En Alabama hay cuatro veces más tiendas de préstamos de día de pago que McDonald’s

Barack Obama ante una imagen de Luther King.
Barack Obama ante una imagen de Luther King.

Proteger los cheques de pago de las personas que viven en Estados Unidos no debería ser un asunto partidista, advierte el presidente en un nuevo análisis de la situación financiera.

En Alabama hay cuatro veces más tiendas de préstamos de día de pago que McDonald’s

Proteger los cheques de pago de las personas que viven en Estados Unidos no debería ser un asunto partidista, advierte el presidente en un nuevo análisis de la situación financiera.

Cinco años atrás, luego de la peor crisis financiera en décadas, aprobamos la histórica reforma de Wall Street para acabar con la era de los rescates financieros y de “demasiado grande para que falle”. 

Como parte de esa reforma, creamos una Oficina para la Protección Financiera del Consumidor independiente con una misión: proteger a los consumidores que viven en Estados Unidos de algunas de las peores prácticas de la industria financiera.     

Ellos ya han devuelto $5 mil millones a más de 15 millones de familias. Y esta semana, dieron un paso importante con el objetivo de combatir algunas de las prácticas más abusivas relacionadas con los préstamos de día de pago.    

Millones de personas que viven en Estados Unidos sacan estos préstamos todos los años. En Alabama, donde estuve de visita esta semana, hay cuatro veces más tiendas de préstamos de día de pago que McDonald’s. Pero, a pesar de que los préstamos de día de pago puede parecer dinero fácil, la gente que los utiliza queda atrapada en un ciclo de deudas. Si saca un préstamo de $500, fácilmente terminará pagando más de $1,000 en intereses y cargos.

El paso que la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor anunció esta semana apunta a cambiar esto. La idea tiene mucho sentido: si es un prestamista de día de pago dispuesto a otorgar un préstamo, primero debe asegurarse de que el prestatario podrá devolver el dinero.     

Como personas que vivimos en Estados Unidos, creemos que no hay nada malo en obtener una ganancia. Pero sí está mal obtener esa ganancia a costa de dejar atrapados en un ciclo vicioso de deuda a mujeres y hombres trabajadores.   

Proteger los cheques de pago de las personas que viven en Estados Unidos no debería ser un asunto partidista. Pero el presupuesto que los republicanos presentaron la semana pasada hará que sea más difícil, no más fácil, combatir el fraude y el abuso financiero. Y esta semana, cuando los republicanos presentaron su próxima idea para la economía, esta no involucraba a la clase media. Fue un nuevo recorte tributario de más que $250 mil millones para la décima parte más adinerada del uno por ciento de las personas más ricas que viven en Estados Unidos. Esto significaría ofrecer un recorte tributario promedio de $4 millones al año para solo 4,000 personas que viven en Estados Unidos y dejar que el resto del país pague por eso.  

No creo que nuestra máxima prioridad económica debería ser ayudar a un pequeño número de personas que viven en Estados Unidos a quienes ya les está yendo muy bien, y pedirles a los demás que paguen la factura. Yo creo que nuestra prioridad máxima debería ser ayudar a todos aquellos que trabajan arduamente para salir adelante. Este país va mejor cuando todos tienen una oportunidad justa, todos ponen de su parte y todos siguen las mismas reglas. 

Eso es lo que significa la economía de la clase media, y mientras que yo sea su Presidente, eso es por lo que seguiré luchando.

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