Argentina toma medidas para aliviar el impacto del Covid-19 sobre su ya resentida economía

El país más austral de América sufre ahora la doble carga de salvar su economía de los efectos destructores de una pandemia que no da tregua. Ante una contracción del 3% de su producto interno bruto (PIB) en 2019, Argentina se enfrenta a una emergencia sanitaria sin precedentes en su historia, que además, amenaza con asestar un fuerte golpe en la sien a su ya deteriorado aparato económico, saturado por la deuda pública, la inflación y la devaluación monetaria. 

Es por ello que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió y anunció este viernes un paquete de medidas para intentar mitigar el impacto de la pandemia de coronavirus sobre la economía del país. Con un PIB de 637.600 millones de dólares en 2017, año en el que empezó a desplomarse por las erradas políticas económicas del entonces presidente Mauricio Macri, la abultada deuda externa de más de 200.000 millones de dólares que acumula la nación podría sumarse a nuevas cargas de deuda que el Gobierno de Alberto Fernández se vería obligado a asumir y contraer en caso de que el virus se propague aun más, pues ya suma 3 fallecidos y 31 nuevos casos confirmador en menos de un día por el Covid-19.

El directorio de la autoridad monetaria dijo en un comunicado que estas medidas buscan "morigerar el impacto de la crisis económica generada en el sector productivo como consecuencia de la pandemia del Covid-19".

De esta forma, el ente emisor del golpeado peso argentino deja entrever que podría llegar a aplicar una agresiva política de expansión fiscal a partir de la liquidez, aunque su economía ya se ha visto inundada de inyecciones previas en el mercado cambiario en esfuerzos pasados del BCRA para contrarrestar la fuga masiva de capitales nacionales trasladados al dólar y sacados del país por los inversores ante el avance de la inflación, el crecimiento de la burbuja de deuda pública y la falta de confianza en el modelo económico del peronista Alberto Fernández. 

Según indicó el Banco Central, las medidas apuntan a que el sistema financiero local pueda dar más apoyo tanto a empresas como a particulares y a que "no se resienta la cadena de pagos en los próximos meses".

Este anuncio implica entonces que el Gobierno y la autoridad monetaria liberarán un fondo crediticio de amplia magnitud para alimentar la cadena de pagos y la circulación de flujos de rentas con los que la economía se pueda seguir financiando en este período de máxima contingencia. 

Otra de las medidas consiste en que las entidades financieras que operan en Argentina podrán ofrecer líneas especiales de crédito a micro, pequeñas y medianas empresas a una tasa de interés anual máxima del 24%, cuando las previsiones de inflación para este año eran, hasta febrero último, del 40%, lo que implica un salto de la cifra de 30% en un alarmante 10% de acumulación de la presión fiscal, la alta demanda y la poca producción por la caída en las exportaciones a causa de la deuda externa. 

Para aumentar la "capacidad prestable" de los bancos, la autoridad monetaria estableció que "las entidades deberán desprenderse de una parte de su posición en Letras de Liquidez (Leliq)", instrumentos financieros que emite el Banco Central para absorber parte de la masa de dinero de los bancos. Es decir, el ente emisor capta los flujos de capital que inyectó en la economía en primera instancia y que obtiene en forma de retornos de las reservas líquidas de la banca privada para crear un fondo con el que pueda alimentar nuevos paquetes de liquidez. 

Para los bancos que pongan en marcha los créditos especiales a tasa máxima del 24 %, el BCRA reducirá el monto de sus encajes, incrementándose aún más la disponibilidad de recursos disponibles para financiación. @mundiario