El BCE lanza un plan de medidas para evitar la recesión en la eurozona

Mario Draghi, presidente del Consejo de Ministros de Italia / RR SS.
Mario Draghi, presidente del BCE / RR SS
Mario Draghi despide su mandato con una batería de medidas que consta básicamente de una batería de estímulos para salvar la divisa única.
El BCE lanza un plan de medidas para evitar la recesión en la eurozona

Mario Draghi ha anunciado el lanzamiento de un plan de estímulos para intentar hacerle muletas a la economía de la eurozona. El jefe del Banco Central Europeo (BCE) se aproxima al final de su mandato e intentará dejar al euro en la mejor posición que se le permita antes de darle el relevo a Christine Lagarde.

Dentro de las medidas propuestas por el italiano está ahondar en los tipos negativos, aplazar cualquier subida hasta estar convencido de que la inflación se ha reforzado y regresar al programa de compra de deuda que botó a finales del año pasado y con la que Europa pasará una eternidad contra su voluntad.

El BCE retoma así el programa de compra de deuda por un valor de hasta 20.000 millones de euros al mes desde el 1 de noviembre próximo y se extenderá por cuanto tiempo sea necesario. Dichas adquisiciones de activos terminarán "poco antes de que comiencen a subir los tipos de interés", explicó la entidad en un comunicado. El banquero hace malabarismo con sus medidas. La cantidad de 20.000 millones se queda eso sí lejos de lo esperado, aunque eso para evitar ponerle fecha de caducidad al proyecto.

De igual forma baja la facilidad de depósito, que es lo que se cobra a los bancos por dejar sus fondos inactivos en el BCE, partiendo desde el -0,4% de hoy día al -0,5%. Es también la primera bajada de tipos en la eurozona en tres años y medio.

Pero las novedades no terminan ahí. Un cambio en la formulación del comunicado se da a conocer que la época de tipos ultrabajos se extenderá muchísimo más de lo anticipado. "El Consejo de Gobierno espera ahora que los tipos de interés del BCE continúen en sus niveles actuales o más bajos hasta que se aprecie que la perspectiva de inflación converge de forma robusta a un nivel cercano, pero por debajo del 2%", explicó la entidad. En otras palabras, la primera subida no llegará sino hasta el próximo verano, tal y como el mismo banco aseguraba hasta este momento, sino que se pospone sine die la perspectiva de subidas.

Con solo la reunión de octubre pendiente antes de dejar su despacho, ha debido enfrentar una dura batalla contra quienes consideraban que el deterioro de la situación económica no es nada grave como para justificar del todo esta batería de medidas que ha dispuesto para la política monetaria.

Dentro de quienes estaban a favor de este proyecto está Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. La oposición estaba encabezada por totems como Jens Weidman y François Villeroy de Galhau, titulares del Banco de Alemania y del Banco de Francia, respectivamente. "La política monetaria del BCE está cumpliendo con su labor, pero no puede hacer todo. Y desde luego no puede obrar milagros", compareció Villeroy.

Nadia Calviño, ministra de Economía de España, dijo este mismo día que el BCE tiene un estrecho margen de maniobra y pidió calma respecto a las expectativas de estas medidas. Calviño reconocie que la política monetaria tiene de hecho "poco recorrido para tener impacto", y recordaba que la misma no es capaz de resucitar a la economía por sí misma, sino que necesita la participación de la política fiscal. "No hay políticas que no tengan contraindicaciones o efectos secundarios", explicó a la COPE. @mundiario

 

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