Brexit, escasez de camioneros y otras claves para entender la crisis de las gasolineras en Reino Unido

Desabastecimiento de combustible en Reino Unido. / Twitter
Desabastecimiento de combustible en Reino Unido. / Twitter
Downing Street mantiene al Ejército en situación de alerta en caso de que “sea necesaria” su actuación. El pánico reina entre conductores en las largas filas en las estaciones de servicio.
Brexit, escasez de camioneros y otras claves para entender la crisis de las gasolineras en Reino Unido

La escasez de conductores de vehículos de carga pesada ha derivado en una crisis de gasolina que tiene al mundo entero mirando hacia Reino Unido. Las imágenes de las largas filas de vehículos en las estaciones de servicio de todo el país se repiten desde hace días y la incertidumbre reina entre los británicos. 

El Gobierno de Boris Johnson, mientras tanto, se plantea medidas pensadas para encarar un Brexit duro, como mantener al Ejército en situación de alerta en caso de que “sea necesaria” su actuación. Pero eso no es todo: el primer ministro ahora se plantea aparcar el divorcio de la Unión Europea para ofrecer permisos de trabajo temporales a transportistas extranjeros, con el objetivo de enfrentar la emergencia de las gasolineras. 

Cierre de estaciones

La petrolera British Petroleum (BP) anunció el pasado viernes que la falta de combustible en el país obligaba a cerrar “temporalmente” algunas de sus estaciones, algo que ya habían tenido que hacer otros distribuidores: recientemente se han cerrado surtidores o gasolineras enteras por culpa de la escasez de la gasolina.

La situación además ha empujado a otras firmas como EG Group, que gestiona 341 estaciones de servicio en el Reino Unido, a imponer un límite de gasto de 30 libras (35 euros al cambio) a sus clientes, debido a la “demanda de combustible sin precedentes” que han registrado en las últimas horas.

Y los datos de los expertos no invitan al optimismo. De acuerdo con la Asociación de Gasolineras del Reino Unido (PRA, por sus siglas en inglés) entre un 65% y un 90% de las más de 8.300 estaciones de servicio repartidas por el país se han quedado ya sin combustible o están a punto de hacerlo.

 

Falta de conductores

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta ese punto? Sencillo: por la falta de conductores de vehículos de carga pesada, como las cisternas de gasolina. La pandemia de la covid-19 y el Brexit han desatado una crisis en el sector que irremediablemente ha incidido en la cadena de abastecimiento de combustible (e incluso en supermercados y grandes cadenas de restaurantes como McDonald's) a través del país.

La Asociación de Transporte por Carretera británica (RHA, por sus siglas en inglés) ha advertido de que faltan unos 100.000 conductores en el país para hacer frente a las necesidades del sector, que cuenta con una fuerza laboral total de 600.000 transportistas.

Las razones son variadas, pero destaca principalmente el hecho de que el coronavirus ha impedido a miles de personas obtener nuevas licencias como transportistas durante los últimos meses: en una carta enviada al primer ministro británico a principios de verano, la industria explicaba que en 2020 habían 25.000 candidatos menos en relación con los que habían pasado sus pruebas en 2019.

Y a todo esto se suma otra realidad: el oficio de los trasportistas está en crisis en toda Europa, según alertan los profesionales. Antes de la pandemia, se estimaba que había unos 60.000 conductores menos de los necesarios en Reino Unido, de acuerdo con datos difundidos por The Guardian. Las condiciones de trabajo y los salarios son algunas de las principales quejas de los transportistas.


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La resaca del Brexit

Aunque el Gobierno conservador se resiste a aceptar que la crisis de las gasolineras esté relacionada con el Brexit, otras voces del sector han afirmado sin medias tintas que el complicado escenario que afronta la economía británica responde indudablemente a la “resaca del Brexit”.

Unos 20.000 conductores europeos han regresado a sus países de origen tras la salida del Reino Unido de la UE, debido a que las empresas británicas ahora no pueden contratar a comunitarios sin estos no cuentan con un permiso específico de trabajo. “Hemos visto cómo algunos conductores volvían a casa, cuando no hubiéramos querido que volvieran a casa”, ha denunciado el director de la Confederación de la Industria Británica (CBI, por sus siglas en inglés), Tony Danker.

Así, el responsable de la patronal ha urgido al Ejecutivo de Boris Johnson a hacer un reajuste en el “sistema migratorio” para solucionar esta crisis. De hecho, Downing Street ya valora la posibilidad de aparcar por tres meses el Brexit y conceder visados temporales a 5.000 conductores de la UE. El objetivo: salvar las Navidades. El problema: la oposición de los profesionales del sector.

“Los camioneros de la UE con los que hemos hablado no quieren ir al Reino Unido para ayudarles a salir de la mierda en la que ellos mismos se han metido”, ha dicho Edwin Atema, portavoz del sindicato holandés de transportistas FNV, a la cadena BBC.

Antes del divorcio, los conductores podían desplazarse dentro de territorio británico sin complicaciones, pero la burocracia añadida en la frontera tras el Brexit ha dificultado la entrada y salida del país, por lo que muchos camioneros se han decantado por otras rutas. Los visados de corta duración (que son sinónimo de papeleo), sumados al hecho de que a muchos camioneros les pagan por kilómetro recorrido en lugar de por horas (lo que significa que las demoras cuestan dinero) y a que la demanda es muy alta en otros países del continente (con condiciones laborales y de calidad de vida más ventajosas) han terminado por enterrar el atractivo el negocio británico.

 

Pánico en Reino Unido

Al nudo del problema se ha sumado, además, el pánico creado entre la población, que ha llevado a miles de conductores a pasar horas en las estaciones de servicio de todo el país, forzando así que la demanda de combustible se dispare hasta un 500% en comparación con hace una semana, según apunta la PARA.

“En cuanto llega un camión cisterna a la estación de servicio, los conductores comienzan a avisarse los unos a los otros a través de las redes sociales. Como abejas a un panal de miel, acuden todos en tropel y en unas horas se agota el combustible”, ha explicado el presidente de la PRA, Brian Madderson.

La crítica situación ha empujado a diversas organizaciones a exigir que el Gobierno de Johnson active sus poderes de emergencia para dar prioridad en las estaciones de servicio a los trabajadores esenciales. “A medida que las gasolineras se agoten, corremos el riesgo de que el personal del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) no pueda acudir a su trabajo ni prestar cuidados esenciales a gente que lo necesita”, ha alertado el presidente del consejo de la Asociación de Médicos Británica, Chaand Nagpaul. A su petición, además, se ha sumado el poderoso sindicato Unison al Colegio Real de Enfermería y los diputados de la oposición en la Comisión de Transportes de la Cámara de los Comunes.

BP, Shell y Esso, por su parte, afirman que “ahora hay muchos coches que llevan más gasolina de lo habitual”, pero en unos días se “aliviará la presión” en las gasolineras. Así, las grandes petroleras creen que la crisis se debe a “repuntes temporales en la demanda del consumidor, y no por una escasez nacional de petróleo”.

En esa misma línea se ha expresado el ministro de Transportes británico, Grant Shapps, que este martes ha asegurado que la situación “ha comenzado a estabilizarse”, al tiempo que admite las colas en las gasolineras seguirán durante unos días. “Comienza a subir y a estabilizarse el nivel de combustible almacenado bajo los surtidores, aunque aún no se haya trasladado a las filas de usuarios. Sí supone, sin embargo, menos gasolineras cerradas”. @mundiario

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