La astronómica deuda autonómica, que encabeza Cataluña y el PSC pide condonar

Monedas de euros.
Monedas de euros.

Si se optase por condonar deudas de algunas comunidades autónomas, La Rioja, Asturias, Madrid o Galicia, lamentarían no haber gastado más.

La astronómica deuda autonómica, que encabeza Cataluña y el PSC pide condonar

La deuda total de las comunidades autónomas con el Estado asciende a la friolera cifra de 157.087 millones de euros, casi el 30% de la deuda de España, lo que además de significar la nulidad de nuestros gestores pone bien a las claras que el sistema autonómico tiene que ser revisado y corregido con la máxima urgencia, y no solo en cuanto a su financiación. El nuevo cupo vasco, justificado en una parte y muy discutible en otra, ha destapado el tarro de los dineros que manejan y dilapidan, con gozo y disgusto a la vez, los distintos gobiernos autonómicos, entre los que Cataluña, con una deuda 52.499 millones de euros al Estado, 76.727 en total; Comunidad valenciana, con 35.405 millones y Andalucía, con 24.030, encabezan la clasificación de negligentes pagadores. Débitos astronómicos que resultan ya imposibles de subsanar y que, además, se incrementan día a día por la incapacidad e inoperancia de cuantos participan en el festín de las cuentas públicas.

Carece de toda justificación que las comunidades autónomas, en conjunto y en total, arrojen en este momento la cantidad de 285.905 millones de euros pendientes de pago. Adolece de responsabilidad y espanta, sobre todo cuando los causantes intentan justificar tamaño desvarío financiero con hueras verborreas políticas, o reclamando a la dadivosa de baba Administración central que eche pelillos a la mar y paguemos entre todos lo que han malgastado algunos o lo que han despilfarrado tan por encima de sus recursos disponibles.

Condonar la deuda de Cataluña es lo que acaba de proponer al Estado, con la jocosidad que le caracteriza, Miquel Iceta, candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, con la comediante intención de coadyuvar con esa generosidad ajena a restituir la calma tras el levantamiento secesionista. Iceta lo llama “acuerdo para la confianza y reconciliación”, cuya respuesta en román paladino no puede ser otra que: “¡Hace falta tener mucha cara dura!”. Para el dirigente socialista, la confianza se rehace dejando de pagar lo que se debe y exigiendo recibir más, propuesta que no solo limita a la comunidad que pretende gobernar, sino que, en un gesto de solidaridad supina, extiende al resto de comunidades autónomas. Es la única manera de ponerlas a todas de acuerdo, aunque algunas, como La Rioja, Asturias, Madrid o Galicia, lamentarían no haber gastado más. De aquí a que se estudie, negocie y concrete un nuevo modelo de financiación tienen tiempo de sobra. ¡Vaya tropa!

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