Argentina se enfrenta al colapso financiero y extiende la renegociación de su deuda

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El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán / AFP.
A última hora del jueves, el gobierno argentino informó de una prórroga hasta el 2 de junio del plazo y una propuesta de canje de bonos por 66.000 millones de dólares.
Argentina se enfrenta al colapso financiero y extiende la renegociación de su deuda

El tiempo se agota, la pandemia avanza y el desgaste social-económico de un país que ya estaba en crisis antes del brote de coronavirus empieza a pasar factura mientras que el Gobierno libra una dura batalla en dos flancos: el de la negociación financiera y el de la economía real. Hoy, Argentina ha entrado en un nuevo default y busca agilizar la renegociación de su deuda antes de que el mercado se le cierre completamente.

El país austral ha entrado en una nueva fase de default (incumplimiento de pagos) este viernes, el segundo en este siglo, cuando vence el plazo para pagar 500 millones de dólares en intereses de bonos de una deuda que busca renegociar a contrarreloj.

El Gobierno de Argentina se enfrenta a una crisis económica que inicio en 2001 y cerró un ciclo en 2016, aunque luego volvió a incrementarse su intensidad en 2017 bajo el gobierno del expresidente Mauricio Macri. En 2020, el actual Ejecutivo de Alberto Fernández no ha logrado contener la inflación, la devaluación de la moneda local (el peso argentino) y la caída de las exportaciones, agravadas por el shock comercial global derivado del confinamiento mundial por la pandemia de Covid-19.

La nación está saturada de una abultada deuda de casi 300.000 millones de dólares que ha incrementado el déficit fiscal en US$3.000 millones y ha provocado una fuga masiva de capitales por la desconfianza de los inversores hacia el Gobierno, del cual perciben poca capacidad y solvencia para financiar a las empresas, reanimar el crédito, reactivar la alta oferta de empleo y redinamizar el consumo.

Esta sería la novena ocasión en que Argentina, entre los primeros exportadores de alimentos del mundo, conocida internacionalmente por su carne bovina de alta calidad, queda en cesación de pagos en su historia. La última vez fue en 2001, con un impago por más de 100.000 millones de dólares que desencadenó la peor crisis social y económica del país. Este año, si el Gobierno argentino vuelve a quedarse sin recursos, los subsidios y el financiamiento de alivio a las empresas podría traducirse en una espiral de contracción del empleo, el consumo y así detonar focos de implosión social por la tensión del desgaste socioeconómico en el país con la segunda tasa de inflación más alta del mundo, después de Venezuela.

Sin embargo, el de este viernes, de confirmarse, es considerado un "default blando", ya que las negociaciones entre el gobierno y sus acreedores para llegar a un acuerdo continúan, reseñó la agencia AFP.

A última hora del jueves, el gobierno argentino informó de una prórroga hasta el 2 de junio del plazo para que los acreedores adhieran a su propuesta de canje de bonos por unos 66.000 millones de dólares de deuda emitida en dólares bajo jurisdicción extranjera, que inicialmente vencía este 22 de mayo.

La deuda argentina está totalmente supeditada a la ley estadounidense y cualquier acuerdo de reestructuración pasará por las disposiciones legales que regulan el flujo de capitales que manejan los fondos de inversión de EE UU que controlan el patrimonio monetario externo de Argentina.

Se da por descontado que el pago de los tres bonos que vencen este viernes, denominados 2021, 2026 y 2046, no se hará, ya que el Gobierno los incluyó dentro de su plan de reestructuración. A pocas horas de que venciera el período de gracia para el pago de intereses por 500 millones de dólares, el principal grupo de acreedores de Argentina exigió al gobierno "una discusión directa e inmediata".

Por lo tanto, la negociación podría basarse en una extensión de la deuda con nuevos activos colaterales de respaldo para así otorgar una garantía del pago posterior de nuevos bonos.

Con base en ese probable contexto es que el ministro de Economía, Martín Guzmán, ofreció a los tenedores de bonos un canje por nuevos títulos con un período de gracia de tres años sin pagos, una quita del 5,4% del capital y del 62% de intereses. Pero su oferta fue rechazada.

Los acreedores presentaron sus propias propuestas, que el Gobierno dijo estar “analizando”. Entretanto, las finanzas de Argentina se mantienen en standby y el país se queda cada vez con menos recursos y liquidez real para conseguir financiamiento que le permita inyectar subsidios sin generar inflación ni agravar el malestar económico en la población. @mundiario

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