El Banco de España advierte de que la actividad económica y el empleo se contraerán a corto plazo

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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos / fundacionemprendedores.com
La agencia de calificaciones S&P vaticinaba hace unos días que el PIB español retrocederá este año un -1,8% para rebotar con un 3,1% el que viene.
El Banco de España advierte de que la actividad económica y el empleo se contraerán a corto plazo

Los pronósticos no son del todo alentadores para una economía que ha perdido fuerza y, en especial, su principal combustible: la libre circulación de capitales, pues la retroalimentación del sistema en su totalidad se ha visto afectada por el estancamiento de capitales a gran escala. Con la crisis del coronavirus, las previsiones no dan abasto y, si Europa podría caer en una nueva crisis del euro, más probable podría verse una crisis del 'euro español'.

Los fondos de inversión europeos y estadounidenses no desean, al menos la mayoría de ellos, tener en estos momentos sus capitales colocados en territorio español o en alguna de las grandes empresas españolas y no españolas que se han visto obligadas a suspender o recortar una buena parte de su plantilla debido a la inviabilidad presupuestaria de sostenerlas por merma en los dividendos y beneficios netos. 

Por su parte, la agencia de calificaciones S&P vaticinaba hace unos días que el PIB español retrocederá este año un -1,8% para rebotar con un 3,1% el que viene. La proyección inicial durante el la primera fase de intensificación de la pandemia en el país ibérico era de un -0,1%, pero las rentas, el consumo, el empleo y las inversiones comenzaron a mermar casi a la misma velocidad con la que el virus comenzó a propagarse por toda España y mientras dejaba a su paso una estela de inmovilidad social que frenó en seco la actividad economía nacional. 

Cuatro días más tarde, este martes, el banco de inversión Goldman Sachs decía que se desplomaría un -9,7% para dispararse al siguiente un 8,5%. En ese escenario, el diferencial de crecimiento de la economía española sería de -1,2%, lo que representa al menos unos 156 millones de dólares en pérdidas del total del PIB español, que es de 1,3 billones de dólares (920.000 millones de euros).

Esa caída es más del doble de la registrada en 2009, que llegó al -3,8%, punto inicial de una recesión que llevó la economía española a su piso histórico desde la espiral de crisis que desató la dictadura de Francisco Franco. 

En un escenario de incalculable e incontenible volatilidad en las Bolsas europeas, y en especial la española por el efecto dominó de los constantes vaivenes financieros al otro lado del Atlántico, en Wall Street, el Banco de España ha decido retrasar sus previsiones para la economía española a la espera de poder contar con más información, igual que ha hecho el Banco de Francia y la Reserva Federal de Estados Unidos.

En cualquier caso, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, señala que está haciendo una vigilancia reforzada día a día.

“El escaso período transcurrido desde la declaración del estado de alarma hace que no se disponga todavía de indicadores que permitan medir con un mínimo de rigor y precisión la magnitud y duración de los efectos de la crisis sobre la actividad y el empleo que, en todo caso, cabe esperar que evolucionen muy negativamente en el corto plazo”, dice el informe trimestral del banco publicado este miércoles.

Esto implica que el consumo y la fuerza laboral se van a ralentizar a niveles muy cercanos a los de la recesión de 2010 debido a que todos los esfuerzos y flujos fiscales del Gobierno están siendo destinados a atender la contingencia sanitaria y a aplicar medidas de saneamiento de las finanzas de las empresas a corto plazo como medida de shock, pero el país requerirá más de los 200.000 millones de euros que aprobó Sánchez para retomar el 5% de su PIB si llega a perder el 9,7% estimado por Goldman Sachs.

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