La araña de saco amarillo vuelve a atrapar a un nuevo fabricante en su tela

Esta es la intrépida araña del saco amarillo/lun.com
Esta es la intrépida araña del saco amarillo. / lun.com

El apetito por la gasolina de este pequeño insecto trae de cabeza a algunos fabricantes, al provocar peligrosas obstrucciones en los conductos de ventilación de los depósitos.

La araña de saco amarillo vuelve a atrapar a un nuevo fabricante en su tela

El apetito por la gasolina de este pequeño insecto trae de cabeza a algunos fabricantes, al provocar peligrosas obstrucciones en los conductos de ventilación de los depósitos.

La araña de saco amarillo o cheiracanthium pictorium es un insecto que mide entre 6 y 10 milímetros que está presente en Europa, Asia y América del Norte. En épocas de calor vive a la intemperie, cuando llega el frío suele esconderse en viviendas, garajes, etc. Se caracteriza por crear un saco para poder esconderse durante el día y en las épocas de frío. O eso era lo que sucedía hasta ahora.

La intrépida araña ha descubierto una nueva adicción, y es que estamos ante otro ser vivo que no puede vivir sin el olor de la gasolina. Lo que no pasaría de ser una anécdota curiosa, se vuelve preocupante, ya que no duda en montar su nido en el interior del vehículo. Además y esto es lo más curioso, parece que tiene fijación sobre determinados modelos, a ser posible japoneses.

Ventilación del depósito

Debido a la atracción que producen los vapores de combustible sobre la araña, ésta no duda en vivir lo más cerca posible de su “fuente” de placer. Y como cualquier ser vivo, no se instala en la playa, si no justo al lado. Los depósitos de los vehículos llevan conductos de ventilación de gases para favorecer la circulación de combustible e igualar las presiones. Si se obstruyese uno de los conductos de ventilación, la presión del depósito disminuiría a medida que se va consumiendo el combustible. En el “mejor” de los casos, la depresión impediría que llegase suficiente combustible al motor, perdiendo rendimiento o incluso deteniéndose. En casos más extremos el vacío generado en el interior, deformaría el depósito pudiendo llegar a agrietarlo y romperlo, derramando su contenido, y eso sí es grave.

Mazda, primera víctima

La primera víctima conocida de la araña de saco amarillo, fue el fabricante japonés Mazda, que en 2011 se vio obligado a realizar una llamada a revisión de 62.000 vehículos. En ese momento la solución pasaba por modificar los tubos de ventilación añadiendo dispositivos que impidiesen que la araña pudiese anidar. Sin embargo, el problema no fue controlado del todo, y a mediados de este año realizaron una nueva llamada a revisión de 45.000 modelos para comprobar que no había problemas con la dichosa araña.

Curiosamente el modelo afectado era el Mazda 6 fabricado en la planta de Flat Rock de Michigan, por lo que pronto se asoció a la fábrica con el problema. Así una de las soluciones fue una contundente fumigación de las cadenas de montaje, y más celo en el control de plagas.

Suzuki también le gusta

Mientras Mazda sufría con la araña, el resto de fabricantes observaban con curiosidad lo que estaba sucediendo, constatando que sus modelos no sufrían ese problema, y dando por buena la excusa de la fábrica.

Sin embargo la araña volvía a la fama recientemente al ser Suzuki la que reportaba un problema con los conductos de combustible. Curiosamente los 20.000 vehículos del modelo Kizashi llamados a revisión, se fabrican en Sagara, Japón, bastante lejos de Flat Rock. Por fortuna para Suzuki “sólo” se conocen 7 casos en los que los clientes hayan pasado por el taller con problemas en el circuito de ventilación, sin incidencias graves. Para evitar males mayores el fabricante japonés se ha comprometido a sustituir los circuitos de ventilación, así como todos los depósitos de combustible que presenten la más mínima anomalía.

Domicilio habitual

Pese a que casos como el de la araña de saco amarillo son bastante llamativos, no es infrecuente que los insectos fijen su “domicilio” en un vehículo. Así no es extraño encontrarse moscas, arañas e incluso nidos de avispas, sobre todo si el vehículo permanece mucho tiempo parado. De hecho en el caso de las arañas, no es extraño encontrárselas en el interior del cuadro de instrumentos o los faros, pese a que su tamaño nos haga preguntarnos a veces como han sido capaces de meterse ahí dentro.

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