Las oficinas se ajustan para la vuelta al trabajo: turnos, distancia y toma de temperatura

Oficina del Banco Sabadell. / Mundiario
Oficina del Banco Sabadell. / Mundiario

Buena parte de las empresas despliega un modelo mixto presencial y de teletrabajo. La pandemia ha trastocado los espacios de trabajo a los que muchos regresan en septiembre.

Las oficinas se ajustan para la vuelta al trabajo: turnos, distancia y toma de temperatura

El coronavirus ha cercado a todos los sectores, nadie se escapa al aislamiento y a las medidas de distanciamiento social. Y aunque las empresas llevan meses intentando readaptarse, la prueba fuerte será este mes de septiembre con el retorno de muchos a sus puestos de trabajo.

Muchas empresas se han adaptado al teletrabajo, otras a un sistema mixto combinado con el presencial. Al mismo tiempo horarios escalonados, para que los empleados no coincidan. “La prueba de fuego será en septiembre”, advirtió esta semana Camil Ros, secretario general de UGT en Cataluña.

La toma de temperatura a la entrada no es obligatoria pero es opcional en muchas compañías. Eso si la mascarilla será la compañía obligada de todos los trabajadores. “Las pymes han vuelto de una manera más firme al trabajo presencial ya desde antes del verano, aplicando las medidas de protección imprescindibles, pero de una manera más informal, es decir, con menos manuales y protocolos”, afirma a El País Cristina Hebrero, responsable de People & Change de la consultora KPMG, que asesora a firmas para adaptarse a los nuevos entornos.

En cambio, dice, las grandes empresas “ya dejaron preparados sus planes de retorno a la oficina antes del verano” y apostarán por “modelos híbridos de trabajo presencial-remoto”. A manera de ejemplo, El Corte Inglés en sus oficinas centrales han diseñado equipos pequeños que se combinan con los que están teletrabajando, de acuerdo con fuentes de la empresa. En Madrid, el BBVA, que cuenta con una gran sede, un equipo comenzó, tras el estado de alarma, una prueba de funcionamiento de un modelo híbrido presencial y remoto que debía instaurarse de forma más o menos definitiva a partir del 14 de septiembre, aunque ahora está pendiente de la evolución de la pandemia, por el momento negativa.

 Asimismo, en el grupo Caixabank, donde trabajan más de 37.400 personas, el retorno a los puestos de trabajo físicos es “por fases y de manera progresiva”, señala un portavoz, y algunas áreas mantienen el teletrabajo hasta finales de septiembre. 

Paralelamente, las empresas de telecomunicaciones, que tuvieron que afrontar grandes subidas del tráfico de datos en el confinamiento con el 90% de sus empleados en teletrabajo, intentan volver a la llamada nueva normalidad. Todas ellas han diseñado planes de regreso escalonado a partir de septiembre, pero excluyendo de los mismos al colectivo de empleados especialmente sensibles.

De momento, los funcionarios de la Administración General del Estado (AGE) no están sujetos a una norma común sobre teletrabajo, a la espera de que se negocie un nuevo Estatuto Básico del Empleado Público con el objetivo de adaptarlo a las necesidades actuales. Mientras eso ocurre, se rigen por una resolución dictada el pasado mes de junio por el secretario de Estado de Función Pública, que no concreta muchos aspectos, dejándolos en manos de cada departamento.

En líneas generales, se establece que la modalidad ordinaria de trabajo será la presencial, pero se podrá dedicar hasta un 20% de la jornada semanal al teletrabajo, salvo para colectivos prioritarios como el personal vulnerable o quien tenga a su cargo menores de hasta 14 años o personas dependientes o con discapacidad. @mundiario

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