Las aplicaciones móviles plantan cara a la telefonía de toda la vida

¿Tenemos realmente 'nuestro' futuro al alcance de una tecla?
El tiempo no pasa en balde para nadie.

Para bien o para mal, lo cierto es que se ha abierto un nuevo nicho de mercado en la telefonía y será cuestión de tiempo que lleguen más cambios. Un análisis de la situación.

Las aplicaciones móviles plantan cara a la telefonía de toda la vida

Para bien o para mal, lo cierto es que se ha abierto un nuevo nicho de mercado en la telefonía y será cuestión de tiempo que lleguen más cambios.

Todo cambia. Antes o después, ya sea para un motor, un edificio o un simple libro, alguien tiene una nueva idea, un concepto diferente o un modelo de negocio a explotar. Es ley de vida.

En los tiempos que corren, donde las nuevas tecnologías avanzan imparables día a día, era cuestión de tiempo que surgieran nuevas ideas respecto a un mercado siempre en alza: la telefonía. La clave, como casi siempre últimamente, viene de Internet.

Si fue Skype quien abrió el camino de las llamadas a través del ordenador, con el auge de los teléfonos inteligentes son ahora las diferentes aplicaciones para los mismos los que tratan de competir con las compañías de telefonía. El primer paso fue copar el sector de los mensajes instantáneos, ahora llega la hora de las llamadas.

Aprovechando las facilidades de Internet, se están proyectando y poniendo en marcha nuevas ideas que permitan a los usuarios realizar llamadas a través de las propias aplicaciones. En algunos casos, de manera gratuita a través de la misma. En la mayoría, por un módico precio que nos permita llamar a móviles y fijos. Algo muy de agradecer en estos tiempos globalizados, donde las llamadas acercan a la gente y no todo el mundo puede vivir en el país (ni siquiera el continente) donde se encuentran sus amigos y seres queridos. Whatsapp, Line Call, Viber... la lista de aplicaciones que ofrece variantes a las llamadas tradicionales crece sin parar a través del pago de créditos (minutos, básicamente) que permiten  al usuario contactar con cualquier teléfono del planeta por un precio low cost.

¿La pega? Lo barato sale caro. La calidad de las llamadas está, por ahora, muy lejos de la que ofrecen las compañías telefónicas de toda la vida. Las llamadas internacionales, pese a su comodidad, tienden a colgarse a menudo, y la fiabilidad de las conexiones a Internet no siempre permite el resultado deseado. Sin contar los problemas de localización que la misma conexión supone.

Para bien o para mal, lo cierto es que se ha abierto un nuevo nicho de mercado en la telefonía y será cuestión de tiempo que lleguen más cambios. Y es que el tiempo no pasa en balde para nadie.

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