Bruselas le dice que sí a Sánchez pero le pone tantos reparos que va a ser que no

Ursula von der Leyen. / Frankfurter Rundschau
Ursula von der Leyen. / Frankfurter Rundschau

Es verdad que Bruselas avaló el borrador de Presupuestos Generales del Estado remitido por el Gobierno de España pero no lo es menos que advirtió de los “riesgos” para la sostenibilidad de sus finanzas públicas que entraña su elevada deuda pública, camino del 120% del PIB este año.

Bruselas le dice que sí a Sánchez pero le pone tantos reparos que va a ser que no

Hay cosas que se pueden maquillar pero la deuda no. Por mucho que se maquille, aflora. Así lo creen tanto la Comisión Europea como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). Digamos que Bruselas le dice que sí a Pedro Sánchez pero le pone tantos reparos que va a ser que no.

Es verdad que Bruselas avaló el borrador de Presupuestos Generales del Estado remitido por el Gobierno de España pero no lo es menos que advirtió de los “riesgos” para la sostenibilidad de sus finanzas públicas que entraña su elevada deuda pública, camino del 120% del PIB este año. A su vez, la Airef alertó de ese mismo porcentaje de deuda en los próximos años si no se toman medidas. Es más. aunque el crecimiento del PIB previsto para 2021 y los tipos de interés en mínimos logren reducir el tamaño de la deuda, será necesario un plan de consolidación para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas a medio plazo, como sugiere el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que ve a España sin recorrido fiscal.

Según datos del Banco de España, la deuda pública subió en casi 120.000 millones desde finales de 2019 hasta septiembre de este año ante las necesidades de financiación que causó la pandemia y la repentina caída de la actividad por los sucesivos confinamientos.

Pero los reproches de la Comisión Europea sobre los desequilibrios económicos que arrastra España van más allá e incluyen, a su vez, el rápido incremento del paro juvenil –por encima del 40%– y su desconfianza en el crecimiento del PIB previsto, lo que en la práctica supone que está cuestionando las previsiones de ingresos de los Presupuestos Generales del Estado, ya que una cosa depende de la otra. En definitiva, la Comisión Europea mantiene a España en el grupo de 12 países que merecen estar bajo la lupa del ejecutivo comunitario por sus desequilibrios macroeconómicos.

Una cosa es que haya nuevos Presupuestos Generales del Estado y otra que el actual proyecto de ley para 2021 tenga sentido. Porque no lo tiene. Es probable que muchos de los 198 diputados y diputadas que han avalado el trámite de los presupuestos no se los hayan leído. De lo contrario, tendrían que haber dicho ciertas cosas de puro sentido común: los ingresos previstos no se sostienen en pie. Con menos PIB no se puede recaudar más, salvo que se haga una reforma fiscal. Y menos, 10.000 millones más, solo en IRPF 8.000 millones más. Bruselas no lo dice de manera tan clara pero lo insinúa.

Hay cosas que no son de izquierdas ni de derechas, sino simplemente de verdad. Y aunque coincida que son más de derechas que de izquierdas los que afean la inconsistencia de los Presupuestos, no por ello tienen razón ni son más progresistas quienes construyen castillos en el aire. En España no se va a recaudar en 2021 lo que está diciendo el Gobierno, y la primera que lo sabe es la ministra de Hacienda. Se trata de un engaño masivo que, por algún misterio, la izquierda quiere convertir en verdad. Se equivocan y la realidad afeará su conducta e irresponsabilidad.

En parte no se saben estas cosas porque en vez de hablarse de los presupuestos se habla de otros temas, que nada tienen que ver como el uso del español o el traslado de los presos de ETA. Puras cortinas de humo. Pero esta broma se va a acabar pronto. España no es un Estado plenamente independiente, como puede serlo ahora el Reino Unido o lo es Suiza; hay asuntos –los realmente decisivos– en los que depende de la Comisión Europea, del Consejo Europeo y del Banco Central Europeo (BCE). Y pronto van a empezar a pasar cosas si no han empezado ya, tras el toque de atención del banco central alemán al BCE y de los reparos de la Comisión Europea.

Ahora llega el turno de la Comisión. Y no solo para ver qué pasa con el presupuesto español, sino también con los proyectos para recibir fondos de Next Generation EU. La presidenta, Ursula van der Leyen, sigue sin dar crédito a lo que soportó en la conferencia con Pedro Sánchez y los presidentes autonómicos: un país dividido cara adentro y cara afuera de España. Ella, que como buena alemana es de cultura federal, a la par que discreta, parece que sonrió, pero lo sucedido tendrá consecuencias. Con su amiga van der Leyen en Bruselas, Angela Merkel ya no precisa desgastarse como le pasó en la anterior crisis.

También están mirando a España desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), sorprendidos, entre otras cosas, con el anuncio del Gobierno de que aumentará las pensiones y el sueldo de los funcionarios en un 0,9%. “Los compromisos de aumentar de forma permanente los actuales ratios de gasto, por ejemplo a través del [aumento del] gasto salarial o las pensiones deberían ser evitados dado el alto déficit estructural y la presión de sobre el gasto de largo plazo por el envejecimiento de la población”, observan desde Washington.

Pedro Sánchez se las promete muy felices con su nuevo juguete de los Presupuestos –para él, la llave que abre la puerta a seguir gobernando– pero la procesión va por dentro. Y tanto. Desde el periódico más afín al Ejecutivo se reconoce que los socialistas, “en media España”, no se pueden reconocer en “la alianza dinamitera” de PSOE y Unidas Podemos, mientras Pablo Iglesias, “más que invertir en agenda social, invierte todo en la división del país”, según escribe Teodoro León Gross. Parecía que había una recta pero vienen curvas. @J_L_Gomez

Nadia Calviño, Angela Merkel, Christine Lagarde y Ursula von der Leyen. / Mundiario

Nadia Calviño, Angela Merkel, Christine Lagarde y Ursula von der Leyen. / Mundiario

 

Del FMI a Nadia Calviño

No descubre nada nuevo pero está bien que se recuerde: “En España –dice el Fondo Monetario Internacional (FMI)–, la ratio de impuestos sobre PIB es relativamente baja en comparación con otros pares [europeos]. Eso indica que hay margen de mejora, en especial fortaleciendo la recaudación del IVA, aumentando los impuestos especiales y los gravámenes ambientales y reduciendo las ineficiencias del sistema tributario”. Pero el FMI añade: ahora no toca. Primero, la recuperación; después, más impuestos. Nada muy distinto de lo que piensa el equipo económico del Gobierno.

En el fondo, Nadia Calviño es la mujer fuerte del Gobierno de España a los ojos de Europa y Pedro Sánchez sabe que si ella tira la toalla lo pasará muy mal con sus socios, especialmente con los que mandan: Alemania y Francia. Pero no por ello es menos cierto que la ministra coruñesa está bastante sola en un Gobierno donde Podemos pinta más de lo que podría pensarse. No es de extrañar que a veces quiera ir a donde no tenga que estar discutiendo todo el tiempo. Es algo que ya ni ella oculta. @mundiario

––––––––– PROTAGONISTAS ––––––––– ​​

> Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI.- Cualquier incremento fiscal que pueda perjudicar a las personas con ingresos bajos debe aplazarse. Más bien lo que hace falta ahora es proteger a la gente que gana menos. Sentido común desde Washington pensando en el Gobierno de España.

> Carsten Moser, economista alemán.- "Una Europa unida exige un liderazgo político que esté a la altura de los tiempos turbulentos en los que nos toca vivir", dijo este economista y periodista alemán, vicepresidente de la Fundación Euroamérica, en el I Foro de Economía Prospectiva de Galicia.

> Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.- Se ha nombrado a sí mismo canalizador de los proyectos españoles que llegarán a Bruselas en busca de ayudas. Alguien pudiera creer que decidirá él qué se hará y no se hará. Pero no será así. En realidad, será la Comisión Europea la que decida.

> Ursula van der Leyen, presidenta de la Comisión.- En su relación con los socios de la UE está habituada a que le trasladen muchas demandas, máxime en este momento de crisis derivada de la pandemia. Lo que ha sido nuevo para ella fue descubrir que España no tiene un proyecto consensuado de país. @mundiario

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