Calviño admite que la pandemia podría causar “daños económicos estructurales” en España

Nadia Calviño, vicepresidenta económica. / RR SS.
La ministra de Economía de España, Nadia Calviño / eleconomista.es
Mientras el Gobierno no logre cerrar su déficit del 3% a al menos un 1% del PIB y reducir su deuda del 123% a al menos un 95% del valor total de la economía, no tendrá una reserva disponible para financiar nuevas inversiones.
Calviño admite que la pandemia podría causar “daños económicos estructurales” en España

Lo que es inminente ya no puede ser revertido ni ocultado por la burocracia. El daño ya está hecho y, probablemente, el Estado no actuó de forma sistemática, sino solamente reactiva. Apenas estalló la pandemia, la Administración de Pedro Sánchez desplegó una batería de medidas que consistían básicamente en estimular y acelerar el gasto público en subsidios a las familias, ayudas socioeconómicas, rescates de emergencia a las empresas y beneficios por desempleo, pero ninguna de ellas garantizaba ni garantiza algún tipo de retorno fiscal para equilibrar las maltrechas cuentas públicas. Todo lo contrario, genera un flujo de financiamiento artificial a la economía que no es sostenible por mucho tiempo. 

Y es que la vicepresidenta para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha admitido este jueves que “existe el riesgo de que la duración de la pandemia pueda tener un efecto más estructural en términos de solvencia empresarial, o en términos de desempleo o descapitalización de los trabajadores que están en ERTE”.


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¿Qué quiere decir esto? A medida que la crisis del coronavirus se prolongue y las empresas deban seguir dependiendo de los créditos estatales para mantener sus operaciones, financiar los salarios de trabajadores suspendidos y sostener sus flujos de caja en un clima de consumo débil ante la actividad económica intermitente por los rebrotes, se crea una burbuja de deuda que podría originar un efecto dominó en todo el sector privado hasta caer default con el mayor acreedor del mercado, que es el Gobierno. 

En el caso del tejido socioeconómico dependiente de los flujos de rentas que circulan en los salarios, la incertidumbre de la poca o nula solvencia empresarial podría originar despidos que perjudicarían inmediatamente a esos trabajadores y sus familias, lo cual aumentaría la demanda de subsidios y colocaría más presión fiscal sobre el Ejecutivo, que ya tiene números en rojo por el déficit y la deuda pública, pues gasta mucho e ingresa poco, en parte, por la caída de las exportaciones, el cierre del turismo y el shock sobre la industria del transporte aéreo. 

No obstante, Calviño ha destacado en un encuentro por videoconferencia con la prensa internacional que “los indicadores de alta frecuencia muestran que el crecimiento económico está siendo intenso, lo que podría traducirse en un repunte trimestral del PIB de en torno al 13 % en el tercer trimestre”, según informó la agencia filial EFE-Dow Jones.

Por lo tanto, mientras el Gobierno no logre cerrar su déficit del 3% a al menos un 1% del PIB y reducir su deuda del 123% a al menos un 95% del valor total de la economía, no tendrá fondos o una reserva disponible de capitales para financiar nuevas inversiones que generen más empleos y estimulen más el consumo de la población española. @mundiario 

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