La banca española ha utilizado 11.700 millones de los avales del Estado para las pymes

Ante la caída libre en la que se encuentra la economía española, se hace imperativo para el sector bancario garantizar sus stocks de capitales con el objetivo de mantener activos los circuitos de financiamiento y no dejar que el consumo se desplome aún más, pues un escenario de esa naturaleza implicaría un proceso de retracción del crédito y, en consecuencia, podría detonar una crisis bancaria en medio de una latente burbuja de deuda.

Y es que las entidades financieras del país disponen desde el 18 de marzo de líneas de avales del Estado que, entre las dos disponibles, suman 40.000 millones de euros para financiar la economía y que no suba el paro por las crisis del coronavirus. Esos fondos provienen de la liquidez de 200.000 millones de euros que el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó con capitales almacenados en las reservas del Banco de España más los complementos de rescate financiero enviados desde Bruselas.

De esta cantidad, 30.000 millones deben destinarse a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los trabajadores autónomos. La gran ventaja de ese paquete de estímulo es que, al menos 20.000 millones servirán para crear un fondo de emergencia empresarial administrado por el Estado mediante el cual las compañías puedan apalancar sus finanzas y evitar caer en contracciones de sus flujos de caja con saturaciones de los pasivos laborales, es decir, de deudas en salarios, compensaciones y prestaciones a trabajadores en estado de incertidumbre por la aplicación de ERTE y el confinamiento instaurado en el estado de alarma.

En el primer balance que realiza el Ministerio de Economía y ha sido publicado este martes, desvela que, en estos 23 días laborables, ya que estuvo por medio la semana Santa, “las entidades financieras han concedido más de 116.000 operaciones por un importe de 11.700 millones de euros, lo que ha permitido la canalización de financiación hacia el tejido productivo de más de 15.100 millones de euros”. 

Por lo tanto, esas transacciones han abastecido una cartera financiera que abarca un 20% del PIB comercial generado por el sector empresarial, o lo que es lo mismo, el Estado ha reanimado la actividad productiva del sector con esos capitales que, de hecho, espera ver en forma de retornos a largo plazo a medida que pase la crisis y España retome la senda de la recuperación.

La diferencia entre las cifras se debe a que el Estado cubre entre el 80% y el 60% del crédito, por lo que el resto lo aporta la entidad financiera.

Los bancos comenzaron a presentar al ICO las operaciones garantizadas con la Línea de Avales, el pasado 6 de abril, lo que activó una dinámica de relación entre el Estado y el sector empresarial basado en una nueva política nacional de estímulo fiscal y de reactivación de la economía por la vía de la liquidez orgánica en pro de evitar una fragmentación del euro y de la eurozona.

El ministerio dirigido por Nadia Calviño comenta, en la nota de prensa, que “el 99% de las operaciones aprobadas han sido dirigidas a autónomos y pymes, por un importe avalado de más de 9.000 millones de euros y una financiación total de casi 11.300 millones de euros”.

Esto se traduce en que, en este momento, la prioridad del Gobierno español es financiar de forma casi ilimitada a las empresas y a los trabajadores por cuenta propia para mantener movilizado el consumo y bloquear cualquier escenario de una crisis socioeconómica de mayor magnitud en España por el impacto de la pandemia.

Es decir, el 1% destinado a las medianas y grandes empresas, ha absorbido 2.700 millones de euros, lo que indica que han sido pocas pero muy relevantes operaciones. @mundiario