujer que, sin ser feminista, ha impulsado la igualdad de género.

– En España hay mucha gente que piensa que los eurobonos sería una buena solución. ¿Usted qué cree?

– Hasta 2020, Angela Merkel se había opuesto a cualquier mecanismo de deuda europea compartida. Pero con la puesta en marcha del programa Next Generation EU, el posicionamiento alemán cambió. Por suerte para el futuro de Europa, en el período preelectoral alemán ningún partido político, con excepción del de extrema derecha AfD, puso en duda que la decisión de Merkel fue acertada y que los eurobonos – o como quiera llamarse este instrumento en el futuro – están para quedarse.

Pienso que Steiner tiene razón cuando denuncia las pesadillas de la historia europea: los odios étnicos, el chovinismo nacionalista, los regionalismos desaforados y el antisemitismo latente

– En su libro ¿Quo Vadis, Europa? sostiene que el mundo del derecho certifica que España es una democracia y un Estado de derecho modélico, pero en Cataluña no todo el mundo piensa así.

– Pienso que España puede estar muy orgullosa de que el Rey Felipe VI recibiera en 2019 el Premio Mundial de la Paz y la Libertad, otorgada por la Asociación Mundial de Juristas, dado el “papel fundamental de la Monarquía parlamentaria española y su inquebrantable compromiso con el Estado de Derecho”. Y pienso que George Steiner, la figura más importante del humanismo europeo moderno, tiene razón cuando denuncia las pesadillas de la historia europea: los odios étnicos, el chovinismo nacionalista, los regionalismos desaforados y el antisemitismo latente. No obstante, creo que sin la Unión Europea estos problemas descritos serían todavía más visibles, más agudos y con consecuencias más angustiosas.

– ¿Más Europa sí es la solución?

– Estoy convencido que sí.

– Una idea recorre Europa: la renta básica. ¿Cuál es su posición?

– Que economistas y empresarios de renombre, entre ellos el ex presidente de Siemens Joe Kaeser, la defiendan, porque “estamos siendo afligidos por una nueva enfermedad: el desempleo tecnológico”, ya de por sí debería ser razón política suficiente para profundizar en esta idea. Porque según argumenta el profesor de economía neerlandés Loek Groot, “en el sistema de la renta básica, no estar obligado a aceptar un empleo refuerza la posición del trabajador, aunque el precio a pagar sea un posible aumento del parasitismo. Es decir, precisamente por consentir el parasitismo, todo el mundo tendrá la capacidad de rechazar las malas ofertas de trabajo, lo cual resultará en mejores empleos y salarios más altos paras las tareas menos cualificadas”. Seguro que hay que discutir más a fondo su financiación y la posibilidad de ponerla en marcha a nivel de toda la Unión Europea. Pero su momento llegará.

Solo si apostamos por una Unión Europea que hable con una sola voz en el contexto internacional, nuestras propuestas tendrán peso suficiente

– Miremos también al exterior. ¿Qué debe hacer Europa en el contexto global?

– Solo si apostamos por una Unión Europea que hable con una sola voz en el contexto internacional, nuestras propuestas por la paz, la democracia, la libertad, la globalización, la economía social de mercado, los derechos humanos y el Impero de la ley tendrán peso suficiente para ser tenidas en cuenta por los Estados Unidos de América, China y Rusia, entre otros. Estamos lejos de una política exterior común. Pero a los europeístas convencidos no nos queda otra que seguir demandándola.

– Un poco más cerca, ¿cómo debe actuar la UE con el Reino Unido tras el Brexit?

– Con flexibilidad y con firmeza. Flexibilidad en cuanto a los problemas menores que con sentido común se pueden solucionar. Firmeza en cuanto a las líneas maestras del acuerdo que el Reino Unido intenta saltarse a la torera, como en el caso de la solución encontrada para impedir una frontera aduanera entre Irlanda e Irlanda del Norte. 

– En los últimos años se han hecho con el poder dirigentes populistas como Bolsonaro en Brasil o Trump en el anterior gobierno de EE UU. ¿Cómo explica que en ambos casos accediesen al poder con un gran apoyo popular de los más desfavorecidos?

– Por los miedos al cambio de siempre más ciudadanos a los que les aterra la globalización, la inmigración descontrolada y los avances tecnológicos y digitales, porque temen por sus puestos de trabajo, su bienestar y el futuro de sus hijos: Y por su enfado con las élites: les indigna que los líderes políticos, económicos y mediáticos se hayan olvidado, a su entender, de las clases medias y bajas, con el resultado de que la brecha de la desigualdad se haya ampliado en las últimas décadas. Contra el populismo solo sirve en mi opinión apostar por un proyecto político ilusionante en clave europea que intente dar contestación a las críticas, los miedos y las inseguridades que preocupan a sus ciudadanos cara al futuro.

– ¿Ve riesgos de este tipo en los países de la UE?

– Claro que sí, sigo con preocupación las actuaciones de los gobiernos populistas en Polonia y Hungría, así como el resurgir de partidos de extrema derecha e izquierda en todo el continente. Contra estas tendencias, es responsabilidad de los adultos mayores – así definen los chilenos a los miembros de mi generación – de trasmitir a nuestros hijos, nietos colegas y amigos que no caigan en la trampa de los demagogos que con su visión de “¡Cuánto peor, mejor! Están socavando nuestro futuro.

Me preocupa la tormenta perfecta que está sufriendo en especial la prensa, por la espectacular pérdida de ingresos por publicidad y ventas en los últimos años

– En una adenda de ¿Quo Vadis, Europa? incluye sus reflexiones sobre el futuro de la prensa en tiempos de crisis. ¿Tan grave es el problema de los medios?

– Partiendo de la base que democracias avanzadas necesitan de unos medios de comunicación independientes para su buen funcionamiento y control, me preocupa la tormenta perfecta que está sufriendo en especial la prensa, por la espectacular pérdida de ingresos por publicidad y ventas en los últimos años. Solo si sus cabeceras apuestan por recuperar la confianza de sus lectores y anunciantes, apostando por más calidad de sus artículos, un lenguaje de comunicación y veraz y contrastado, así como un elenco de periodistas que se caracterice por su experiencia y no solo por su posicionamiento ideológico, lograrán salir de la crisis.

– El Nobel de Economía Angus Deaton dijo recientemente que “un mundo con muchos Amazon y sin Facebook sería un mundo mejor”. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

– No sé si muchos Amazon son buenos de por sí para el mundo. Y si no existiese Facebook viviríamos automáticamente en un mundo mejor. Lo que sí pienso es que una mayor regulación de los gigantes digitales, en su mayoría norteamericanos, es más necesario que nunca en la Unión Europea, creando  una supervisión de grandes plataformas, así como un Consejo Europeo de Innovación con un presupuesto comparable al de los Estados Unidos de América. @J_L_Gomez

EL LIBRO Y SU AUTOR
Carsten Moser. / Mundiario
Carsten Moser. / Mundiario
Barón y Urbaneja serán los presentadores del libro ¿Quo Vadis, Europa?, del economista y periodista alemán Carsten Moser
Redacción.- La presentación del libro ¿Quo Vadis, Europa?, editado por Mundiediciones, tendrá lugar este jueves 9 de diciembre, a las 19 horas, en el Goethe-Institut de Madrid. Junto al autor, Carsten Moser (Lüneburg, 1943), intervendrán José Luis Gómez, autor del prólogo y editor de MUNDIARIO y de Mundiediciones; Enrique Barón, expresidente del Parlamento Europeo; Fernando González Urbaneja, expresidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, y María Cadaval, profesora de economía de la USC. ¿Quo Vadis, Europa? Un europeísta repasa los desafíos políticos, económicos y sanitarios de una década apasionante es el título completo de este un nuevo libro de Carsten Moser, autor que publica regularmente artículos de análisis y opinión en MUNDIARIO. La obra está a la venta en Amazon en versiones digital e impresa. Desde el punto de vista de Mundiediciones, su obra complementa otros cuatro ensayos de esta editorial en 2021 sobre Estados Unidos, China y España, en este caso por partida doble, en un caso con visión política y en otro, económica.
Carsten Moser nació el 30 de marzo de 1943 en Lüneburg (Alemania), vivió los primeros 6 años de su vida en Madrid, y de 1949 a 1958, en Lima (Perú). Terminó sus estudios escolares en Canadá, para a continuación estudiar Ciencias Económicas en la Universidad de Hamburgo (Alemania). Se graduó en 1968 y se doctoró en 1972 con el estudio ‘La importancia del turismo para el desarrollo económico de España’.

De 1973 a 1977 fue corresponsal del semanario Die Zeit en España y Portugal. Escribió, junto con Walter Haubrich, el libro ‘Francos Erben’ (Los Herederos de Franco), publicado en alemán en 1976. Desde 1978 hasta 1985 fue miembro de la redacción de la revista Stern, con cargos de subjefe internacional, redactor jefe y corresponsal en Londres.

Desde 1985 hasta 2006 fue consejero delegado de G+J España, editora de las revistas Muy Interesante, Geo, Capital, Marie Claire, Cosmopolitan, Mía y Ser Padres, entre otras. Durante un tiempo siguió vinculado a la empresa como consejero editorial. Además, durante una década, ayudó a coordinar las actividades del Grupo Bertelsmann en España y, asimismo, fue presidente de la Cámara de Comercio Alemana para España entre 2010 y 2012.

Entre 2007 y 2012 desempeñó el cargo de secretario general de la Fundación Bertelsmann en España.

Es vicepresidente de la Fundación Euroamérica, vicepresidente ejecutivo de Claro Sol FS y vicepresidente de la Asociación Amigos del Goethe Institut España. Publica regularmente artículos de análisis y opinión en el periódico digital MUNDIARIO.

Ha sido distinguido con la Cruz al Mérito de la República Federal de Alemania. Está casado y tiene 2 hijos. @mundiario

 

Comentarios